Por fin una editorial argentina empieza a rescatar a ese escritor, Bernardo Kordon, que quedó en el sótano de la literatura argentina (tal vez por su tendencia realista, tal vez por la crudeza y desesperanza de sus tramas y personajes perdedores en la línea de la obra de Arlt, tal vez porque nunca tuvo el guiño de la crítica) y a quien dedicamos un post hace unos meses en el que incluímos "La última huelga de los basureros". Pues bien, la editorial platense Mil botellas, (quienes ya publicaron a Rafael Barret, entre otros) reedita en un mismo libro dos de las grandísimas novelas cortas del amigo Kordon, Alias Gardelito (1956) y Kid Ñandubay (1971). Vaya como muestra una párrafo de la primera:
"Todo indicaba que existía una especie de gente que no sólo aceptaba, sino que necesitaba del engaño, pagaba por eso. Lo fundamental era dejar que ellos se engañaran solos; no forzarlos nunca. Estaba visto que no era preciso forzarse para engañar a nadie; esa gente se engañaba sola. Él sólo quiso robar un perro; venderlo y cargar con las consecuencias. Pero he aquí que había caído en un mundo de amantes de los perros, donde la gente se enternecía y aflojaba la bolsa sin mayor resistencia. Lo mejor era quedarse quieto: mostrarse cariñoso con ese perro y pasearlo hasta que se presentara una nueva oportunidad. Pues estaba visto que por él mismo nadie le daría dinero para tomar un taxi, ni lo valorizaría en veinte pesos." (Alias Gardelito, p. 86-87)
Fuente: Kordon, Bernardo (1981): Alias Gardelito; Un horizonte de cemento; Kid Ñandubay, Buenos Aires, Galerna.
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