martes, septiembre 29, 2009
domingo, septiembre 27, 2009
Hitler, la fórmula de la eterna juventud y el sida
"Por algunas referencias, Mengele reconoce que el injerto de testículos de mono en el hombre produce un rápido rejuvenecimiento, aunque de duración ilimitada -continúa De Nápoli-. El tratamiento fue seguido muchas veces por una enfermedad desconocida que lleva al paciente a la muerte en cuestión de meses. Los síntomas que menciona son de un parecido extraordinario a los del sida. Voronoff, que publicitaba en forma desmedida sus éxitos en la tapa del diario The New York Times, ocultaba estos fracasos. Si sigo adelante con mi investigación, tal vez descubra la forma en que el sida pasó del mono al hombre. Mejor dicho, probaré que las sospechas de Mengele sobre una enfermedad desconocida eran válidas."
Fuente: Nota a Carlos de Nápoli, autor de La fórmula de la eterna juventud, en la revista Viva (27/09/2009).
Para ver la campaña por demás bizarra "AIDS is a mass murderer", acá.
Fuente: Nota a Carlos de Nápoli, autor de La fórmula de la eterna juventud, en la revista Viva (27/09/2009).
Para ver la campaña por demás bizarra "AIDS is a mass murderer", acá.
sábado, septiembre 26, 2009
Bolañomanía
Jueves. Una curiosa criatura parecida a una vaca gigante pero que posee un pico de pato. Las palabras del periódico se ordenaron como un acertijo infantil dentro de mi cabeza. Me levanté a las cinco de la mañana. Después de lavarme descorrí la cortina: al fondo, en las escarpadas, muy lejos de la aldea, unas fogatas me recordaron los campamentos militares de mi adolescencia. Eran los carboneros. Más allá, hacia el oeste, entre bosques y campos de cultivo, el tendido ferroviario y un tren iluminado a medias que se perdía en la noche.Un cuento inédito de Roberto Bolaño, "El contorno del ojo", recuperado por la revista 60 watts, acá.
viernes, septiembre 25, 2009
Super Mario y el sentido de la vida
Traducción arbitraria: "Los mundos en Super Mario Bros. representan nuestra transición de la vida a la muerte. Las monedas que recolectamos todo el tiempo representan la necesidad de una fuente de ingreso consistente; los hongos, la necesidad de subsistencia (?).
Las estrellas indican la cantidad de peligros en la vida, especialmente las drogas y cuán invencible te hacen sentir.
Los pozos son simplemente eso: los pozos de la vida, accidentes que podés sufrir desafortunadamente.
El hecho de que los pequeños árboles son sólo nubes recoloreadas muestra el vínculo entre la tierra y el cielo. Una referencia al cielo, el lugar de descanso final de algunas religiones. Esto está remarcado por la escalera que aparece en el final de cada nivel; por ejemplo: la "escalera al cielo".
La meta del juego es rescatar a la Princesa, pero ¿con qué propósito? La verdad es que estás tratando de embarazarla, simplemente porque muchos señalarían que ése es el sentido de la vida.
No irás al Reino de los Hongos para salvar a la Princesa, irás para sembrar tu semilla."
Visto en el excelente blog The Journal of Cartoon Overanalyzations.
Las estrellas indican la cantidad de peligros en la vida, especialmente las drogas y cuán invencible te hacen sentir.
Los pozos son simplemente eso: los pozos de la vida, accidentes que podés sufrir desafortunadamente.
El hecho de que los pequeños árboles son sólo nubes recoloreadas muestra el vínculo entre la tierra y el cielo. Una referencia al cielo, el lugar de descanso final de algunas religiones. Esto está remarcado por la escalera que aparece en el final de cada nivel; por ejemplo: la "escalera al cielo".
La meta del juego es rescatar a la Princesa, pero ¿con qué propósito? La verdad es que estás tratando de embarazarla, simplemente porque muchos señalarían que ése es el sentido de la vida.
No irás al Reino de los Hongos para salvar a la Princesa, irás para sembrar tu semilla."
