domingo, julio 30, 2006

Todo sobre mis madres

Acá, Pedro Almodóvar escribe sobre las películas que le sirvieron de inspiración para crear las suyas. Realmente, "Para leer y salir con la lista al videoclub."

martes, julio 25, 2006

Cuestionario a Elías Castelnuovo

Fuente: Capítulo nº 142, Encuesta a la literatura argentina contemporánea, Buenos Aires, CEAL, 1982.

1. ¿Cómo comenzó a escribir?
Empecé a escribir entre los 14 y 15 años. Publiqué mi primer libro recién a los 30. Entretanto realicé una larga conscripción literaria publicando artículos y relatos en diarios y revistas. Simultáneamente ocupé plazas distintas en la redacción de diferentes publicaciones. Director de La Protesta, redactor de Tribuna Proletaria, igualmente de Bandera Roja y de El Trabajo. Por último redactor en jefe del Boletín Oficial de la Unión Sindical Argentina, central obrera de la cual salió posteriormente la Confederación General del Trabajo, más conocida por la C.G.T. Además fui el comentarista anónimo permanente de la revista Claridad y tuve a mi cargo la dirección de tres revistas más: Prometeo, Izquierda y Extrema Izquierda.
¿Cómo se publicó su primer libro?
Mi primer libro, Tinieblas, fue publicado en circunstancias muy especiales durante el año 1923. Trabajaba yo entonces en una imprenta de linotipista en la cual se imprimían tesis para médicos. Allí editaban a veces sus obras dos incipientes editoriales con cuyos dueños forzosamente trabé amistad. Ambos, que conocían el texto. se empeñaron en darlo a publicidad, siendo el primero de ellos. Lino Tognolini, quien largó la primera edición. Inmediatamente después, dado el éxito obtenido, el segundo, Antonio Zamora, director más tarde de la Editorial Claridad, llegó a largar sucesivamente cinco ediciones más.
¿Cómo recuerda usted hoy ese período?
Recordar ese período ahora es como recordar a la generación que aparece ese mismo año de 1923. Al grupo de Boedo que comienza su campaña durante esa fecha. Al revés de aquellos que no ven más que errores y fracasos en el pasado de su iniciación, pienso que fue realmente importante y decisivo para nuestra literatura la formación de ese grupo que tuve el honor de liderar, como asimismo la publicación de Tinieblas que le arrió de bandera al empezar el combate con el grupo de Florida. Todo ello comportó, sin duda, un acontecimiento y llenó una etapa en la cultura nacional, que hoy es reconocido hasta por los profesores del ramo que suelen ser los últimos en enterarse de lo que ocurre en el ámbito de las letras.

2. ¿Cuál fue el clima intelectual de su casa y de su infancia?
Mi madre no sabía leer ni escribir. Mi padre murió cuando yo era muy chico y solo sé que tenía una taberna. Mis hermanos, nueve en total, no terminaron la escuela primaria. Lo mismo me sucedió a mí que solamente alcancé a cursar el cuarto grado. Ese fue el horno donde se cocinó el pan de mi intelecto. El clima científico.
¿Se apoyó o se desalentó su inclinación literaria?
Ni una cosa ni la otra. Pasó desapercibida. O sea: nadie se dio cuenta. Únicamente cuando apareció mi nombre en letras de imprenta mi familia hizo el descubrimiento.
Escuela, educación formal o informal en la adolescencia.
Aunque intenté estudiar formalmente muchas cosas, todo lo que alcancé a saber lo supe de manera informal y experimentalmente. Por eso sostengo que la mejor escuela es la escuela de la vida.
Los grupos y las amistades literarias.
Además del grupo de Boedo, tomé parte en dos entidades más. El de Teatro proletario y el de Teatro experimental de arte (T.E.A.), que fue el primer teatro independiente que se creó en 1928 y que debutó con una obra mía en tres actos. Respecto a los amigos, tuve tantos que me costaría mucho trabajo ponérmelos a contar.
Autores decisivos en su formación literaria.
Fedor Dostoievsky, León Tolstoi, Máximo Gorki, Edgar Allan Poe, Florencio Sánchez, Rafael Barrett y alrededor de cien más.
¿Recuerda algo que pudiera denominarse "episodio de iniciación literaria"?
Sí. En mi barrio, uno de los más pobres de Montevideo, los domingos por la noche, particularmente en invierno, solían reunirse algunas familias en torno a una mesa, donde alguien al fulgor de una lámpara leía la Historia de Rocambole. Un verdulero del lugar, que ignoraba hasta la misma existencia del alfabeto, pero que poseía una memoria prodigiosa, luego de asistir como oyente a la lectura de ese mamotreto compuesto de 32 tomos, retuvo lo más esencial de la novela y durante infinidad de noches llevó a cabo el relato en mi domicilio con la asistencia de toda mi familia. Yo tendría 8 o 9 años y fui impresionado tan hondamente a causa de la seriedad con que el verdulero refería las incidencias del romance de Ponson du Terrail y la atención también seria que le prestaba el auditorio que llegué a la conclusión que se podían contar cosas imaginarias y la gente creer en ellas siempre que se pusiera en eso la máxima convicción y formalidad. Puedo decir, entonces, hoy, que ese verdulero analfabeto fue mi primer maestro y quien me inició en el ejercicio de las letras.

3. ¿Cómo trabaja? ¿Hace planes, esquemas?
Generalmente de tarde. A razón de seis horas diarias. Los planes y los esquemas los hago mentalmente. Cuando me pongo a escribir ya tengo todo resuelto. Incluso el principio y el final de la obra. Yo vengo a ser algo así como el peón de brega de cuanto concibo.
¿Lee a otros autores en los períodos en que está trabajando en una obra propia?
Jamás se me ocurre eso. Pienso que cuando se hace una cosa no debe hacerse otra.
¿Cuándo y cómo corrige?
Empleo ordinariamente más tiempo en corregir que en escribir una obra. Nunca estoy conforme con su estructura. Corrijo hasta diez veces de cabo a rabo mis escritos. Los someto a una rigurosa depuración conceptual y estética. Barro con todo ese palabrerío detonante e infuso que se me pegó de Vargas Vila y de Rubén Darío. No hay que olvidar que yo provengo de la época del floripondio literario en que los poetas querían ser "hipsipilas" y le cantaban a las pálidas princesas y a los nenúfares amarillentos.
¿Lee alguien sus textos antes de que ingresen en el proceso de publicación?
Siempre leí mis trabajos antes de darlos a publicidad. Individual o colectivamente. Y escuché siempre las críticas.

