El texto que pego a continuación es un artículo publicado por Borges en el diario Clarín en 1984 con motivo de la reforma del plan de estudios en la carrera de Letras de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. Si bien no estoy de acuerdo con la perspectiva del artículo, me pareció pintoresco y tiene alguna que otra alusión irónica que bien vale la pena.
La cultura en peligro
Por Jorge Luis Borges
Es raro que alguien quiera haber sido objeto de una broma; tal es, inverosímilmente, mi caso. Ha llegado a mis manos un manuscrito cuya materia es la reforma -llamémosla así- de los estudios de la Facultad de Letras de la Universidad de Buenos Aires. Soy doctor emérito de esa casa. En esta ocasión, como en otras, no he sido consultado, pero me creo con derecho a opinar. Transcribo el asombroso texto:
"Todas las literaturas extranjeras podrán ser optativas y pueden sustituirse, por ejemplo:
por
Literatura media y popular.
Medios de comunicación.
Folclore literario.
Sociología de la literatura.
Sociolingüística.
Psicolingüística.”
Prefiero creer que este misterioso proyecto es jocoso, o trata de serlo; si ha sido escrito para ser leído literalmente, es alarmante o terrorífico. Abolir las literaturas extranjeras es, de hecho, abolir humanidades, es decir, la cultura. El verbo sustituir ha sido empleado de manera indebida. Puede sustituirse una taza de café por una de té, pero no el estudio de Virgilio, o el de Voltaire, por el de Canal 13. En cuanto a "literatura media" confieso mi invencible ignorancia; quizá se trate simplemente de literatura mediocre, acaso la de autores que asimismo son funcionarios. En lo que se refiere a "folklore" (voz acuñada en Inglaterra, en 1846) contaré una anécdota personal.
Hace ya muchos años. Néstor Ibarra y yo conversábamos con un amigo común, el tropero Soto. Ibarra le dijo:
—Usted es entrerriano. Usted creerá, sin duda, en los lobizones.
El paisano le contestó:
—No crea señor. Esas son fábulas.
Como se ve el pueblo es menos crédulo que los crédulos folkloristas. Si el folklore me interesara, lo buscaría en tierras muy antiguas, como la India, o primitivas como el Senegal. no en las provincias argentinas, de tradición reciente. Me dicen, sin embargo, que gracias a las autoridades, el folklore ha llegado ya a la campaña.
¿Qué será la sociología de la literatura? El hecho estético es un brusco milagro. No puede ser previsto. Me place recordar que el pintor Whistler dijo una vez Art hapens, el Arte sucede. Ya el místico alemán Ángelus Silecius había declarado: Die Rose Ist ohn'Warum, la rosa es sin porqué.
¿Qué serán la sociolingüística y la psicolingüística? Como del resto del universo, nada sé de esas disciplinas o neologismos, pero sé que no pueden "sustituir" a las Mil y Una Noches o a las aventuras de Alicia.
Según es fama, los argentinos somos ingenuos. Para acallar toda sospecha convendría que algún personaje oficial desmintiera en letras de molde el estrafalario catálogo que denuncio.
Citado en Bombini, Gustavo (2005): La trama de los textos, Buenos Aires, Lugar.
Por Jorge Luis Borges
Es raro que alguien quiera haber sido objeto de una broma; tal es, inverosímilmente, mi caso. Ha llegado a mis manos un manuscrito cuya materia es la reforma -llamémosla así- de los estudios de la Facultad de Letras de la Universidad de Buenos Aires. Soy doctor emérito de esa casa. En esta ocasión, como en otras, no he sido consultado, pero me creo con derecho a opinar. Transcribo el asombroso texto:
"Todas las literaturas extranjeras podrán ser optativas y pueden sustituirse, por ejemplo:
por
Literatura media y popular.
Medios de comunicación.
Folclore literario.
Sociología de la literatura.
Sociolingüística.
Psicolingüística.”
Prefiero creer que este misterioso proyecto es jocoso, o trata de serlo; si ha sido escrito para ser leído literalmente, es alarmante o terrorífico. Abolir las literaturas extranjeras es, de hecho, abolir humanidades, es decir, la cultura. El verbo sustituir ha sido empleado de manera indebida. Puede sustituirse una taza de café por una de té, pero no el estudio de Virgilio, o el de Voltaire, por el de Canal 13. En cuanto a "literatura media" confieso mi invencible ignorancia; quizá se trate simplemente de literatura mediocre, acaso la de autores que asimismo son funcionarios. En lo que se refiere a "folklore" (voz acuñada en Inglaterra, en 1846) contaré una anécdota personal.
Hace ya muchos años. Néstor Ibarra y yo conversábamos con un amigo común, el tropero Soto. Ibarra le dijo:
—Usted es entrerriano. Usted creerá, sin duda, en los lobizones.
El paisano le contestó:
—No crea señor. Esas son fábulas.
Como se ve el pueblo es menos crédulo que los crédulos folkloristas. Si el folklore me interesara, lo buscaría en tierras muy antiguas, como la India, o primitivas como el Senegal. no en las provincias argentinas, de tradición reciente. Me dicen, sin embargo, que gracias a las autoridades, el folklore ha llegado ya a la campaña.
¿Qué será la sociología de la literatura? El hecho estético es un brusco milagro. No puede ser previsto. Me place recordar que el pintor Whistler dijo una vez Art hapens, el Arte sucede. Ya el místico alemán Ángelus Silecius había declarado: Die Rose Ist ohn'Warum, la rosa es sin porqué.
¿Qué serán la sociolingüística y la psicolingüística? Como del resto del universo, nada sé de esas disciplinas o neologismos, pero sé que no pueden "sustituir" a las Mil y Una Noches o a las aventuras de Alicia.
Según es fama, los argentinos somos ingenuos. Para acallar toda sospecha convendría que algún personaje oficial desmintiera en letras de molde el estrafalario catálogo que denuncio.
Citado en Bombini, Gustavo (2005): La trama de los textos, Buenos Aires, Lugar.
esta muy mal
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