Visto en el excelente blog The Journal of Cartoon Overanalyzations.
jueves, septiembre 24, 2009
"¿Cómo lo hace? ¿Sabe lo que hace? ¿Hace lo que quiere?" (Sobre Cine de Juan Martini)
No quiero caer en la obviedad de hablar del cine y sus procedimientos técnicos en una novela, la última de ese interesante autor santafesino llamado Juan Martini, cuyo título es precisamente Cine (Eterna Cadencia, 2009) y por cuyas páginas desfilan múltiples referencias al ámbito cinematográfico (recordemos que Sívori es, precisamente, un guionista ocupado en la creación otra película sobre Evita y un profesor de cine; recordemos que la novela está plagada de referencias a directores y películas; recordemos que Mulholland Drive de David Lynch tiene una importancia considerable en la trama y en el juego con el doble, juego que se despliega a lo largo de relato generando un sistema de espejos y representaciones por demás interesante).También, tal como Martini lo señaló en la presentación del libro en la librería Eterna Cadencia, está claro que el montaje en varios capítulos de su nueva novela toma decididamente como patrón o modelo el montaje del cine en el que el pasaje de un suceso a otro suele ser abrupto, un mero empalme, sin necesidad de avisar que se cambia de tiempo, de personaje o de situación (el lector o espectador es el que debe estar lo suficientemente atento como para captar tal pasaje e ir recomponiendo el hilo narrativo).
En lugar de dedicarme a explorar las relaciones entre el cine y la literatura en la nueva novela del autor de La vida entera, prefiero señalar tres o cuatro cuestiones formales, propias de la construcción del relato si se quiere, que me parecen una apuesta fuerte para la literatura argentina contemporánea:
1. La construcción de los personajes: en los dos protagonistas en los que se sostiene el relato, Sívori y Pina Bosch, se nota un trabajo narrativo que además de crear identidades claras y verosímiles (la elección de Martini del registro realista se enriquece con las variaciones formales con las que expande sus posibilidades), representa con acierto la complejidad de las subjetividades y de las relaciones. Así, el guionista y la traductora, aunque lo que señalo podría ser extensible a otros personajes de Cine (Dippy, Carola, Florencia), se ven caracterizados en la opacidad y en las tareas que ordenan la vida cotidiana, en los sentimientos y pensamientos reprimidos y en la rutina, en los amores frustrados, deseados o pendientes y en la relación de consumo que establecen con distintos productos culturales, en los ritos privados y en los esfuerzos desesperados por establecer algún tipo de vínculo con el otro, el de la puerta de enfrente. Sívori y su vouyerismo, Pina y su masoquismo, son dos personajes consistentes y cautivantes que hacen de una trama que en un primer término parece simple, algo complejo, espinoso, tal vez demasiado humano.
2. La recurrencia: otros de los rasgos formales que se destacan en la última novela de Martini es la recurrencia casi precisa de fragmentos y escenas. Esa repetición deliberada produce un pliegue del espacio textual que se dobla sobre sí mismo para volver una y otra vez sobre diversos momentos (muchas de estas reiteraciones están relacionadas con Sívori: los paseos por Palermo; las salidas con sus amigos; su mirada vouyerista a través de la persiana americana; sus comidas; pero también nos encontramos con la aparición redundante del guión de la película sobre Evita). Lo interesante es que en esa recurrencia intervienen variaciones que si bien a veces resultan imperceptibles, demuestran un deliberado gesto del autor que parece estar llamándonos a una reflexión constante, como la del guionista que protagoniza la novela, en torno al tiempo, a la repetición y la diferencia y a los artificios novelescos (véase, por ejemplo, la salida de los tres amigos que se repite en las páginas 99 y 141, se notarán la repetición y las variaciones en las descripciones de los estados sentimentales de los personajes).
3. El narrador y su relación con el protagonista: tal vez uno de los rasgos más notables de la novela sea el tratamiento que Martini hace del narrador omnisciente. Por un lado, ¿es un narrador omnisciente? En verdad, no siempre logra acceder a los pensamientos y sentimientos de su protagonista, Sívori, por lo que en cierto sentido su omnisciencia estaría puesta en duda y en este sentido su limitación tiene como correlato la opacidad, como ya lo mencionamos, del personaje del guionista que se mueve por motivaciones oscuras o difusas para el lector pero también para el narrador. Por otro lado, uno de los aciertos de la voz narrativa, a la par de cierto ritmo del relato, es la intercalación de preguntas que interrogan por las causas, los pensamientos, las actitudes y los sentimientos del protagonista y de los demás personajes; preguntas que a veces se responden y que otras veces, quedan flotando generando una atmósfera de duda y misterio; preguntas que se hace Sívori respecto de su vecina pero que son enunciadas por el narrador, confundiendo ambas voces en un tono interrogativo minucioso. Hay van ejemplos varios: “¿[Sívori] Tiene hambre? A veces no.” (p. 12); “¿En qué momento ella detuvo la película, que apenas comenzaba y por qué? ¿Antes de poner la sartén en el fuego? ¿Antes de quedarse dormida?” (63); “¿Por qué se detiene Sívori ante el puma? ¿Sabe, Sívori, lo que dice saber sobre el puma?” (106); etc. Así, el narrador mediante su omnisciencia y sus interrogaciones intenta un acercamiento y una focalización sobre Sívori que, en general, se le vuelve en contra como boomerang poniendo en evidencia más bien la complejidad (y opacidad) del protagonista, de su vida y también, a través de la mirada del guionista, de los demás personajes.