4. Se dice que todo escritor tiene sus temas, constantes que definen su obra, ¿cómo definiría usted los suyos?
Son casi siempre de carácter social Siempre encaran la injusticia, La infamia, el drama de la explotación del hombre por el hombre. siempre se plantea la defensa de los humildes contra la prepotencia de los poderosos.

5. ¿Cuál sería a su juicio el lector ideal de su obra?
Las masas.

6. ¿Lee con interés lo que la crítica dice sobre su producción?
Naturalmente, sí. Escucho a todo el mundo. El que no atiende la opinión ajena, termina por desconectarse de la comunidad y puede llegar a la esquizofrenia. Eso no significa que se pierda la seguridad de sí mismo. Lo malo del asunto es que estoy tan acostumbrado a dar consejos que cuando alguien me quiere aconsejar tengo la impresión de que se me está faltando el respeto.
¿Qué relación se establece entre consagración crítica, éxito de público y calidad de la obra?
Por lo regular, estas tres instancias se dan de patadas. Nunca coinciden en darse juntas las tres. A menudo la calidad conspira contra el éxito y el éxito conspira contra 1a crítica. Aparte de que se miente tanto en este sentido que no se sabe nunca cuándo la crítica dice la verdad o cuándo el éxito es real o ficticio o cuándo la calidad es calidad o es una frase hueca del que la señala.

7. ¿En relación con qué autores nativos o extranjeros piensa usted su propia obra?
Con ninguno. Pienso, si es que pienso algo aquí, que la obra la estoy escribiendo yo y no otra persona. Y que si no la escribo yo, ningún otro, nativo o extranjero, vendrá a escribirla.

8. ¿Cuáles son las cualidades más importantes en un escritor?
Opino que un escritor, antes que escritor es un hombre. Y que sus cualidades no pueden ser otras que aquellas que distinguen al ser humano. Opino que por arriba o por debajo de lo que escribe surgen sus sentimientos de humanidad. Y que queriendo o sin querer delata la intimidad de su persona, Y que sus cualidades más importantes residen justamente en su forma de integrarse a la especie y ser un intérprete de sus conflictos y desventuras. La calidad del arte no reside en el arte sino en el artista. Sin persona no hay personalidad.

9. ¿Vive usted de la literatura?
Algo. Me ayudo con otras actividades intelectuales. No estoy jubilado, sin embargo. Por varias razones. En primer término, porque en esta sociedad de consumo en que nos toca vivir, no hay tipo más mal compensado que aquel que depende de una jubilación. Y en segundo lugar, porque me resisto a ingresar en las filas de la clase pasiva, pues es mi deseo más íntimo permanecer en actividad hasta el último día de mi vida. Que la muerte me agarre de pie y con una herramienta en la mano.

viernes, julio 21, 2006

El extraño mundo de Lynch (o cómo la televisión también puede tener sus obras maestras)


"Through the darkness of future past
the magician longs to see
one chants out between two worlds
fire, walk with me..."

Son frecuentes (y, no vamos a negarlo, en muchos casos perfectamente justificadas) las críticas a la televisión como un medio manipulador que subestima a su público, donde la regla nunca es la calidad sino que lo que gobierna es el beneficio, y no precisamente el del espectador. Si bien esta condición de “industria cultural” es un problema constante en las artes audiovisuales, por su forma de producción, sus costos, su modo de exhibición (el cine también está atravesado por la dualidad arte/industria y, en el fondo, ya no hay arte que pueda eludir a la economía), es en la televisión donde el costado comercial y consumista parece hacerse más evidente; así, la televisión es demonizada y reducida a la única función de máquina de atrofiar cerebros de la cual quien aspire a la calidad y la creatividad debe mantenerse lo más alejado posible. Hay que reconocerlo: no es fácil innovar en un medio donde tantos hay tantos intereses económicos en juego pero, incluso teniéndolos en cuenta, tampoco es imposible; creer que un programa de calidad va a espantar a los espectadores es subestimarlos demasiado, y para quien todavía mantenga ese prejuicio, ahí tenemos a esa maravilla titulada Los Simpsons que durante años ha probado lo contrario, para poner sólo un ejemplo. Lo que determina la calidad no es el medio sino el uso que se hace de él: la televisión también es capaz de darnos obras maestras. Y una de ellas, sin duda alguna, es Twin Peaks.
Creada por Mark Frost y David Lynch (para mayor referencia ver el ciclo de abajo), esta serie de dos temporadas emitida en 1990 y 1991 se convirtió en un programa de culto y hasta hoy, más de diez años después, sigue cosechando fanáticos, entre los que demás está decir que me cuento (imposible dejarla después de ver el piloto de una hora y media con que se abre la serie). Para los que éramos muy chicos como para verla en el momento de su estreno, o para los que tengan ganas de volver a verla (por lo que se dice en la red, en Argentina se emitió por canal 9 y “recortada” por ellos, así que no creo que nos hayamos perdido de mucho en ese entonces de todas maneras) la primera temporada está disponible en DVD. Pero ¿por qué tantos elogios? Lo más recomendable es correr hacia el videoclub más cercano y descubrirlo, o recordarlo.
Twin Peaks es un pueblito perdido en el norte de los EE.UU., en el que nada es lo que parece. A partir del asesinato de Laura Palmer, una joven del lugar, y la llegada de un excéntrico agente del FBI para investigar su muerte, la paz de sus habitantes se vendrá abajo revelando un oscuro universo de perversiones y secretos. Es una de las obsesiones preferidas de Lynch el develar lo siniestro que se oculta en lo cotidiano, y aquí, a partir del formato televisivo de la serie, es llevada a su máxima expresión al desplegarse a lo largo de 30 capítulos, a través de una intrincada red de personajes y conflictos donde nada queda resuelto por completo, exigiendo del espectador una participación ctiva y una labor interpretativa que dista mucho de la pasividad a la que la televisión suele habituarlo. Twin Peaks es una escuela de guión, de dirección, de actuación, de construcción de personajes; una demostración de que calidad, diversión y reflexión no necesariamente deben ir por caminos separados. El deseo de conocer el desenlace, de develar la intriga, es ampliamente superado por el placer que provoca recorrer ese extraño mundo, un mundo oscuro y surreal, capaz de sobresaltarnos y perturbarnos, pero a la vez atravesado por un sentido del humor extraordinario y absurdo. Como dice el agente Cooper: “No tengo la menor idea de a dónde nos conducirá todo esto, pero tengo la firme sensación de que será un lugar tan extraño como maravilloso”. Vale la pena visitarlo.


