viernes, agosto 21, 2009

Juan Martini y la literatura de la sospecha

Mi conocimiento de la obra de Juan Martini se limita a dos de sus primeras novelas policiales, El agua en los pulmones (1973) y Los asesinos las prefieren rubias (1974) (estas dos más El cerco (1975) fueron recopiladas en su momento en el libro Tres novelas policiales (Legasa, 1985)). La primera me resultó, lo recuerdo, bastante apegada al policial negro norteamericano si bien contextualizaba dicho género en la ciudad de Rosario lo que le daba cierta peculiaridad; la segunda, en cambio, me parece una apuesta formal y en relación con el contexto histórico muy interesante (algunos de sus elementos: la figura del doble, la represión militar, el policial negro pasado por un tamiz paródico, las estrellas de Hollywood y la fama, las referencias mezcladas y cruzadas entre Argentina y Estados Unidos, una prosa precisa y sintética, etc.).
Hace poco, sin embargo, me agencié La vida entera (1981), como para empezar de una vez por todas con sus novelas más recientes. Obviamente, todavía no tuve la oportunidad de arrancar pero sí lo hizo Ezequiel Acuña en el blog El cieguito con su breve reseña sobre El fantasma imperfecto (1986). En dicho post, Ezequiel trae a colación una categoría para leer parte de la obra de Martini:
El fantasma impertecto se mueve gracias a la sospecha. Algo como la teoría del iceberg de Hemingway y los recuerdos de guerra de Nick, pero más abocado a la paranoia sudaca. En su momento, recuerdo, se me ocurrieron muchísimos ejemplos de los que ahora no estoy tan seguro: desde Casa tomada (lógico), pasando por Nadie nada nunca (obvio) hasta Los pichiciegos (aunque supongo que Fogwill me crucificaría). Mi idea era sacarme de encima el policial y sus discusiones de género para proponer una literatura argentina que hace de la sospecha su motor, su máquina deseante; una literatura tiernamente paranoica, para eludir, de paso cañazo, el "fantástico", "realismo mágicos", "realismo fantástico" y todas sus derivaciones horrendas. Digamos, literatura de sospecha no como un género o una cualidad estilística-formal sino como una manera de pensar la creación artística de forma inacabada, no cerrada.
La reseña de El fantasma imperfecto, cuyo título es "Los rulos de Medusa", sigue acá. La categoría "literatura de la sospecha" que Ezequiel menciona me parece útil para escapar a las etiquetas literarias que a veces no pueden dar cuenta de las características propias de ciertos textos.
Ahora bien, más allá de las novelas sobre Juan Minelli, Juan Martini presenta el jueves 27 de Agosto su nueva novela, Cine. Abajo copio la invitación, acá pueden leer un breve comentario sobre su trama y acá el primer capítulo de la novela. Juan Martini es uno de esos autores a los que recomiendo seguirles el rastro ya que varias de sus novelas han dado frutos realmente ejemplares en una adaptación peculiar y no automática del género policial al contexto argentino.

2 comentarios:

grachi dijo...

La categoría de "literatura de sospecha" me parece interesante como idea. HAbría que pensar si en realidad de alguna manera no está instalada en procedimientos creativos que vienen por lo menos de la vanguardia.
Muy interesante el blog! Son de UBA?

Ezequiel M. dijo...

Epa, cada día más cerca de convertirme en Sarlo! Evidentemente te gustó más de lo que suponía.
Con un sólo libro leído, estoy de acuerdo en que Martini es un tipo para recorrer más. Voy a buscarme los policiales.

De las vanguardias europeas? No sé, por un lado me parece que es bastante coyuntural, mediados de siglo, y por otro que forma parte de un imaginario más grande. Aunque en ese punto alguien podría objetar que toda la literatura se basa en la sospecha in fact.

 

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