Chocolate por la noticia: David Cronenberg es un genio. Tuve la oportunidad de ver eXistenZ (1998) y me dejó idiotizado. Hace algunos años había visto Videodrome (1983) y también me había perturbardo.
Creo que lo que me encanta de estas dos películas particularmente (aunque podria agregar, lateralmente, Dead Ringers (1988) y su trabajo sobre el doble, la fecundación y la adicción) es la reflexión en torno a tres ejes: el cuerpo (en su sentido biológico), la tecnología y la realidad (ejes que, en general, se inscriben en la mixtura de dos géneros: la ciencia ficción y el policial).
Cronenberg merodea lo perverso y lo morboso porque hace que sus personajes y que sus mundos interactúen corporalmente con los artefactos industriales y tecnológicos (la televisión en Videodrome, los videojuegos y sus periféricos en eXistenZ), es decir, los objetos se conectan directamente a nuestro cuerpo: en eXistenZ, los personajes tienen un "bio-port" que les permite introducir el cable-órgano que los vincula al control remoto del juego; en Videodrome, el protagonista besa a la pantalla de televisión, que late como si fuera un corazón, y se introduce en ella. Pero también en sentido inverso, Cronenberg hace que la tecnología se vuelva natural, biológica, en las películas antes mencionadas los objetos se vuelven humanos y/o animales, cobran vida y son viscosos, blandos, palpitantes. Así, el cuerpo humano pierde sus límites y, en consonancia con los planteos de Peter Slöterdijk en "El hombre operable", el sujeto y el objeto que tan claros se distinguían, comienzan a entrelazarse (incluso, de manera sexual) y sus diferencias se tornan difusas. Y eso, perturba.
Pero todavía hay más en Cronenberg ya que, a partir de esta inquietante relación íntima entre el cuerpo y la tecnología, el director de Crash explora la posibilidad de la realidad virtual (ya sea a través de la televisión, ya sea a través de los videojuegos) y de qué incidencias podría tener en la mente y en los sentidos del ser humano. De este modo, nuevamente se vuelve inestable un límite: el límite entre realidad y virtualidad, entre lo real y lo imaginario. eXistenZ es una película traumática por esa inestabilidad porque no sólo sus personajes se encuentran perdidos al no poder determinar si están o no en el juego sino que los espectadores, o eso es lo que al menos me sucedió a mí, también se ven involucrados en la indeterminación. Por lo demás, esa frontera difusa entre la realidad "real" y la realidad "virtual" tendrá resonancias sobre aspectos como la identidad, la experiencia y la percepción.
En fin, recomiendo fervientemente mirar estas películas y si ya las vieron, volver a verlas porque con creaciones como Second Life o sólo con el desarrollo actual de Internet o de consolas de videojuegos como la Wii, el cine de Cronenberg funciona como una anticipación ("el futuro llegó hace rato", ¿no?) y una reflexión en torno a las posibilidades del cuerpo y de la tecnología, pura biopolítica.
PD.: Por lo demás, algunos investigadores vinculados a una filosofía no tradicional ya comienzan a prestarle atención a este director como puede verse en este libro: Flatline constructs: gothic materialism and cybernetic theory-fiction de Mark Fisher, en el que se mezcla Deleuze + gótico + Cronenberg + cyberpunk.
Bueno, pues por vuestra culpa me espera un fin de semana de Cronenberg. Hace años que no veo 'Dead Ringers' (de hecho, diría que siempre la he visto en catalán, "Inseparables", traducen).
ResponderBorrarAgradecido, vamos.
Y me alegro de ello, jaja. Saludos!
ResponderBorrarHola Matías:
ResponderBorrarVeo que te entusiasmó Mark Fisher. Una idea que tuve en su momento fue traducir el libro entero de Mark y publicarlo acá. Veo que no estaba tan equivocado.
abrazo
No, Juan, no estabas para nada equivocado. Aparte ya es hora de mover un poco el avispero filosófico. Abrazo!
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