"(...)Desde el episodio piloto, en cada casa y en cada apartamento donde se seguían los capítulos, Twin Peaks recreo la noche; la verdadera noche y no una noche de decorados, una noche con una duración que persiste y con una profunda oscuridad, que sitúa cada pantalla de televisión en lo que es: una ventanita de luz excesivamente coloreada que brilla en un océano de noche.
Está claro que esto se debe a Lynch: lo que hay de primitivo y de sentido del vacío en su imaginación impregnó, como por contagio, los episodios en los cuales él menos participó. O mejor, como si hubiese hecho surgir en cada uno –actor o director– su propio núcleo primitivo, de manera que le permitiera alimentar el mito colectivo en que se convirtió Twin Peaks.
El conjunto de Twin Peaks sobrepasa a sus autores, Lynch incluido, y, mediante un efecto de superposición de capas e intenciones, adquiere la extraña fuerza del poema épico o del libro religioso, que, como se sabe, es una creación colectiva. Twin Peaks es a la vez delirio personal y locura universal, mito y nido para adormecer nuestros sufrimientos, en el que cada uno aporta su ramita."
Chion, Michel: David Lynch, Paidós, Barcelona, 2003.


“Twin Peaks no hubiera sido posible sin la confianza en el poder del subconsciente. En mis películas muestro pensamientos y situaciones que ocupan mi mente. Y estoy interesado principalmente en el lado oscuro de la vida, lo desconocido, lo temible. Eso conduce automáticamente a la controversia sobre la violencia. Pero estoy cansado de la perpetua discusión por la violencia en mis films. La violencia existe en nuestro mundo y hay que mostrarla. Quienes sólo quieren hablar de las alegrías de la vida y del arte de cosechar cerezas no deberían hacer películas. La gente buena es aburrida. Sólo los malos tienen estilo. Por eso es que Twin Peaks está dirigida primero que nada a un público con un sentido del humor macabro. Tampoco hace falta haber visto la serie para entender la película que hice después (Twin Peaks: Fuego camina conmigo), porque Twin Peaks está en todas partes. No es un lugar. Es una condición.” - David Lynch

Ciclo/ David Lynch: Una extraña pintura de la realidad

Tarde, pero seguro. Quedan todavía unos días para disfrutar de un muy pero muy tentador ciclo de cine sobre uno de los más brillantes directores de los últimos años: sí, David Lynch. A no desaprovechar la oportunidad de ver, o volver a ver, su más que interesante filmografía.

Ciclo/ David Lynch: Una extraña pintura de la realidad
Del 1 al 31 de julio a las 20 hs.
Centro Cultural Borges - Viamonte esq. San Martín
La versión tan personal de las historias narradas en las películas, el carácter más o menos autobiográfico de sus elementos temáticos y la estrecha relación que mantiene con sus actores, han terminado por convertir a Lynch en el protagonista indiscutible de todas sus películas. Su filmografía da cuenta de ese abismo, que separa la apariencia de las cosas, de todo aquello, que se esconde por debajo de su superficie. Esa percepción ha ido configurando un imaginario estético, representado a través de un hiperrealismo expresionista. Por otra parte, al insertar el relato, en un mundo narrativo que imita y posee las características y la lógica del mundo real, lo fantástico emerge, reduciendo simbólicamente la distancia entre texto y espectador.


26 de julio
20 hs.
Terciopelo azul
Terciopelo azul. (Blue Velvet, 1986). EEUU. Producción: Fred Caruso. Guión: David Lynch. Duración: 119 minutos. Intérpretes: Kyle MacLachlan, Isabella Rossellini, Dennis Hopper, Laura Dern, Hope Lange, George Dickerson, Dean Stockwell, Priscilla Pointer, Frances Bay, Jack Harvey, Brad Dourif, Ken Sovitz, Jack Nance, Feed Pickler, Leonard Watkins y Moses Gibson.Terciopelo azul es un viaje por debajo de la superficie de una pequeña ciudad norteamericana, pero es también un viaje dentro de la conciencia, lo que contribuye a captar el verdadero sentido de las cosas. Su peculiar estructura narrativa, no es obstáculo, para que el género policiaco de finales de los 40 y principios de los 50, constituya la guía de lectura más importante del filme.

21de julio
20 hs.
Corazón salvaje
Corazón Salvaje. (Wild at Heart, 1990). EEUU. Producción: Monty Montgomery, Stee Golin y Joni Sighvatsson. Guión: David Lynch, basado en la novela de Barry Gifford. Duración: 127 minutos. Intérpretes: Nicolas Cage, Laura Dern, Diane Ladd, William Dafoe, Harry Dean Stanton, Isabella Rossellini, Crispin Glover, Grace Zabriskie, J. E. Freeman, Morgan Sephard, Jack Nance, Freddie Jones, John Lurie, Eddie Dixon, Sherilyn Fenn, Sheryl Lee, Glenn Walker Harris Jr.Con Corazón salvaje obtiene la Palma de Oro del Festival de Cannes de 1989, su guión procede de la novela homónima de Barry Gifford, a la cual se le añaden nuevos elementos temáticos. Es la historia de Lula y Saylor, ambos forman parte de un mundo sui generis, a través del cual se realiza una serie de homenajes explícitos al mundo del cine.

22de julio
20 hs.
Twin Peaks:Fire Walk with Me
Twin Peaks: Fire Walk with Me (1992). EEUU-Francia. Producción: Francis Bouygues y Gregg Fienberg. Guión: David Lynch y Robert Engles basado en los caracteres creados por David Lynch y Mark Frost. Duración: 135 minutos. Intérpretes: Sheryl Lee, Ray Wise, Moira Kelly, Chris Isaak, Kyle MacLachlan, Kiefer Sutherland, David Lynch, Michael J. Anderson, Jürgen Prochnow, David Bowie, Dana Ashbrock, Harry Dean Stanton , James Marshall, Frank Silva, C. H. Evans, Pamela Gidley, Eric DaRe, Machen Amick.Twin Peaks: Fire Walk with Me, constituye una especie de visión en negativo de Corazón salvaje, cuyo objetivo, que comparte con Terciopelo Azul es descubrir el mal que se esconde bajo la tranquila apariencia de la ciudad norteamericana de provincias. La originalidad respecto de la serie, es que ésta no se sitúa en un futuro simple en relación con ella, sino en una especie de futuro anterior, en un tiempo hipotético situado en la vida de la protagonista, Laura Palmer, y en las circunstancias, que rodean su enigmática muerte.