4. Potpourrí: me gusta la opción de Martini por posponer reiteradamente el sujeto “Sívori” en varias de las oraciones de Cine (“Y se pregunta, Sívori:” (24); “En seguida cambia, Sívori, y decide despertarla.” (65); “Es, Sívori, un hombre amaestrado por sus costumbres…” (139)) y también me gusta cuando pospone al “Sívori” experimentante (“Le gustan esos ascensores, a Sívori.” (26)). Me gustan además las oraciones breves y concisas que escanden el relato (me hacen acordar a una de las primeras novelas de Martini, Los asesinos las prefieren rubias) y me gusta la yuxtaposición como elección sintáctica, me parece que de alguna manera trabaja en el realismo expandiendo sus posibilidades. A nivel más temático, me gusta el guión que escribe Sívori sobre Evita y su posición crítica respecto del peronismo y de la producción en torno a dicho movimiento y me gusta la exploración de las relaciones humanas y sus complejidades. Otro elemento por destacar son las descripciones fantásticas sostenidas en el vouyerismo del protagonista que mira a través de las persiana americana y que sólo alcanza a ver ciertos gestos, ciertas zonas, ciertas luces y sombras; las descripciones que hace Martini merecen atención. Finalmente, me causaron sorpresa las notas al pie: algunas me parecieron pertinentes en relación con el trabajo narrativo pero otras me resultaron un mero agregado de datos que quedaban con un sentido superfluo. Sí quiero señalar el acierto con las “Escenas no incluidas” que juegan con la novela como artificio pero también con la relación entre la literatura y el cine, tema del que dije en el principio que me negaba a tratar y es por eso que ahora cierro la boca.
PD.: Desde ya, recomiendo Cine de Juan Martini. Agradezco a Eterna Cadencia por continuar editando buenos libros y por la buena onda.
En lugar de dedicarme a explorar las relaciones entre el cine y la literatura en la nueva novela del autor de La vida entera, prefiero señalar tres o cuatro cuestiones formales, propias de la construcción del relato si se quiere, que me parecen una apuesta fuerte para la literatura argentina contemporánea:
1. La construcción de los personajes: en los dos protagonistas en los que se sostiene el relato, Sívori y Pina Bosch, se nota un trabajo narrativo que además de crear identidades claras y verosímiles (la elección de Martini del registro realista se enriquece con las variaciones formales con las que expande sus posibilidades), representa con acierto la complejidad de las subjetividades y de las relaciones. Así, el guionista y la traductora, aunque lo que señalo podría ser extensible a otros personajes de Cine (Dippy, Carola, Florencia), se ven caracterizados en la opacidad y en las tareas que ordenan la vida cotidiana, en los sentimientos y pensamientos reprimidos y en la rutina, en los amores frustrados, deseados o pendientes y en la relación de consumo que establecen con distintos productos culturales, en los ritos privados y en los esfuerzos desesperados por establecer algún tipo de vínculo con el otro, el de la puerta de enfrente. Sívori y su vouyerismo, Pina y su masoquismo, son dos personajes consistentes y cautivantes que hacen de una trama que en un primer término parece simple, algo complejo, espinoso, tal vez demasiado humano.
