Hoy se cumplen tres años.La mañana era fría y húmeda; los rayos de sol no se atrevían a cruzar la densa niebla que enturbiaba la atmósfera.El aspecto amenazador de un invierno de miserias, turbaba la paz en aquella choza desconsolada, donde en un lecho de paja dormían hacinados una madre, a quien la muerte había robado el esposo, y cinco niños, más hambrientos que inocentes; abandonados al azar por una sociedad injusta, sin pan y sin esperanzas, en los embates de la lucha por la vida.Su padre había muerto hacía poco tiempo en la cárcel; habían transcurrido apenas dos semanas. su amo lo había llamado un día y lo había amonestado por su espíritu revolucionario.–¡Eres un haragán –le dijo,– y pretendes convertir a los demás en haraganes como tú!–¡Mentís!– le respondió el obrero. si hay haraganes en el mundo, sois vosotros, los que vivís en una degradante molicie, sin haber manejado jamás una herramienta. y más aún que haraganes sois unos..."Ladrones" iba a agregar, quizás, cuando una sonora bofetada lo interrumpió.
La crónica de José Ingenieros, "El amanecer de un primero de mayo" (1896), sigue acá, en el libro a libre disposición: Historia del primero de mayo (Editorial Terramar, 2011). Más libros gratuitos, políticos, anarquistas en Utopía Libertaria.
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