24 y 27de julio
20 hs.
Carretera perdida

Carretera perdida. (Lost Highway, 1997). EEUU-Francia. Producción: Ciby 2000. Guión: David Lynch y Barry Gifford. Duración: 135 min. Intérpretes: Bill Pullman, Patricia Arquette, Balthasar Gety, Robert Blake, Robert Loggia, Jenna Maetlind, Lou Eppolito, John Roselius, Richard Pryor, Garey Busy, Natasha Gregson Wagner, Jack Nance.Carretera perdida es una historia de amor obsesiva, que intenta bucear dentro del imaginario femenino. Es una obra multigénero que incluye misterio con elementos de horror y thriller y representa una síntesis del universo Lyncheano en arte y en lenguaje. La estrategia: Que el espectador devele, si se trata de una o dos historias, lo cierto es que ambas se entrecruzan de modo inextricable.

25 y 28 de julio
20 hs.
Una historia sencilla

Una historia sencilla. (The strainght story, 1999). G.B.-EEUU-Francia. Producción: Alain Sarde, Mary Sweeny y Neal Edelstein. Guión: John Roach y Mary Sweeny. Duración: 111 minutos. Intérpretes: Richard Farnsworth, Sissy Spacey, Harry Dean Stanton, John Farley, Everet MvGill Jane Galloway Heltz, Joseph A. Carpenter.Un anciano recibe la noticia de que su hermano enfermo, con el que no habla desde hace 10 años, le queda poco tiempo de vida.Sin la posibilidad de ir en auto, ya que no tiene licencia de conducir, se monta en el tractor de su cortadora de césped para cumplir con el deseo de volver a verlo.

31 de Julio
20 hs.
El caminode los sueños

El camino de los sueños. (Mullholland Drive, 2001). EEUU-Francia. Productor: Alain Sarde, Mary Sweeny, Neal Edelstein, Michael Polaire. Guión: David Lynch. Duración: 145 minutos. Intérpretes: Naomi Watts, Laura Elena Harring, Justin Theroux, Ann Miller, Michael J. Anderson, Dan Hedaya, Angelo Badalamenti, Maya Bond, Melissa George.En Hollywood por la noche, una mujer joven se vuelve amnésica después de sufrir un accidente de auto en la carretera de Mulholland Drive, a posteriori conoce a una actriz australiana que acaba de llegar de Los Angeles. Con su ayuda intentará recuperar la memoria y la identidad.

jueves, julio 20, 2006

"Nada hay encubierto que no haya de ser manifestado..." (Por una recuperación de la obra de Elías Castelnuovo)

La monstruosidad, el horror y la violencia biológica de los cuentos de Elías Castelnuovo pocas veces fue igualado en la literatura argentina (la más notable sucesión sería Osvaldo Lamborghini pero con un sentido totalmente distinto). Miembro del grupo de Boedo, con una concepción social y anarquista de la literatura, Castelnuovo recorre el lumpenazgo deforme y podrido con su escalpelo de científico, su experiencia proletaria y vital, y un expresionismo suspendido en el vocabulario oscuro de las tinieblas urbanas y animales.
Por su naturalismo descarnado, por su misticismo piadoso y culpable, por los cuentos más horrendos jamás escritos, por su "vouyerismo insaciable", por su confianza en la literatura y la revolución y por esas imágenes monstruosas que rayan con lo inimaginable: huelgo por una recuperación de la figura de Elías Castelnuovo, el escritor que, como escribió Beatriz Sarlo, continuaba escribiendo donde otros (seguramente más virtuosos, seguramente menos fantásticos) se hubieran detenido.

"[...]Una noche, al volver a casa, encontré a Luisa que agonizaba en un charco de sangre. Se conoce que hacía muchas horas que había empezado el alumbramiento, al cual, sin duda, acompañó una intensa hemorragia. Tenía los ojos vidriosos, vacíos, entrecerrados y la boca plegada en una sonrisa amable y piadosa. Su cabeza marmórea tenía la rigidez de la muerte; sin embargo, al pobre murió sin darme la noticia.
Cuando me arrimé a su cama, hizo un esfuerzo supremo y con voz desfalleciente musitó:
-Ya lo tuve hermanito... Cuidalo... cuidalo...
Levanté las sábanas y descubrí un fenómeno macabro. La cabeza semejaba por sus planos un perro extraño y era tan chata que se sumergía hasta hacerse imperceptible en el cráter de una joroba quebrada en tres puntos. su cuerpo estaba revestido de pelos largos; no tenía brazos y las piernas eran dos muñones horrorosos. Volví a cubrirlo, me senté aniquilado en una silla y así me sorprendió el día. El nene bajo las sábanas se revolvía como un gusano y lanzaba unos vagidos que me helaban el corazón.
Nunca me corrió tanto frío por la frente y nunca me dolieron tanto los pensamientos. Luisa murió sin pronunciar una queja y el nene se ahogó en un lago de sangre.[...]"

Fragmento de "Tinieblas" en Castelnuovo, Elías: Tinieblas, Buenos Aires, Librería Histórica, 2003.

domingo, julio 16, 2006

Entre “ese antro repulsivo” y “una cadena de pegar”: vivienda, familia y vida del niño proletario.

Transcribo una notas que escribí hace un tiempo sobre la primera parte de "El niño proletario" de Osvaldo Lamborghini.

