sábado, agosto 21, 2010

No future (sobre Varadero y Habana maravillosa de Hernán Vanoli)


En Varadero y Habana maravillosa de Hernán Vanoli (Tamarisco, 2010), el tiempo ha pasado, lo notamos por ciertos detalles que no cierran: ciertas alusiones a enfermedades, a ciudades devastadas, a desastres ecológicos, a conflictos político-sociales que no recordamos pero que se parecen demasiado a pequeños acontecimientos de nuestra abigarrada realidad. En estos relatos, el tiempo ha avanzado, no demasiado, pero ha avanzado: lo leemos en la creciente segregación social, la enfermedad epidémica y la represión voraz en “Funeral gitano”; en los controles médicos del aeropuerto y las características anacrónicas (la “comida natural”, el sexo por “frotamiento”) de las tierras cubanas en “Varadero y Habana maravillosa”; en el contrabando biológico de “Eugenia volvió a casa”; y en el mundo devastado de “Castores”. Y lo que más nos desconcierta de este futuro cercanísimo es el presente narrativo denso en la mayoría de los relatos (un presente que puede volverse exasperante por la monotonía en la que nos sumerge, un presente apegado a la narración minuciosa de las acciones, las conversaciones, los pensamientos…) y, en contraste, la poca información sobre estos elementos extrañísimos (pero, claro, los personajes no necesitan explicar esos elementos, ellos conviven con tales condiciones, saben manejarlas o las soportan, y si eligen contar una historia, será por otras razones).
En Varadero y Habana maravillosa de Vanoli, además, hay viajes:

1. Hay viajes de placer, a lugares como Cuba. Y es “Varadero y Habana maravillosa”, el relato que nos sumerge, a través del diario de su protagonista, en formas de socialización de turismo exótico, en aeropuertos atestados por el turista típico y amistades pasajeras de familias, en free-shops cautivantes y cruceros formidables, en delicias de barra libre y recorridos turísticos. En el centro del relato, dos escenas que colapsan y que instalan lo heterogéneo en el seno de lo típico: una visita al antiguo novio de Sabrina y una escena erótico-masoquista.
2. Hay viajes laborales, a lugares como Cancún. Y es “Eugenia volvió a casa”, donde otra narradora femenina nos cuenta la vuelta de su hermana, reciente administradora de empresas, de Cancún. Vanoli pone en juego la explotación de sudamericanos en lugares turísticos de ensueño (Eugenia pasa de reciente licenciada a mucama) narrando el regreso de la hermana mayor y, nuevamente, instalando un elemento siniestro en el seno de la recepción festiva y familiar (se va delineando otro tema que circula en Varadero y Habana maravillosa: la familia como institución básica de la sociedad y la moralidad y los secretos que la corroen).
3. Hay viajes urbanos, de la periferia al centro, en lugares como Buenos Aires. Y es “Funeral gitano”, el protagonista relata el viaje en tren del Gran Buenos Aires al centro para manifestar junto con los demás integrantes de la Coordinadora en una ciudad a oscuras, casi deshabitada. La aparición de la policía y su monopolio de la fuerza deviene en conflicto y la muerte del Toro y su funeral desatan nuevos conflictos en torno el sexo, la familia y la muerte.
4. Hay viajes, por último, de aventura europeísta, a lugares como una fábrica tomada o unos galpones (lugares de reclusión al mejor estilo Sector 9 o Niños del hombre). Y es “Castores”, la nouvelle que cierra Varadero y Habana maravillosa en la que dos hermanos, cazadores de castores, organizan tours para europeos, para estudiantes que quieren filmar, con placer de entomólogos, los conflictos de una fábrica tomada o la vida precaria en los galpones. Es el turismo ventajista, armado en el momento, que resignifica los conflictos sociopolíticos y los vuelve espectáculo.
En definitiva, Varadero y Habana maravillosa de Vanoli es una colección de relatos situados temporalmente en un futuro cercanísimo, un futuro atravesado por el turismo (y sus diversas facetas), los roces sociales, las familias en ruptura y las alteraciones biopolíticas, un futuro que se lee demasiado cercano a nuestro presente. Estos relatos, escritos de forma directa y llana, nos presentan diversos narradores que toman la voz para contarnos algún día (o algunos días), de forma pormenorizada, en el que algo pasó y ya nada volvió a ser lo que era.

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