Acabo de ver en el subte la publicidad gráfica de Mamá cocina, la nueva línea de rebosadores y pan rallado de Molino Cañuelas. Ya cuando leí "Mamá cocina" no lo podía creer. Estas son algunas impresiones:
1. La nueva línea de Molino Cañuelas se llama Mamá cocina. ¿No es obvio que su opuesto sería “Papá trabaja”?. Mamá en la cocina, papá en el trabajo y los niños riendo “como locos” porque van a comer milanesas. ¿Papá trabajara en Molino Cañuelas? Quizás si mamá no fuera mamá, no cocinaría...
2. La publicidad, obviamente, está dirigida a un receptor femenino y una de las frases que se leen es “¿Todavía estás pensando qué vas a hacer hoy a la noche?”. Es decir: vos, mujer que viajás en el subte (¿vas al trabajo o a hacer las compras?) y que estás pensando desde que te subiste al subte o tal vez desde que te levantaste a hacerle el desayuno a tu marido y a los chicos en qué corno harás de comer a la noche; vos, mamá cocinera, ¿todavía estás pensando en qué cocinar? ¿Sigue siendo tu único objeto de pensamiento?. No pienses más: comprá rebosador Mamá cocina y hacete unas milangas. Tus pibes y tu marido se pondrán como locos.
3. “Las mejores milanesas son las que mamá cocina”. Sí, son las mejores porque las hacés con rebosadores Mamá cocina y porque la que cocina es mamá y como ella está acostumbrada a cocinar y es su acción predilecta, las milanesas le salen bárbaras.
4. “Seamos sinceros, ellos no son los únicos.” La frase viene después de una que dice “los chicos se vuelven locos con las milanesas” (o algo parecido). Me intriga a quiénes incluye ese plural que pide sinceridad. A lo mejor, hay otro receptor masculino que se incluiría en esa sinceridad y en esa locura por la milanesas y, además, ese “seamos” parte desde el enunciador publicitario que también parece ser masculino y que constituye un nosotros inclusivo con el receptor masculino que viaja desde, hacia o por trabajo. Ambos disfrutarán lo que mamá cocina, el sano producto elaborado con germen de trigo, avena, fibra y calcio. Papá trabaja para que Mamá compre los rebosadores y cocine; y mamá cocina para que papá esté sanamente alimentado y pueda seguir con su trabajo.
5. La fotito es de un nene y una nena riendo como locos por las futuras milanesas. ¿Nena de qué te reís? Dentro de poco estarás cocinando esas milanesas para otros.
6. El logo es buenísimo: es una mujer vestida de cocinera con un bol en una mano y un batidor en la otra. Me fascina esa necesidad de vestir a la mujer de cocinera para que lo sea, como si la ropa la invistiera del poder de hacer sabrosas milanesas. ¿Papá cómo estará vestido?
Tenés razón Mati, en casa por ej. a Papá le salen mas ricas las milangas que a Mamá.
ResponderBorrarRecomiendo sobre este tema, "Modos de ver" de John Berger.
Salutes, P.
Te dejo de tarea para el hogar: buscar el libro de Berger en internet así todos podemos leerlo.
ResponderBorrarPapá va a la oficina, viste corbata.
ResponderBorrarSalutes!
Qué tipo jodido que sos Mati, eh. Pero es muy cierto. Y no es más que un ejemplo de tantos que hacen a la construcción de los mismos estereotipos. Ahora me sale la de Norte, ¿se acuerdan? Todas minas de menos de cuarenta años llevando el carrito al canto de "vuelvo feliz a Norte porque Norte tiene precio".
ResponderBorrarY los coritos: "comprar como me gusta/eso está bien/cuidar mi presupuesto/lo se muy bien". Fijate que en este caso tambien, mama cocina, pero ¿cuánto tiene mamá? Estoy seguro que mi foto sonriente no la pondrían (obviando además las cuestiones estéticas, ¿no?)
excelente ese humor ácido, señor raia!
ResponderBorrarGracias, romi!
ResponderBorrarA Míster Raia:
ResponderBorrarSi algunas publicidades no se reforzaran en el status quo, sería complicado vender los poductos, ¿no es cierto? Después de todo, atrás de esto sólo hay un interés económico, y ya se sabe, todo vale en el amor, en la guerra y en planear cómo comprarse un yate.
Atte.
Publicista falto de imaginación pero lleno de plata.
Jaja, tal cual. Ahora estoy fascinado con la publicidad del jabón Lux pero esa presenta otro prototipo de mujer: la mujer bella. Sí, es la publicidad de la mina en la bañadera que recorre el mundo en su cruzada feminizadora y embellecedora.
ResponderBorrarQuiero destacar la frase: "¿Nena de qué te reís? Dentro de poco estarás cocinando esas milanesas para otros."
ResponderBorrarExcelente pàgina. Saludos desde Chile.
ResponderBorrarsabés...yo también me detuve a ver esa patética propaganda.
ResponderBorrarla hipótesis que barajé acerca de quién se vuelve loco por milangas, es que tal vez la madre, en tanto piensa y sólo piensa que hace de comer y encima debe usar pan rallado, hace enchastre y se molesta por eso, es una locura negativizada!
salud
Gracias, amigo cihleno, saludos a ustedes desde Argentina.
ResponderBorrarMalena, coincido con vos, es una locura dada vuelta y un punto de comunión con la locura hambrienta del esposo y los hijos.
¿Y la publicidad de Fernet en la que el pibe le habla solo a las tetas de la mina que tiene en frente? ¿Y TODAS las de detergente, jabón para la ropa, etc, etc...? ¿Y la de cerveza que enumera las cosas que son "buena onda" en las que se incluye "los escotes pronunciados" y "reencarnar en orca inflable"? La lista es infinita. Perdón que me meta, pero llegué acá y me encontré con un tema que me fastidia particularmente...
ResponderBorrarde todas maneras, los escotes pronunciados son "buena onda".
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