1. El niño proletario “Nace en una pieza que se cae a pedazos...”, nace entre los escombros. Esos “pedazos” serán los “despojos” de ¡Estropeado! que quedarán después de la “venganza” de los niños burgueses. El principio de “El niño proletario” trae a la memoria el postulado naturalista que Balzac propone en el “Prólogo a la Comedia Humana”: los hombres, así como los animales, se ven determinados por su medio y la forma que adquieren se encuentra en íntima correlación con éste. Stroppani se estropea desde el mismo momento en que nace, como todo niño proletario, en un “antro repulsivo” donde “asiste a la prostitución de su madre” y donde su padre “le habla sólo para inculcarle ideas asesinas.” . El medio determina al hombre y Stroppani nació en un hogar proletario, ergo “sufre las consecuencias de pertenecer a la clase explotada.”

2. “El folletín muestra desde su gestación a partir de la segunda mitad del siglo XIX...la separación de los lazos familiares y más taxativamente la ruptura del tejido familiar...” (Rosa: 2004) , el niño proletario tiene una familia folletinesca. Su padre es un borracho, “siempre al borde de la desocupación” , golpeador y inculcador de “ideas asesinas”. Su madre es una prostituta y “se deja trincar por los comerciantes del barrio para conservar el fiado.” . El niño proletario, como todo buen niño proletario, trabaja vendiendo periódicos y es humillado en la escuela por sus “compañeros ricos”. La familia incide en el niño proletario tanto como su hábitat, desde una perspectiva naturalista el niño proletario heredará todos los vicios de sus progenitores, no puede escapar al dictado de la sangre. Es la “maldad heredada de los otros” que Gladys Onega (1982) lee en En la sangre de Cambaceres.

3. Otro de los guiños hacia el naturalismo es el apellido del niño proletario: Stroppani. Apellido que no sólo permitirá su transformación a “¡Estropeado!” sino que además delata una ascendencia italiana. Stroppani no sólo se nos presenta como un obrero sino que, además y no gratuitamente, es un inmigrante. La inmigración de ¡Estropeado! refuerza la parodia del discurso naturalista.

4. La vida del niño proletario: nace para ser un hombre proletario y “echa(r )al mundo” a otro niño proletario, que a su vez será hombre proletario y hará “la bestia de dos espaldas con su esposa ilícita”, nuevamente nacerá otro niño proletario y así indefinidamente. “De esa manera se cierra el círculo, exasperadamente se completa.” . El narrador desde su perspectiva naturalista da cuenta de la principal actividad del proletariado: reproducirse. De esta manera, lo reduce a un instinto animal, un “irresistible impulso” y pasa a valer “menos que una cosa” (la mirada burguesa que desprecia y torna despreciable). Se traza un círculo vicioso, predecible, animal con el cual la burguesía puede dar cuenta de la vida proletaria.

5. La herencia de todo niño proletario son sus “chancros” y la “enfermedad”. Esas dos cosas son las únicas que puede “perpetuar a través de la generaciones” y “jamás se abstiene de dejarla(s)”. Reducción animal, pareciera que el proletariado sólo es una especie. “En mi escuela teníamos a uno, a un niño proletario.” Stroppani es un espécimen, es la rata de laboratorio de los tres niños burgueses.

6. “La dedicación al estudio es una forma “directa y exitosa” que los hijos de inmigrantes podían adoptar para compensar su situación de tales...” (Onega: 1982). Stroppani va a la escuela pero “filtrado por el hambre” no acierta a entender a la maestra. La escuela no aparece como una institución que integra a Stroppani a la sociedad argentina sino que, a través de la maestra, lo renombra como ¡Estropeado! y lo lleva a rodillazos a la Dirección. A partir de el renombramiento de Stroppani como ¡Estropeado! la clase burguesa se apropia de la identidad del inmigrante desde un nombre negativo y premonitorio: “...¡Estropeado! signa una nueva dirección: el deslizamiento sarcástico y prefigurador del final del cuento, el esbozo de un cuerpo que recibirá innumerables operaciones asesinas.”(Fernández: 1993).

7. La descripción naturalista del narrador generaliza a más no poder, el niño proletario es todos los niños proletarios y de esa forma logra dar una idea colectiva a partir de la descripción de un individuo sin identificación precisa. Esta generalización se particulariza en primera instancia cuando el narrador dice: “En mi escuela teníamos a uno...”(mis cursivas).

8. “Me congratulo por eso de no ser obrero, de no haber nacido en un hogar proletario.”, el narrador establece una distancia insalvable entre él como burgués y su objeto proletario. En la descripción del ambiente y la familia se nota el tono naturalista: el hincapié en los vicios y las enfermedades, lo negativo depositado en ese otro que significa el proletariado, una postura pseudo-científica, etc.

9. Si el padre del niño proletario tiene intención de “inculcarle ideas asesinas”, ¡Estropeado! sería una suerte de asesino asesinado. La potencialidad de peligro que el niño proletario puede resultar para la clase burguesa parte de esas “ideas asesinas” que bebe en su “antro repulsivo”. Cambaceres al escribir En la sangre pretende lograr la “defensa del orden social establecido”; el narrador de “El niño proletario” ve en la muerte de ¡Estropeado! un acto de justicia, de venganza y de placer: “Evidentemente, la sociedad burguesa se complace en torturar al niño proletario, esa baba, esa larva criada en medio de la idiotez y el terror.”

10. La primera parte de "El niño proletario" traza a través de la descripción naturalista del entorno, la familia y la vida del niño proletario, el destino del mismo y, también, el de toda su clase. Se lo inscribe en un círculo vicioso y no sólo se lo caracteriza como proletario sino como inmigrante planteando una clara oposición que se remarca a lo largo del relato: burguesía argentina frente al proletariado inmigrante. El distanciamiento del narrador burgués que se congratula de no ser proletario y la brutalidad de las características del niño proletario establecen, de una vez y para siempre, las posiciones que entrarán en conflicto en lo que resta del relato y que sólo pueden ser resueltas por la muerte (se podría decir por la muerte de uno de los dos, pero en la lógica de "El niño proletario" no existe esa posibilidad ya que los niños burgueses tiene el derecho natural de asesinar y gozar con el niño proletario) .

viernes, julio 14, 2006

Congreso El peronismo. Políticas culturales (1946-2006)

En los días 3, 4 y 5 de Agosto se llevará a cabo en Buenos Aires el Congreso "El peronismo. Políticas culturales (1946-2006)". La sede será el Instituto Superior Octubre (Venezuela 356) y el principal objetivo es, tomando al peronismo como parámetro cultural, "explorar aspectos del peronismo relegados a un segundo plano: cartografías y urbanismo, espectáculos de masas y cultura popular, televisión y teatro, gráfica y monumentos, propaganda y ficción." Acá se puede leer el programa. Auspician Caras y Caretas, Universidad Nacional de San Martín y University of Southern California.

jueves, julio 13, 2006

Besos brujos

Acá, empecé a subir Zanjón de la Aguada (Seix-Barral, 2003), cuarto libro de crónicas de Pedro Lemebel, inconseguible en Argentina. En este libro, Lemebel vuelca y retuerce su orgiástica escritura en la sociedad chilena contemporánea, destacando lo minoritario e interpretando la realidad social y urbana a través de su prisma lujurioso y centelleante. A través de la reivindicación de movimientos sociales y de personajes del mundo del espectáculo, el autor chileno traza un mapa de lo contrahegemónico y despliega un estardante furioso y nómada para desbaratar al sistema (donde se incluye desde la farsa democrática y los prejuicios sociales hasta la heterosexualidad y el machismo empedernido).

