En tiempos en que el diario La Nación aún estaba en su tradicional edificio con entradas por Florida y por San Martín, Manuel Mujica Lainez se cruza, camino del diario, con otro redactor, poeta él, tenazmente confiado en que nadie sospecha su homosexualidad; esa tarde lo acompaña un joven muy bien parecido. Ante el saludo de “Manucho”, el colega se turba visiblemente y se apresura en presentar a su acompañante como “un sobrino”. Sonriente, implacable, “Manucho” informa: “Sí, lo conozco, fue sobrino mío el año pasado...”.
Fuente: oral, folklore gay porteño, años 60.
Cozarinsky, Edgardo (2005): Museo del chisme, Buenos Aires, Emecé, p. 82.
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