Tras las tentativas en Un barroco de trinchera (Mansalva, 2006), el novelista y periodista Osvaldo Baigorria ha comenzado a perfilar en sus dos últimos libros, Sobre Sánchez (Mansalva, 2012) y Cerdos&Porteños (Blatt&Ríos, 2014), una ética de la nota al pie. ¿En qué consistiría esta ética? Sencillamente se trata de una exploración profunda de este recurso desplazado: un clásico paratexto, dependiente del texto central, que en la escritura de Baigorria cobra otras facetas, otros usos. En esa exploración marginal, el autor pone en juego su propia vida en la obra.
En Sobre Sánchez, el texto central mezcla géneros (biografía, crónica, novela, crítica literaria y más) para contar la vida y obra de Néstor Sánchez, ese escritor elusivo que en los últimos años comenzó a ser revisitado gracias a los esfuerzos de editoriales como Paradiso y La Comarca ediciones. Baigorria entrevista a gente cercana a Sánchez, lee sus novelas y artículos críticos, construye lecturas sobre la escritura poemática del autor de Siberia blues, cuenta los entretelones de su investigación pero también coloca notas al pie. La nota que abre la edición, “About”, lo explica claramente: el libro está compuesto por tres partes. La parte III, titulada “Notas al pie”, recupera las notas de las partes I y II. Justamente, una forma de leer Sobre Sánchez sería retomar cada una de las notas cuando son mencionadas (y así seguir el modo clásico, esperado); el otro modo, implícito en la numeración de las partes, sería leer el apartado de notas al pie como un relato autónomo aunque fragmentado, vinculado sí con los otros apartados. En la parte III, las notas proponen reflexiones y anécdotas de Osvaldo Baigorria, una puesta en juego de su subjetividad a través de sus experiencias lúmpenes, místicas y culturales, en claro diálogo con la subjetividad del escritor de La condición efímera. En Sobre Sánchez, Baigorria comienza a elaborar un uso alternativo de las notas al pie: las corre del lugar subsidiario que podrían tener, las usa como espacio de exploración interior y reflexión lingüístico-metafísica, las propone como punto de partida de una ética menor, fragmentaria.
Justamente, Cerdos&Porteños es una reciente y hermosa compilación de artículos y crónicas de Baigorria, en la que las notas al pie o de referencia reaparecen. Se trata de una antología de textos escritos para las revistas El Porteño y Cerdos&Peces en los 80, atravesada por la estética de la transgresión y de la contracultura. Cada artículo posee dos notas al pie: una que lo antecede y contextualiza las condiciones de producción y publicación del texto; una que lo cierra y repone en qué número de qué revista fue publicado junto a qué otros textos. Ahora bien, estas notas al pie no son sencillamente referenciales sino que, nuevamente, Baigorria utiliza este espacio para transmitir sus peripecias, experiencias e inquietudes en el momento en que realizó cada nota, pero también para construir una relectura crítica, desde el presente, de los temas y el tono que lo obsesionaban en aquel entonces. En este sentido, la tensión entre el Baigorria de los 80 y el Baigorria actual, entre una vida que se despliega en el tiempo y en la historia, se entrevé en esta filigrana que tejen las notas al pie que en un primer momento parecen accesorias pero que luego se vuelve tan fundamentales como los artículos. En mi lectura personal, llegué a tal punto de fascinación con estas notas al pie que leía primero estos paratextos marginales, uno tras otro, y luego recién me internaba en los artículos. En este recorrido, por ejemplo, Baigorria expresa cierta desconfianza ante en el gesto transgresor glorificado en los 80 o explica con detalle por qué valía la pena esa nota por aquellos años y hoy no tendría tanto sentido a la luz del contexto contemporáneo. En todo caso, Baigorria continúa explorando las posibilidades de la nota al pie en Cerdos&Porteños como un espacio de potencia, de reflexión y de autoconocimiento.
Justamente, Cerdos&Porteños es una reciente y hermosa compilación de artículos y crónicas de Baigorria, en la que las notas al pie o de referencia reaparecen. Se trata de una antología de textos escritos para las revistas El Porteño y Cerdos&Peces en los 80, atravesada por la estética de la transgresión y de la contracultura. Cada artículo posee dos notas al pie: una que lo antecede y contextualiza las condiciones de producción y publicación del texto; una que lo cierra y repone en qué número de qué revista fue publicado junto a qué otros textos. Ahora bien, estas notas al pie no son sencillamente referenciales sino que, nuevamente, Baigorria utiliza este espacio para transmitir sus peripecias, experiencias e inquietudes en el momento en que realizó cada nota, pero también para construir una relectura crítica, desde el presente, de los temas y el tono que lo obsesionaban en aquel entonces. En este sentido, la tensión entre el Baigorria de los 80 y el Baigorria actual, entre una vida que se despliega en el tiempo y en la historia, se entrevé en esta filigrana que tejen las notas al pie que en un primer momento parecen accesorias pero que luego se vuelve tan fundamentales como los artículos. En mi lectura personal, llegué a tal punto de fascinación con estas notas al pie que leía primero estos paratextos marginales, uno tras otro, y luego recién me internaba en los artículos. En este recorrido, por ejemplo, Baigorria expresa cierta desconfianza ante en el gesto transgresor glorificado en los 80 o explica con detalle por qué valía la pena esa nota por aquellos años y hoy no tendría tanto sentido a la luz del contexto contemporáneo. En todo caso, Baigorria continúa explorando las posibilidades de la nota al pie en Cerdos&Porteños como un espacio de potencia, de reflexión y de autoconocimiento.
Osvaldo Baigorria, acaso sin quererlo, ha propuesto una exploración ética de la nota al pie en sus dos últimos libros, Sobre Sánchez y Cerdos&Porteños. Si en el texto central de ambas obras, la vida se cruza con la escritura (la escritura poemática de Sánchez como compromiso vital; las crónicas transgresoras de Baigorria); en las notas al pie, se trama una ética que pone en juego la vida del autor. Tal vez se trate de esa chispa de vida que intensamente buscamos en las palabras; tal vez, de un modo particular de escribirse en los márgenes para alcanzar un conocimiento de sí, una exploración de la subjetividad y la experiencia personal.
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