Tal vez Zanjón de la Aguada no es el libro que más sobresalga de la obra del chileno, sin embargo su prosa se mantiene intacta en su colorida y enrosacada expresividad, y hay algunas crónicas (como la del Zanjón de la Aguada, la de la primera comunión, la de su visita al shopping, etc.) que confirman que Pedro Lemebel es uno de los autores que más ventanas ha abierto para la literatura latinoamericana tanto por la recuperaicón del género crónica como por su ardiente prosa y sus refulgentes tópicos.

PD.: En el blog que antes linkeé, pueden encontrar todas las crónicas de sus anteriores libros: La esquina es mi corazón (1995), Loco afán (1996) y De perlas y cicatrices (1998). Asimismo de la página de El Ortiba, en la sección dedicada a Pedro Lemebel, pueden bajar estos libros en formato .doc.

domingo, julio 09, 2006

Ciclo de cine francés / Ciclo de cine español

Esta semana comienzan en Buenos Aires dos ciclos de cine inédito europeo. Algunas películas (pocas, muy pocas) nos llegaron ya a través del BAFICI y el Festival de Mar del Plata, y puede que otras sean estrenadas próximamente. Pero dadas las incertidumbres en la cartelera porteña cuando de estrenos europeos se trata, nada garantiza que volvamos a verlas, por lo que esta es una buena oportunidad para acercarnos a un cine difícil de encontrar. A disfrutarlo.

Cine francés inédito x 7 (+ una celebración Lumiére)
Del viernes 14 al lunes 24 de julio de 2006
Entrada: $ 5.-
Teatro San Martín Sala Leopoldo Lugones Avda. Corrientes 1530

Siete films que no han llegado a la cartelera comercial en la Argentina a pesar de su circulación por los principales festivales internacionales –Cannes, Venecia, Berlín, Toronto– y del prestigio de sus realizadores e intérpretes, entre ellos Benoit Jacquot, Robin Campillo, Philippe de Broca, Carole Bouquet, Agnès Jaoui, Catherine Frot, Victoria Abril y Sylvie Testud.

Viernes 14 y sábado 15 A las 17, 19.30 y 22 horas (viernes 14) Y a las 14.30, 17, 19.30 y 22 horas (sábado 15)
Hasta pronto (À tout de suite, 2004) (95’; 35mm.) Dirección: Benoît Jacquot.Con Isild Le Besco, Ouassini Embarek, Nicolas Duvauchelle.
Al escuchar la despedida de su novio, Lili se da cuenta que él es un delincuente. Corren los años ’70, ella tiene diecinueve años y deja la casa de su padre para vivir una geografía palpitante: España, Marruecos, Grecia... De la formalidad de niña mimada, pasa sin términos medios a una vida de riesgo y aventura. “Nimbada por un blanco y negro que recuerda la fiebre de los primeros films de la Nouvelle Vague y la vitalidad de Sin aliento de Jean-Luc Godard, Hasta pronto remite también a todo aquello que Benoît Jacquot, discípulo de Fritz Lang, supo encontrar en Los contrabandistas de Moonfleet: una visión meteórica del cine como un arte capaz de hacer surgir un paisaje tenebroso en el alma de un niño” (Jean-Luc Douin en Le Monde).“El hecho de que un desgarro tan femenino sirva a la más masculina de las ficciones no es el menor de los encantos del film de Jacquot” (Mia Hansen-Love en Cahiers du Cinéma)Selección oficial Festival de Cannes 2004, Un Certain Regard.

Domingo 16 y lunes 17 A las 14.30, 17, 19.30 y 22 horas (domingo 16) y a las 17, 19.30 y 22 horas (lunes 17)
Los resucitados (Les revenants, 2004) (105’; 35mm.) Dirección: Robin Campillo.Con Géraldine Pailhas, Jonathan Zaccaï, Frédéric Pierrot.
“Sorprendente film fantástico firmado por Robin Campillo, un debutante que se formó bajo la sombra de Laurent Cantet, primero como montajista de Recursos humanos y luego como guionista de El empleo del tiempo. La premisa de su película es tan simple como inquietante: ¿y si un día los muertos vuelven a la vida? Eso sucede una luminosa mañana de verano en un pequeño pueblo de provincia francés, que ve con estupefacción el desfile de sus difuntos de regreso a sus casas. No son, a la manera del cine gore de George Romero, cadáveres tumefactos sino más bien –en la línea de Invasion of the Body Snatchers, de Don Siegel– usurpadores de cuerpos, los dobles de quienes alguna vez fueron. La razón por la cual regresan al mundo de los vivos es desconocida y sus motivos, inciertos; pero es claro que tienen un programa, una causa en común contra una sociedad que los recibe no tanto con horror sino con suspicacia, organizándose militarmente como para librar una eventual guerra del cerdo como la que alguna vez imaginó Bioy Casares” (Luciano Monteagudo en Página/12)Selección oficial de los festivales de Venecia y Toronto 2004.

Martes 18 A las 17, 19.30 y 22 horas
Los malos jugadores (Les mauvais joueurs, 2005) (85’; 35mm) Dirección: Frédéric Balekdjian.Con Pascal Elbé, Simon Abkarian, Isaac Sharry.

