Leyendo uno de los libros que reeditaron los muchachos de 17grises, Ciudades argentinas de Enrique Banchs, me encuentro con este fragmento como para iniciar una arqueología, al mejor estilo Foucault, del pancho y la coca electorales:
Hay que ver a la gente del pueblo en días de elecciones, como son éstos, y en un local de club político, esas pulperías con una bandera y un escudo al frente. Toda esa gente está embriagada y se amontona, vocifera y esputa en los corredores donde se gesta el destino civil. Obsequioso y farsante, el candidato va de grupo en grupo con una bandeja de empanadas electorales, pues parece que sólo cuando la comida les regurgita esa gente se siente con bríos para la magna obra cívica. Una vez más, el sistema representativo es una cuestión de estómago.
Fuente: Banchs, Enrique (2010 [1910]): "Tucumán" en Ciudades argentinas, Bahía Blanca, 17grises, p. 164.
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