2. La recurrencia: otros de los rasgos formales que se destacan en la última novela de Martini es la recurrencia casi precisa de fragmentos y escenas. Esa repetición deliberada produce un pliegue del espacio textual que se dobla sobre sí mismo para volver una y otra vez sobre diversos momentos (muchas de estas reiteraciones están relacionadas con Sívori: los paseos por Palermo; las salidas con sus amigos; su mirada vouyerista a través de la persiana americana; sus comidas; pero también nos encontramos con la aparición redundante del guión de la película sobre Evita). Lo interesante es que en esa recurrencia intervienen variaciones que si bien a veces resultan imperceptibles, demuestran un deliberado gesto del autor que parece estar llamándonos a una reflexión constante, como la del guionista que protagoniza la novela, en torno al tiempo, a la repetición y la diferencia y a los artificios novelescos (véase, por ejemplo, la salida de los tres amigos que se repite en las páginas 99 y 141, se notarán la repetición y las variaciones en las descripciones de los estados sentimentales de los personajes).
3. El narrador y su relación con el protagonista: tal vez uno de los rasgos más notables de la novela sea el tratamiento que Martini hace del narrador omnisciente. Por un lado, ¿es un narrador omnisciente? En verdad, no siempre logra acceder a los pensamientos y sentimientos de su protagonista, Sívori, por lo que en cierto sentido su omnisciencia estaría puesta en duda y en este sentido su limitación tiene como correlato la opacidad, como ya lo mencionamos, del personaje del guionista que se mueve por motivaciones oscuras o difusas para el lector pero también para el narrador. Por otro lado, uno de los aciertos de la voz narrativa, a la par de cierto ritmo del relato, es la intercalación de preguntas que interrogan por las causas, los pensamientos, las actitudes y los sentimientos del protagonista y de los demás personajes; preguntas que a veces se responden y que otras veces, quedan flotando generando una atmósfera de duda y misterio; preguntas que se hace Sívori respecto de su vecina pero que son enunciadas por el narrador, confundiendo ambas voces en un tono interrogativo minucioso. Hay van ejemplos varios: “¿[Sívori] Tiene hambre? A veces no.” (p. 12); “¿En qué momento ella detuvo la película, que apenas comenzaba y por qué? ¿Antes de poner la sartén en el fuego? ¿Antes de quedarse dormida?” (63); “¿Por qué se detiene Sívori ante el puma? ¿Sabe, Sívori, lo que dice saber sobre el puma?” (106); etc. Así, el narrador mediante su omnisciencia y sus interrogaciones intenta un acercamiento y una focalización sobre Sívori que, en general, se le vuelve en contra como boomerang poniendo en evidencia más bien la complejidad (y opacidad) del protagonista, de su vida y también, a través de la mirada del guionista, de los demás personajes.
4. Potpourrí: me gusta la opción de Martini por posponer reiteradamente el sujeto “Sívori” en varias de las oraciones de Cine (“Y se pregunta, Sívori:” (24); “En seguida cambia, Sívori, y decide despertarla.” (65); “Es, Sívori, un hombre amaestrado por sus costumbres…” (139)) y también me gusta cuando pospone al “Sívori” experimentante (“Le gustan esos ascensores, a Sívori.” (26)). Me gustan además las oraciones breves y concisas que escanden el relato (me hacen acordar a una de las primeras novelas de Martini, Los asesinos las prefieren rubias) y me gusta la yuxtaposición como elección sintáctica, me parece que de alguna manera trabaja en el realismo expandiendo sus posibilidades. A nivel más temático, me gusta el guión que escribe Sívori sobre Evita y su posición crítica respecto del peronismo y de la producción en torno a dicho movimiento y me gusta la exploración de las relaciones humanas y sus complejidades. Otro elemento por destacar son las descripciones fantásticas sostenidas en el vouyerismo del protagonista que mira a través de las persiana americana y que sólo alcanza a ver ciertos gestos, ciertas zonas, ciertas luces y sombras; las descripciones que hace Martini merecen atención. Finalmente, me causaron sorpresa las notas al pie: algunas me parecieron pertinentes en relación con el trabajo narrativo pero otras me resultaron un mero agregado de datos que quedaban con un sentido superfluo. Sí quiero señalar el acierto con las “Escenas no incluidas” que juegan con la novela como artificio pero también con la relación entre la literatura y el cine, tema del que dije en el principio que me negaba a tratar y es por eso que ahora cierro la boca.
PD.: Desde ya, recomiendo Cine de Juan Martini. Agradezco a Eterna Cadencia por continuar editando buenos libros y por la buena onda.
Imperio de David Lynch en Canal 7
Como siempre fui, como dirían los muchachos de Hermética, "veleta de la moda", aviso que:
El Sábado 26 de Septiembre a las 22 hs, en Canal 7
"IMPERIO" de DAVID LYNCH
Presentado Por INÉS ESTÉVEZ
Con Laura Dern, Jeremy Irons, Justin Theroux, Harry Dean Stanton, William H. Macy, Naomi Watts, Jan Hench, Bellina Logan, Amanda Foreman, Diane Ladd, Kristen Kerr y Julia Ormond.