En el popular barrio comercial del Sentier, la vida de Vahé Krikorian se desbarranca. La tienda donde trabaja está a punto de cerrar por deudas, su novia lo abandona y las trampas en el juego no le ayudan. El hermano de ella llega clandestinamente a Francia, pero se niega a trabajar para la organización que lo ingresa al país. El peligro acecha...“Frédéric Balekdjian da prueba de una real singularidad. La exigencia del guión, la sensibilidad de los intérpretes (todos irreprochables) y la originalidad de su tono bastan para hacer de Mauvais joueurs uno de los descubrimientos más estimulantes del cine francés reciente” (Olivier De Bruyn en Positif)“Una historia de supervivencia, con la violencia siempre presente, a la vista o encubierta. Con actores talentosos, los diálogos tienen instantes de gracia impetuosa. Una opera prima prometedora” (Cécile Mury en Télérama).Premio LVT-Manfred Salzgeber en el Festival de Berlín 2005.

Miércoles 19 A las 17, 19.30 y 22 horas
Hablá nomás...(Cause toujours, 2004) (87’; 35mm) Dirección: Jeanne Labrune.Con Victoria Abril, Jean-Pierre Darroussin, Sylvie Testud.
Una polilla. Un mudo enigmático. Una casa. Un film de género fantástico sobre el tema de la sospecha y su contrario, la confianza. “La directora dice lo correcto, sobre nuestra propensión a vivir de prestado; sobre las apariencias forzosamente engañosas; sobre el silencio, raro tesoro... Los actores se divierten, y nosotros con ellos” (Sophi Grassin en Première).

Jueves 20 A las 17, 19.30 y 22 horas
El rol de su vida (Le rôle de sa vie, 2004) (100’; 35mm) Dirección: François Favrat.Con Agnès Jaoui, Karin Viard, Jonathan Zaccaï.
Claire Rocher, periodista que trabaja en una revista de modas conoce a Elisabeth Becker, una estrella de cine. No tienen nada en común. Ni en el carácter, ni en el estilo con que se relacionan con los hombres. Y, menos aún, en lo que respecta al dinero o la fama. Elisabeth contrata a Claire para que sea su ayudante. Desde ese momento su vida cambia. Se amigan, o es lo que cree Claire...“Una armonía que descansa en el talento de dos actrices y también en el diálogo que se mantiene entre la realidad mediática contemporánea y la ficción (...) El rol de su vida no se aleja nunca de su vocación humorística, además de guardar un perfume de juego privado común a tantos films dedicados al cine”. (Thomas Sotinel en Le Monde) “El director François Favrat toma prestado de Joseph L.Mankiewicz y La malvada un poco de su fulgor y su profundidad” (Pierre Murat en Télérama).

Viernes 21 y sábado 22 A las 17, 19.30 y 22 horas (viernes 21)Y 14.30, 17, 19.30 y 22 horas (sábado 22)
Trabajo, uno sabe cuando empieza… (Travaux, on sait quand ça commence…; 2004) (95’; 35mm.) Dirección: Brigitte Roüan. Con Carole Bouquet, Jean-Pierre Castaldi, Aldo Maccione.
Una abogada divorciada y con dos hijos adolescentes vive una relación con un cliente. Para deshacerse de él, decide hacer arreglos en su casa y que resulte momentáneamente inhabitable. Contrata a un joven arquitecto colombiano quién, a su vez, llega con un equipo de paisanos no especializados y en situación migratoria dudosa. Es el comienzo de una condena de seis meses de caos generalizado. Tiempo también en el que nacerán nuevas relaciones. “Una historia de reordenamiento del espacio que se juega en el plano íntimo y político. Una bella idea esta demolición alegre, más sinónimo de adaptación que de negación. ¿Un film utópico? Sí, un poco. ¿Humanista? También, sin por eso llenarse de buenos sentimientos. ¿Atrevido?. Es lo menos que se puede decir...” (Les Inrockuptibles).“Carole Bouquet sobresale como abogada y como lunática. Tanto como la propia directora, es feliz en medio del desastre que documenta la película” (Emmanuel Burdeau en Cahiers du Cinéma).Quinzaine des Réalisateurs del Festival de Cannes 2004

Domingo 23 y lunes 24 A las 14.30, 17, 19.30 y 22 horas (domingo 23) Y 17, 19.30 y 22 horas (lunes 24)
La serpiente en el puño (Vipère au poing, 2004) (100’; 35mm.) Dirección: Philippe de Broca.Con Catherine Frot, Jacques Villeret, Jules Sitruk.
Como un grito de odio y rebelión, Vipère au poing es la adaptación de una de las novelas sobre el tema de la infancia más conocidas y apreciadas de la literatura francesa. Un relato autobiográfico de Hervé Bazin, en el que con tono tragicómico expone el combate violento, despiadado, cruel y cómico entre un niño de diez años y su madre en el seno de una familia burguesa venida a menos en 1920. “Philippe de Broca dirige esta adaptación con una jovialidad que convive con la ferocidad de la brillante Catherine Frot (...)Una extraña delicia” (Alain Riou en TéléObs).Premio especial del jurado en el Festival France Cinema de Florencia 2004.

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MADRIDCINE - BUENOS AIRES 2006
Del 13 al 19 de julio se celebrará “MADRIDCINE - BUENOS AIRES 2006”, muestra presentada por el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales de la Argentina (INCAA) y la Consejería de Cultura y Deportes de la Comunidad de Madrid.
En el Atlas Patio Bullrich.

Jueves 13 de Julio
17.30 hs. Para que no me olvides (España, 2005), de Patricia Ferreira
20.15 hs. Iberia (España/Francia, 2005), de Carlos Saura
23.00 hs. La vida secreta de las palabras (España, 2005), de Isabel Coixet

Viernes 14 de Julio
17.30 hs. Otros días vendrán (España/Argentina,2005) de Eduard Cortés
20.15 hs Ninette (España, 2005), de José Luis Garci
23.00 Princesas (España, 2005), de Fernando León de Aranoa

Viernes 15 de Julio
17.30 hs. El cielo gira (España, 2004), de Mercedes Álvarez
20.15 hs. Para que no me olvides
23.00 hs. Iberia

Domingo 16 de Julio
17.30 hs. Princesas
20.15 hs. La vida secreta de las palabras
23.00 hs. Ninette

Lunes 17 de Julio
17.30 hs. Iberia
20.15 hs. El cielo gira
23.00 hs. Otros días vendrán

Martes 18 de Julio
17.30 hs. Ninette
20.15 hs. Princesas
23.00 hs. Para que no me olvides

Miércoles 19 de Julio
17.30 hs. La vida secreta de las palabras
20.15 hs. Otros días vendrán
23.00 hs. El cielo gira

viernes, julio 07, 2006

Dos

- Familia de historietistas geniales, que demuestran que la red sirve para algo.

http://historietasreales.blogspot.com/


- Mientras yo me quejaba en este blog que las películas independientes deberían tener un espacio que se corresponda a su modo de producción, otros ya lo habían inventado.

http://festunder.blog.com/

martes, julio 04, 2006

Sobre Alambres (Néstor Perlongher)

Este es probablemente el único texto donde Perlongher reflexiona sobre su obra, si se exceptúan las entrevistas. Fue publicado en El Porteño nº 74, en febrero de 1988.

