Segunda entrega: los matices del gris (sobre 17grises editora)
Tercera entrega: una mirada extrañada (sobre China editora)
Cuarta entrega: las huellas de la imaginación (sobre Fiordo editorial)
Quinta entrega: seguir el hilo rojo (sobre Hilo rojo editores)
Sexta entrega: cuidado con el libro (sobre Cave librum editorial)
Séptima entrega: trazar recorridos (sobre Excursiones editorial)
Octava entrega: atípicos (sobre editorial Letranomáda)
Novena entrega: conexiones íntimas (sobre Santiago Arcos editor)
Décima entrega: la juntidad espeluznante (sobre La Comarca libros)
Undécima entrega: el deseo de editar (sobre Palabras amarillas ediciones)
Duodécima entrega: entre lo exótico y lo familiar (sobre Páprika editorial)
Décimotercera entrega: cómo narrar lo contemporáneo (sobre Momofuku libros)
Décimocuarta entrega: entre ruinas y umbrales (sobre Cabiria ediciones)
Octava entrega: atípicos (sobre editorial Letranomáda)
Novena entrega: conexiones íntimas (sobre Santiago Arcos editor)
Décima entrega: la juntidad espeluznante (sobre La Comarca libros)
Undécima entrega: el deseo de editar (sobre Palabras amarillas ediciones)
Duodécima entrega: entre lo exótico y lo familiar (sobre Páprika editorial)
Décimotercera entrega: cómo narrar lo contemporáneo (sobre Momofuku libros)
Décimocuarta entrega: entre ruinas y umbrales (sobre Cabiria ediciones)
Retomo las entrevistas a proyectos editoriales y esta vez es el turno de hekht (blog). Se trata de un proyecto que se inició con una perspectiva academicista, con libros colectivos como A la inseguridad la hacemos entre todos, y derivó es un experimento editorial muy particular. Sus editoras Marilina Winik y Natalia Ortiz Maldonado nos respondieron un puñado de preguntas. Van!
GC: ¿De dónde tomaron el nombre para la editorial: “hekht”?
H: hekht es una diosa muy antigua, del tiempo en que era posible ser niña, mujer y vieja (inocente, gozosa y sabia) y diosa a la vez. La rana negra del desierto es un ser múltiple y, en cierta medida, bastante plebeyo (por mujer y animal, por húmeda y negra). Es una excusa para hacer una utopía.
GC: El catálogo fue cambiando a lo largo de estos años, ¿no? Empezó ligado a la investigación académica y luego fue virando hacia la traducción y publicación de textos más políticos, más filosóficos. ¿Cómo se produjo ese pasaje? ¿Qué criterios utilizan para construir el catálogo?
H: Nuestra plataforma de experimentación se mueve según se mueven nuestros intereses vitales, intelectuales, micropolíticos, espirituales… No hay un pasaje sino muchos, comenzamos con textos de grupos de los que éramos parte, luego comenzamos a explorar en textos potentísimos que no estaban en el contexto local que nos parecían totalmente necesarios. Nuestros criterios para editar un texto son sencillos: nos debe parecer inquietante por una o muchas razones.
GC: ¿En qué medida la editorial sostiene una política editorial copyleft?
H: Sostenemos el copyleft en la medida en que es muchísimo más que un sistema de licencias. Para hekht, el copyleft es una práctica dentro de un movimiento que cree en hacer comunidades más allá y más acá de la feroz competencia del mercado, una manera de ir tejiendo redes con otros, de señalar que la propiedad privada es una mentira y un robo. Ninguna rana croa sola.
GC: En la página pueden verse algunos eventos de tipeado o de armado de libros que abren la participación editorial, ¿qué valor particular le asignan al armado del libro? ¿Cómo se involucran los participantes de esos eventos con el objeto libro?
H: Nos interesa experimentar en cada uno de los pasos por los cuales un libro es un libro. Cada libro de nuestra editorial lo hace a su manera. Hemos armado libros comunitariamente (aprendimos a coserlos y encuadernarlos desde cero), hicimos presentaciones de textos sin comentaristas ni explicadores, tradujimos colectivamente al rioplatense, invitamos a perfórmatas a que reversionen lo que habíamos hecho. No tenemos fórmulas, cada vez es diferente.
GC: ¿Qué esperan publicar este año?
H: Este año nace Ranactiva, una línea de ficciones que, aunque son muy diferentes entre sí, comparten la idea de que la escritura (y muchas de nuestras experiencias cotidianas) se han vuelto imposibles por exceso de ruido ambiente. Viajar, amar o ser madres ya no son lo que eran.
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