sábado, julio 03, 2010

La novela familiar (entrega 6)


Prólogo a De Sarmiento a Cortázar (David Viñas)

Por cierto: es imprescindible estudiar los textos marxistas, pero sin olvidar jamás de verificarlos
con la realidad de nuestro país. Los libros son necesarios, pero debemos criticar enérgicamente
su santificación si nos aleja de nuestra realidad concreta.
Mao, Contra el culto del libro.

El sistema burgués se viene abajo. No se necesita tener un oído muy alerta para advertir ese estrépito ni se trata de adoptar elocuentes ademanes proféticos para señalarlo. Se consigna un hecho. Eso es todo. Lo único nuevo es que ese proceso ya no se sitúa a lo largo de las borrosas avenidas de Petrogrado ni entre las orillas de Yantsé o por los alrededores del Caribe. Es aquí donde acontece, en el Río de la Plata, entre nosotros.
Este libro parte de ese hecho. Y las razones son varias: la primera, para subrayar ese fenómeno con objetividad y, si cabe, contribuir con sus textos a acelerarlo, porque a nadie se le escapa que el proceso de desintegración puede prolongarse años. Si en algo la burguesía conserva su pericia es precisamente en el mantenimiento de cadáveres. La segunda razón: este final módico y ruidoso va marcando el cierre de un circuito principal que es el eje para una primera aproximación al proyecto, realización, matices, niveles, contradicciones, apogeo, crisis y sobrevivencia de la Argentina como país burgués. En tercer término, ese eje también me sirve como hilo conductor de este libro, lo que no quiere decir que toda la problemática se reduzca a una suerte de causalismo único. No. Lo que se propone en este libro no es una explicación sociológica sino una lectura política de la literatura de nuestro país entendida como un texto único, corrido, donde la burguesía argentina habla. Y que quede claro: esta lectura no excluye otras, sino que las implica, esboza, promueve y necesita.
Incluso, esta perspectiva que privilegia una actitud crítica —y una andadura periodística y polémica— que en el momento actual considero prioritarias se lleva a cabo en este primer tomo en tres flexiones: 1) a través de los "modos de ser" concretos en que el modelo de escritor burgués propuesto en 1837 se ha ido encarnando hasta hoy; 2) verificando esas inflexiones en la constante temática del viaje a Europa que pone en juego —a partir de un desnivel entre un país dependiente y los centros imperiales— las fantasías de aquel intelectual por despegarse de la tosca particularidad de su país con vistas a "salvarse" en el recinto ideal de los universales; 3) recuperando la visión del mundo inherente a ese intelectual y a su viaje en la interna correlación de sus textos donde las figuras de los "niños" y de los "criados favoritos" condensa, en último análisis, la perspectiva de excepcionalidad elaborada por el escritor "elegido" frente a su comunidad, entre "el diferente" y lo homogéneo, entre amos y esclavos.
Pero la prioridad otorgada a una lectura política no excluye su fundamentación en otros niveles; de esas perspectivas y del vaivén entre textos, texturas y contextos se ocupan los tomos siguientes:
2. El liberalismo: negatividad y programa.
3. Indios, paraguayos y gauchos.
4. El apogeo de la oligarquía.
5. La crisis de la ciudad liberal.
6. Señores, bohemios y anarquistas.
7. Yrigoyenismo, clases medias y vanguardia.
8. La década infame.
9. El peronismo.
10. Del 55 al 70.
Pueden resultar intimidatorias las dimensiones de esta lista, pero su razón de ser no se inscribe en ningún cielo inaccesible: yo cobro por cada entrega a mi editor cien mil pesos. De eso vivo. Es la utilización de un intersticio privilegiado cada vez más en deterioro. Se me ocurre al releer: quizá suene a fanfarronada, pero es voluntad de demitificación de un trabajo tradicionalmente santificado. Además, se pensó en la conveniencia que las mil quinientas páginas ya escritas del texto en su totalidad fueran parceladas en diez tomos para que la adquisición por parte del público que me interesa resultase menos costosa. El mercado siempre está presente; la cosa es ni eludirlo mágicamente ni dejarse atrapar; operar con él, trazarse una táctica, política, grupal, tratando de que sea lúcida y eficaz.
Mil quinientas páginas de texto. Sin duda que además de intimidatorio o frenético tiene un aire omnipotente. Dos cosas por lo menos: soy conciente que el manejo de un material masivo como el de la literatura argentina que se abre sobre 1837 hasta llegar a 1970 requiere un trabajo en equipo. Lo he reclamado muchas veces, esa necesidad se esboza en cada una de las hipótesis planteadas y lo solicito explícitamente en el interior de este primer tomo proponiendo la nueva alternativa de una literatura socialista con fronteras: criticando al dogmático "realismo socialista" y al acomodaticio "realismo sin fronteras" postulo una doble inversión y una posibilidad que apunte a un método y a un campo de trabajo. Esa es la primera. Y la segunda: este libro se empezó a escribir en la época de Contorno, allá por 1953 (esa fecha llevan algunos de los artículos que aún se incluyen). Y se prolongó en Literatura argentina y realidad política del 64, en La crisis de la ciudad liberal del 66 y en artículos y prólogos publicados en Uruguay, Cuba, México y Venezuela. Aquel fue un momento de trabajo en grupo donde intuitivamente se plantearon críticas, procedimientos y se esbozaron síntesis posibles: lo central es que no nos resignábamos al empirismo en sus concreciones populistas ni a la teoría desencarnada que pretendía tener de su lado universales. Quiero decir: no nos conformaba el peronismo en lo político ni Sur ni la universidad como signos más visibles en la zona específica de los libros. Y siguen sin conformarme esos términos: lo que era espontaneidad se elaboró en polémica frente al populismo y frente al culturalismo abstracto. Pero ése era el contexto inicial de mi relación con este trabajo. Y si por la vertiente política el frondicismo liquidó mis últimas ilusiones de intelectual proveniente de la clase media, la faena universitaria disipó otras poniéndome en la alternativa de elaborar una síntesis que no encontraba en lo ya hecho. Qué duda. Había excelentes análisis monográficos, muy pegados a lo concreto y a los datos y a los que recurro y cito a lo largo de este trabajo. Pero la propuesta de una versión global, desde un marxismo que se quiere crítico y se distancia de versiones más o menos mecánicas, oportunistas o de secta y que, a la vez, incorpora resultados metodológicos logrados en otras perspectivas, no existía.
Por eso, de aquí en adelante, mis propuestas.

D. V.
Set. 1970.

Fuente: Viñas, David (1971): De Sarmiento a Cortázar, Buenos Aires, Ediciones Siglo Veinte, pp. 9-12.

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