Si no hay un yo —reza el rizoma de las Mil Mesetas—, si somos todas multiplicidades, verdaderas poblaciones, masas de devenires: nutrias, osos, prostitutas paulistas en la flor de un bretel, Delias de rimmel descorrido, Etheles, rosas a la caza de un Grossman perdido en Luxemburgo, la primera pregunta es: ¿quién escribe? ¿quién habla? O: ¿de parte de quién? Si somos tantos, vamos, lo simple se complica —si hablar de uno es perorar acerca de un irreductible múltiple. Si se me pide que hable —con una gentileza que "yo, la peor de todas" (así firmaba Sor Juana Inés de la Cruz), desmerezco—, entonces, ¿me engomino o me despeino? ¿hago el rabo o la trenza? ¿me rajo en la rabona? —con una irresistible tentación de perderme en el micromar de sílabas. Estamos ahora, hablando— más acá, más acá de las palabras, en el asqueroseante rococó de las sílabas. No es lo que quiero decir, pero me enturbio o me masturbio. Seamos claros: "intenté con Alambres..." la primera mentira: no puedo intentar nada. Si es que no hay yo, el poeta es yoyó. Considerable esfuerzo el de mandar alguna idea más o menos coherente: felizmente, la poesía no tiene esos paliques. Es dejarse llevar. La presión de las yemas en prisión maquinal. Así es que me despisto, pues me piden que hable de los Alambres: ¿sobreescribir lo escrito? ¿reír lo reído? ¿criticar (en purgante autocrítica)? Decir que intenté algo es mentiroso: es lo que me salió, las eses de las heces. Reconozco, con todo, una pluralidad de mambos diferentes: uno de los problemas que más me preocupó al montar Alambres fue, precisamente, la inexistencia de una unidad de estilo, acostumbrado a libros que son como matrices paridoras de idénticos gemelos. Eso, no me salía. Me pasaba empezar a escribir una serie, o un mambo, de poemas —unos cuantos inconclusos—, de los cuales algunos, con suerte, sobrevivían. Reconozco: muy pocos. Escaso rendimiento: una acumulación de cairelitos toscos que, muy de tanto, emitían alguna iridiscencia menos perecedera. Cuando el brillo seguía o resistía a sucesivos desplazamientos de la mirada vigilante por la película tatuada, no había más reme-dio que dejarlos: ya iban, ésos iban, iba el eso en el ello de un descolló. La poesía — pienso ahora— es un ramo del éxtasis. Vale reconocer que para producirlo o inducirlo empleé diversas técnicas: o perder la mirada sobre textos de una historia en polvorosa —los poemas épicos de Alambres: sobre todo Saldías— o dejarme pringar por la emoción del devenir mujer ("Daisy", "Ethel", "Mme. S.") o simplemente reinventar escenas tratando de captar lo que había por abajo o por adentro, o sea, no contentarse con describir lo que "pasaba", sino pescar la intensidad, los fuegos de palabras, siempre desfiguradas, mezcladas, trastornadas, que consiguieran socavar la cárcel del sentido ya dado de antemano —el orden del discurso, intuyendo deliberadamente que lo que nos sofoca, en la cadena de icebergs de los días, es un orden de sílabas. Se trata, al fin y al cabo, de una lucha, solitaria y atroz: deformar todo, desconfiar siempre de los sentidos dados, y, simultáneamente, dejarse... dejarse arrastrar por lo que llega, por lo que nos sacude o nos tremola. Es cierto que se acaba, ése es el riesgo, cayendo en una trampa irresistible e irrisoria: de la escansión, del ritmo, del dejo del dejarse al aludir.

Hay en Alambres dos campos o dos partes: uno, los poemas de la parte "histórica", que cubre aproximadamente la primera mitad del libro y culmina en la catástrofe final, "Cadáveres"; la otra parte, que podría llamarse "deseosa", abarca la segunda mitad y estalla en la proliferación asociativa de "Frenesí". Los límites entre las partes son borrosos: ambos campos de fuerza afectan, en diferente grado y magnitud, al conjunto de los versos, pero toda una tensión se erige. Si ya venía montando, en Austria-Hungría, una especie de épica sensual, creo que Alambres avanza en el sentido de una épica barroca, donde la historia es deseada, alucinada en el deseo.

Sucede que el deseo tiende a instaurar un campo de inmanencia, de pura intensidad, un grado máximo de desterritorialización, donde el sentido va a ser dado por los estallidos del inconsciente, y la impulsión del que teclea no tiene por misión sino dejar pasar —cortándolos— los flujos de un eco de arroyuelo tenaz, que obsede en cierta forma vaporosa del éxtasis. Si ese flujo recurre a los foulards de la historia para anudar u ornar su cuello —para no dispersarse en la porosidad de su delicuescencia—, es como si el delirio se montase a los desfiladeros de Tarija, para desatar en el punto de impregnación un alud de alusiones —picarescas, mordaces, corporales. Pues es del cuerpo que, al final (Nietszche y Artaud), se trata. Se trata en el plano de la escritura, de hacer un cuerpo —y de ahí lo chirriante, lo susurrante, lo fruitivo, el rasguido de las enaguas en el frufrú del rouge, la tensión diminuta del ánade en los tules, los íntimos recovecos del slip, el roce del esmalte en el botón bruñido.

Chispazos de una intermitencia maquinal lían los filamentos sueltos, derraman baldes de sombra en la sucesión y alteración de las palabras.

Fuente: Perlongher, Néstor, Prosa Plebeya: ensayos 1980-1992, Buenos Aires, Colihue, 1997.

 

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