Prólogo: El festival sigue girando y ya son más las exhibiciones que los cientos de ojos que las contemplan día a día. Se perfilan algunas preferidas del público como la película boliviana "Lo más bonito y mis mejores años" o la rusa "First on the Moon" o la argentina "Los próximos pasados" de Lorena Muñoz. Mañana se conocerán los ganadores.
El cine norteamericano se hace resonar en cada sede, junto a las fotos de Abbas Kiarostami en el Malba, y el "¡¿viste lo que fue el Acorazado en el Colón?!", y finalmente, "no te podés perder la perfomance de danza Butoh y Mekas en el Recoleta". También cabe pensar, como se mencionó en la charla sobre criterios de selección en los festivales de cine, que ya existen festivales en donde sólo se pasan 9 o 10 películas, o incluso festivales en donde no se pasa ninguna y el festín es reflexionar y discutir sobre un corpus preestablecido.
Por el momento, con una veintena de films vistos, les dejo mis segundas recomendaciones.
Perlas de los segundos días:
Lucy (Lucy, Alemania, 2005-2006).
El segundo film del director alemán Henner Wincler narra el conflicto de una adolescente ante su prematura maternidad. Seguir con su vida de salidas nocturnas o asumir el rol de madre, es la disyuntiva de la cual se ve presa la protagonista. Girando en torno a la niña recién nacida, se desarrollan también los problemas de la abuela materna que ya fue madre soltera, el nuevo novio de Maggy y el verdadero padre que también temblequea ante su rol.
Tratado con una exterioridad que por momentos podría diluir el conflicto, lo más logrado del film, es que mediante esa exterioridad no se juzgan las decisiones de los personajes ante Lucy. Rodada a partir de primeros planos, con puertas que abren, cierran y dividen, el director alemán nos invita a reflexionar aquí (en Alemania es legal y no tiene la misma condena moral) sobre el aborto y el paso prematuro hacia la adultez.
Your Heart in my Brain (Tu corazón en mi cabeza, Alemania, 2005)
A modo de Psicosis postmoderna rodada en video, el film del director nacido en Lituania Rosa von Prauheim, considerado el "niño terrible" del Nuevo Cine Alemán, narra el encuentro de tres seres dentro de una casa, existentes ellos o no, pero atravesando las profundidades de la homosexualidad, la locura y el canibalismo. Tratada con una constante cámara en mano que persigue a los personajes o funciona como diario íntimo, el film se adentra y escapa a los géneros de terror y suspenso, a través de las grandes actuaciones de los protagonistas y un guión rotundo como el de las grandes obras alemanas. Basada en un caso real (si la psicosis no es ficción por sí misma) y apta casi en exclusivo para amantes de lo perverso.
Pavee Lacken: a Traveller Girl (Pavee Lackeen:una viajera, Irlanda, 2005)
La opera prima del reconocido fotógrafo irlandés Perry Ogden borra las los límites entre la ficción y el documental para narrar la historia de una familia que vive en las afueras de Dublín en casas rodantes. La cámara seguirá el constante recorrido de exclusión en todos los ambitos que sufre esta familia, desde ser arrojados a las peores zonas para alojar su vivienda, a la repetitiva inoperancia de las asistentes sociales para poder integrar a la protagonista de la historia, la joven Winnie Maughan. Lograda luego de cientos de horas de grabación en video, y obteniendo solo los momentos "donde estamos feas", el director irlandés logra un film estremecedor y emocionante, y que solo en nuestro país puede encontrar como correlato a Bonanza de Ulises Rosell.
Les invisibles (Los invisibles, Francia, 2005)
La opera prima del director francés Thierry Jousse revela la madurez de alguien que ha reflexionado durante mucho tiempo sobre el cine en las páginas centrales de Cahiers du Cinema, bajo su dirección. En este film, se propone al mismo tiempo revelar el proceso creativo-obsesivo de un músico, Bruno, y también el proceso creativo-obsesivo sobre el amor. Aunque el amor será en este caso, encuentros sexuales a ciegas, a partir de un misterioso chat teléfonico. El amor y la creación como una constante búsqueda de lo desconocido, de la irremediable ceguera que arrastramos, es el sinuoso camino que atraviesa Bruno dentro de una atmósfera a lo David Lynch. Aunque siempre el camino encierra guías, como se refleja en la figura del portero, uno de los mejores personajes secundarios que pude ver en los últimos tiempos. Aunque en estas orillas, podría ser un film teñido de cierto tono "intelectuoso", es una más que interesante reflexión sobre las oscuridades de los procesos creativos y la soledad en las grandes urbes.
Hoy no te tuve a tiro para agradecerte la oferta de textos aireanos. Lo hago por este medio: ¡¡¡¡Gracias Pablín!!!! – Este chico, cada día más adorable :) –
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