Cuando terminé de escribir la primera versión de mi autobiografía Secretos de una estrella porno-indigenista me puse a revisar los fragmentos que había desechado y rotulado como “descartes” en una carpeta de la computadora a ver si alguno podía ser tardíamente incorporado al texto. Rescaté la transcripción de una leyenda oral que había grabado en una charla de fogón en Agua Corriente cierta noche de aquellas en las que recorría las antiguas rastrilladas en busca de datos sobre mis ancestros nativos. Leyenda es aquí una expresión peyorativa; mejor decir que se trata de la historia de amor entre un cacique manosanta y una cautiva voluntaria de nacionalidad holandesa, quienes habrían desarrollado en los alrededores de Trenque Lauquen, entre 1860-70, métodos de vanguardia para las operaciones de cambio de sexo y la reproducción transgénero. Pero me pareció que romperían con excesiva violencia el pacto de lectura del libro. Aun así, a esos fragmentos los “pasé en limpio” (expresión equívoca incluso después de ponerle comillas, porque da a entender que hubo suciedad, manchas, residuos y que ahora no los hay). Y aquí están. Pueden ser considerados como el mito de origen de una tribu ancestral, una utopía erótico-política en las pampas del siglo XIX; en fin, un mundo.
Así arranca "Semen indio", un relato genial de nuestro amigo Osvaldo Baigorria, que cruza el siglo XIX con la liberación sexual. Hermoso. Sigue acá.
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