Copio:
“cuando leer comienza a ser algo más que un proceso técnico o el mero estudio mecánico, se torna peligroso. Leer hace pensar, lo vuelve a uno libre y rebelde…” Heinrich Böll en “Leer nos hace Rebeldes” (bajar .pdf)
El viernes 23 de abril, desde las 18hs. en el Salón Cortazar de la Biblioteca Nacional, Agüero 2502, Ciudad de Buenos Aires, la Fundación Vía Libre invita a reivindicar el Derecho a Leer en el marco de la celebración del día mundial del libro.
En 1995, en homenaje a autores tales como Cervantes, Shakespeare, Garcilaso de la Vega, Nabokov, entre otros, la UNESCO decidió celebrar el 23 de abril como el día mundial del Libro y el Derecho de Autor. Esta fue la forma de rendir homenaje a los libros y los autores que encontró la UNESCO, con el objetivo de alentar a todos, y en particular a los jóvenes a descubrir el placer de la lectura y a apreciar las irremplazables contribuciones de aquellos que nos han legado sus textos para el enriquecimiento de la cultura en todo el mundo.
Sin embargo, leyes restrictivas y medidas técnicas de gestión de derechos de autor están poniendo en serio peligro el acceso a la lectura, tal como dan cuenta cotidianamente estudiantes, docentes, bibliotecarios y activistas de la cultura libre. El día mundial del libro debe ser reivindicado en este contexto como el día del Derecho a Leer.
Prácticas habituales como prestar libros, comprar y revender libros usados en ferias de segunda mano, fotocopiar para fines educativos, conservar libros durante años y volver a leerlos tiempo después, regalar libros, compartir socialmente el placer de la lectura son prácticas puestas hoy en riesgo por dispositivos de control técnico y legal:
Prácticas habituales como prestar libros, comprar y revender libros usados en ferias de segunda mano, fotocopiar para fines educativos, conservar libros durante años y volver a leerlos tiempo después, regalar libros, compartir socialmente el placer de la lectura son prácticas puestas hoy en riesgo por dispositivos de control técnico y legal:
- Libros electrónicos regulados por sistemas de control técnico que permiten vigilar, restringir los usos y hasta borrar libros a distancia (tal como ocurrió con los ejemplares de “1984″ borrados a distancia de los Kindle de Amazon),
- La creciente criminalización del trabajo de las bibliotecas públicas y populares, que ven restringidas sus prácticas de conservación, intercambio, y difusión de información por los sistemas legales vigentes,
- La imposibilidad de acceder a materiales educativos agotados, con costos prohibitivos o fuera de catálogo en el mercado por parte de estudiantes de todos los niveles, pero principalmente universitarios,
- La prohibición de hacer copias privadas para usos educativos, estudiantiles, sin fines de lucro,
- La inclusión de la cláusula de “prohibido el préstamo público” en publicaciones, tal como indican las directivas europeas de préstamo de pago en bibliotecas públicas, en ejemplares que llegan a nuestro país.
Este 23 de abril reivindicamos y promovemos el derecho a leer, un derecho esencial para el acceso a la información, la educación y la construcción de ciudadanía. Entendemos que reivindicar el derecho a leer, en el día del libro, es también reivindicar el reconocimiento público al trabajo de los autores, que son además, los más ávidos y prolíficos lectores.
No podía estar más de acuerdo con lo que decís en este artículo. Lo suscribo íntegramente. Un saludo.
ResponderBorrarOjo, Francisco, que no es un artículo de mi autoría sino una gacetilla del encuentro del viernes. Y yo también, suscribo íntegramente. Saludos!
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