Carta a César Aira.
Noviembre 16, 1981.
Ahora que tengo, digamos, “un destino” (irme a España), compruebo que lo que deseaba era eso: tener un destino, no irme a España: es seguro que ya lo sabías, me consta, así como no ignoro —dada mi compulsión a la compulsión de repetición— que pasar hambre y problemas de alojamiento y “torturas neuróticas” por poder o no poder escribir (Nada que ver con ninguna “flexión”, reflexión kafkiana. En mi caso se trata de un grado de inhibición —aun cuando escribo— que linda con la inepcia) en Barcelona o en Mar del Plata es exactamente lo mismo. O peor, más grave todavía, en Barcelona. Pero la angustia —terrorífica y no exagero— reside precisamente en esta búsqueda desesperada de “cambios”, etílicos a veces y de sexo, cuando lo que en verdad me pasa es que no logro ver la diferencia (ni siquiera entre leer y escribir, o entre vivir en Cantón de Uri o en El Cairo, o entre el dolor y el placer). [...]
Apareció un nuevo blog,
Correspondencias, cuyo objetivo es poner en circulación textos y cartas de nuestro clásico escritor marginal Osvaldo Lamborghini. Chequéenlo.
Buen dato, buena cita.
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