VERSION ORIGINAL presenta en estreno exclusivo IMPERIO, el último y perturbador film de David Lych, el genial realizador de, entre otras, TERCIOPELO AZUL, CARRETERA PERDIDA y MULHOLLAND DR.
La nueva película de David Lynch es la historia de un misterio. La historia de un misterio en un mundo dentro de otros mundos, que se revelan alrededor de una mujer. Una actriz comienza a trabajar en un film, y se convence de que el mismo esta embrujado. Para complicar las cosas, su vida comienza a parecerse a las escenas que filma.
VERSIÓN ORIGINAL es un programa dedicado al mejor cine internacional en su idioma original, presentado por Inés Estévez, con guión de Diego Brodersen
Área Cine de la Dirección Ejecutiva de Canal 7.
Responsables: Alejandro Fernández Mouján y Pablo Reyero
areacine@tvpublica.com.ar
martes, septiembre 22, 2009
Dos para vencer
Hace un tiempo que les vengo siguiendo la pista a dos grosos del comic nacional: Lucas Varela y Gustavo Sala. Simplemente, Varela se destaca por la precisión de sus imágenes y su paleta de colores pero también por los mundos sádicos y perversos que crea a partir de elementos de la realidad más cotidiana y cercana (cómo olvidar a Donald King y a Paolo Pinoccio en Estupefacto, su primer libro recopilatorio); Sala cultiva un humor bizarro y provocador en tiras de pocos cuadros con personajes extravagantes. Pueden ver algunas historietas, trabajos y tiras de ambos en Matabicho y Bife Angosto Unlimited.
Toda esta breve introducción sirve para invitarlos a la presentación de los nuevos libros de ambos dibujantes, Matabicho y Bola triste, que se realizará este sábado 26 de septiembre en el Espacio Moebius. Les dejo la invitación abajo:
Toda esta breve introducción sirve para invitarlos a la presentación de los nuevos libros de ambos dibujantes, Matabicho y Bola triste, que se realizará este sábado 26 de septiembre en el Espacio Moebius. Les dejo la invitación abajo:
lunes, septiembre 21, 2009
Un Bolaño hippie para el american way of life
Horacio Castellanos Moya escribe un artículo muy elocuente sobre la construcción del mito de Bolaño en Estados Unidos (después del realismo mágico del Gabo, el realismo visceral de Bolaño). Copio dos párrafos conclusivos:
Me gustan este tipo de lecturas que desmontan las operaciones del mercado literario para poner en evidencia los intereses ideológicos ocultos. Una joyita.
"Fue esa faceta contestataria de su vida la que serviría a la perfección para la construcción del mito en Estados Unidos, del mismo modo que esa faceta de la vida del Che (la del viaje en motocicleta y no la del ministro del régimen castrista) es la que se utiliza para vender su mito en ese mismo mercado. La nueva imagen de lo latinoamericano no es tan nueva, pues, sino la vieja mitología del "the road-trip" que viene desde Kerouac y que ahora se ha reciclado con el rostro de Gael García Bernal (quien también interpreta a Bolaño en el film que viene, a propósito). Con la novedad de que, para el lector estadounidense, dos mensajes complementarios, que apelan a su sensibilidad y expectativas, se desprenden de Los detectives salvajes: por un lado, la novela evoca el "idealismo juvenil" que lleva a la rebeldía y la aventura; pero, por el otro, puede ser leída como un "cuento de advertencia moral", en el sentido de que "está muy bien ser un rebelde descarado a los diecisiete años, pero si uno no crece y no se convierte en una persona adulta, seria y asentada, las consecuencias pueden ser trágicas y patéticas", como en el caso de Arturo Belano y Ulises Lima. Concluye Sarah Pollack: "Es como si Bolaño estuviera confirmando lo que las normas culturales de Estados Unidos promocionan como la verdad". Y yo digo: es que así fue en el caso de nuestro insigne escritor, quien necesitó asentarse y contar con una sólida base familiar para escribir la obra que escribió.Castellanos Moya, Horacio. "Sobre el mito Bolaño"
Lo que no es culpa del autor es que los lectores estadounidenses, con su lectura de Los detectives salvajes, quieran confirmar sus peores prejuicios paternalistas hacia Latinoamérica, como la superioridad de la ética protestante del trabajo o esa dicotomía por la cual los norteamericanos se ven a sí mismos como trabajadores, maduros, responsables y honestos, mientras que a los vecinos del Sur nos ven como haraganes, adolescentes, temerarios y delincuentes. Dice Sarah Pollack que, desde ese punto de vista, Los detectives salvajes es "una muy cómoda elección para los lectores estadounidenses, pues les ofrece los placeres del salvaje y la superioridad del civilizado". Y repito yo: nadie sabe para quién trabaja. O como escribía el poeta Roque Dalton: "Cualquiera puede hacer de los libros del joven Marx un liviano puré de berenjenas, lo difícil es conservarlos como son, es decir, como un alarmante hormiguero"."
