-Señorita maestra, ¿se acordó de lo que le pedí?
-Sí, niña. Fui a ver en el diccionario y busque la palabra melodrama. Dice así: “especie de drama en que, con recursos vulgares, se procura ante todo mantener la curiosidad y emoción del auditorio”. Entonces busqué la palabra drama y decía: “obra de asunto serio y generalmente triste, que conmueve profundamente el ánimo y suele tener desenlace funesto”.
-¿Entonces un melodrama es un drama hecho por alguien que no supo, señorita?
-No exactamente, pero en cierto modo sí es un producto de segunda categoría. Busqué más en la enciclopedia en la parte de teatro, y decía que en el drama los conflictos están originados en los defectos o virtudes de los personajes. Cada personaje tiene su propio carácter, con defectos y virtudes, y, de ahí surgen los dramas, porque se trata de gente diferente entre sí, y por eso chocan. En cambio en el melodrama lo que origina el conflicto es alguna intervención del destino, como en Puerta cerrada, donde Libertad Lamarque pierde todo en la vida porque un cartero entrega un telegrama a alguien que salía en ese momento de la casa de ella, que era tan buena. Y también era muy buena Margaret Sullivan en La usurpadora, pero se atrasa el cochero que la lleva al puerto y pierde el barco y el novio se cree que ella no vino porque no lo quiere. En el melodrama hay siempre esos golpes de la mala suerte. Y los reciben personas buenas. Las protagonistas de los melodramas son siempre mujeres buenas.
-¿Santas?
-No, una cosa es ser buena y otra ser santa.
-Señorita, una tía de mami se quedó soltera también por eso, un golpe de la mala suerte: le prestó el vestido a una amiga que entró en la casa de un soltero, y el novio de la tía de mami se creyó que era ella, y la esperó hasta que salió y la mató y se escapó, y nunca nadie supo más de él. Y la tía de mami nunca más salió de la casa. ¿Pero qué culpa tuvo ella?
-Culpa ninguna, el destino le mandó la desgracia. Hay gente que se busca la desgracia, por defectos de carácter, y esos vendrían a ser personajes de drama, ¿entendiste?
-¿Y la tía de mami no es personaje de drama entonces?
-Según el diccionario no, es un personaje de melodrama. La pobrecita tuvo un destino melodramático.
-Entonces, encima de no tener la culpa de nada, si filmasen la historia, ¿no ganaría ningún Oscar?
-Tal vez no.
-¿Y qué hay que hacer para salvarse de un destino melodramático?
-Nada, porque no depende de uno. Te cae y te electrocuta como un rayo. Y ahora basta, no pienses más en eso.
-No, señorita, a mí me da miedo, voy a rezar mucho todas las noches para salvarme de un destino melodramático.
Puig, Manuel, Un destino melodramático: argumentos, Buenos Aires, El cuenco de plata, 2004.
Manuel Puig es bárbaro. no conocía este cuento, vamos a tener que cuidarnos todos bien de que no tengamos un destino melodramatico
ResponderBorrarSí, Juli, yo también voy a rezar mucho.
ResponderBorrarestaba buscando cómo bajar puerta cerrada, con libertad lamarque, y encuentro esta página, con este cuento que me leyeron unos días atrás
ResponderBorrarno encontré, pero encontré algo
saludos!