martes, febrero 26, 2013

We are chusmas

La reedición de Museo del chisme de Edgardo Cozarinsky es motivo para celebrar. Yo, chusma, he intentado difundir las pequeñas anécdotas del libro en diversas oportunidades (acá, acá y acá) por lo que la aparición del Nuevo museo del chisme, una edición revisada y ampliada que nos brinda la distinguida editorial La bestia equilátera, no me puede pasar desapercibida. Cozarinsky hace del chisme un género básico, en el sentido fundamental de la palabra, a través del trabajo artesanal con el que talla estas pequeñas delicias de la vida cultural y por eso hay que recorrer su hermoso museo.


Nuevo museo del chisme - Edgardo Cozarinsky
Esta visita guiada a los chismes más deliciosos de la historia de la literatura, de las artes y de la historia a secas, tiene como cicerone y maestro de ceremonias a Edgardo Cozarinsky, que ha demostrado ya en muy distintos géneros y registros su inteligencia, su veracidad y su rigor. La tensión dramática o humorística de la anécdota impone su eficacia. Tras esa límpida definición (gracias a la síntesis genial de Cozarinsky), poco puede agregarse en términos de estilo y escritura.

El Nuevo museo del chisme, que enriquece con veinticinco hallazgos la primera edición —hoy inhallable—, reúne un elenco de personajes que va de Dorothy Parker a James Joyce, de Victoria Ocampo a Ernesto Sabato, de Joseph Stalin al astronauta Tsibliyev. Abre el volumen un ensayo que cobra mayor importancia con el curso de los años, “El relato indefendible”, una indagación única y preciosa del chisme como núcleo indispensable de la novela –en Henry James y Proust, sí, pero también como indicio informativo de cualquier narración–.

El libro que hay que tener para que la literatura siga siendo la isla del tesoro del placer.

CHISME N° 20:
París, años 30. Joyce le dicta a Beckett su work in progress, que será Finnegan’s Wake. En algún momento llaman a la puerta, Beckett no lo oye y Joyce dice: “Come in”. Al final de la jornada de trabajo, el secretario lee en voz alta el dictado del día. Al llegar al “come in”, Joyce se sobresalta: “¿Y eso?”. “Usted lo dijo”. Tras un momento de reflexión, el autor decide: “Dejémoslo…”.

Leé un fragmento ACÁ

También disponible en E-BOOK desde marzo

0 comentarios:

 

Blog Template by YummyLolly.com - Header Image by Vector Jungle