Me gustan este tipo de lecturas que desmontan las operaciones del mercado literario para poner en evidencia los intereses ideológicos ocultos. Una joyita.
domingo, septiembre 20, 2009
El ángel (J. R. Wilcock)
El estereoscopio de los solitarios de Juan Rodolfo Wilcock, escrita en italiano en 1972, es una colección inquietante de semblanzas de personajes, animales y objetos inclasificables. Con un exceso de imaginación que coquetea con lo morboso, lo enigmático y lo fantástico, Wilcock elabora un repertorio de textos como pequeños condensados de poesía, melancolía y humor corrosivo. Algunos de los cuentos breves: un hombre se hace una lobotomía para que la vida le sonría; una sirena se quiere suicidar tomando los barbitúricos que la gente arroja al mar; un ángel que como ya no tiene nada que hacer decide dedicarse a la prostitución; un armario con muñecas aburridas que se volvieron escritoras; una gallina que se encarga de seleccionar la novedades editoriales que valen la pena (las que no, se las come); un hombre que decide convertir su departamento en una isla desierta, inspirado en Robinson Crusoe; etc. Les dejo una muestra gratis de la maestría de Wilcock (autor que se suma a la lista de la literatura argentina que clama a gritos ser re-leída y analizada):
El ángel
El ángel Elzevar está desocupado, lo único que sabe hacer es llevar mensajes pero ya no hay más mensajes que llevar, y entonces el ángel da vueltas revisando en la basura del gran basurero municipal en busca de restos de comida y sobras de fruta: algo tiene que comer. De noche, hizo la prueba de recorrer la orilla del río en calidad de prostituto todo servicio, y de hecho sabe hacer muchas cosas y su condición angélica lo exime de cualquier escrúpulo moral; pero la mayoría de las veces el encuentro termina mal, por ejemplo cuando el cliente, antes o después, descubre que Elzevar no tiene sexo: por lo que parece, en ciertas ocupaciones el sexo es particularmente requerido, e incluso indispensable. Para aplacar al desilusionado cliente, Elzevar le muestra un poco como vuela, primero a la derecha, después a la izquierda, después le pasa sobre la cabeza y le desordena los cabellos como una brisa ligera; pero los clientes de la orilla del río exigen algo más concreto que una normal exhibición de levitación; uno le mordió el tobillo en pleno vuelo, otro calvo con peluca lo llamó sodomita y un tercero lo denunció a la policía, basándose en un artículo del Código Penal que prohíbe exaltar la seducción y otros dos artículos del Código de Navegación Aérea relativos al vuelo urbano sin documentos. Después de lo cual Elzevar tuvo que mudarse a otro recodo del río, peligrosamente frecuentado por familias y pescadores con cañas, incluso de noche.
Estos inconvenientes, natural consecuencia de su desocupación temporaria, no pueden realmente preocupar a un ángel. Para comenzar, los ángeles son inmortales, y son pocos los mortales que pueden decir lo mismo. En cuanto a la falta de mensajes, un día u otro tendrá que terminar. Nuevos emisores se están alistando, y los potenciales receptores por cierto no escasean. Ya en el pasado le sucedió estar sin trabajo por períodos más o menos largos, sin hacer nada. Basura de comer nunca le ha faltado; es verdad que la prostitución angélica ya no es lo que era, pero de cualquier forma, hasta que esté listo el nuevo mensaje, hay que seguir en contacto con los hombres. Mientras tanto Elzevar siempre puede encontrar trabajo en un circo, en tanto los circos son como la prostitución en decadencia: lamentablemente muchas cosas cambiaron desde que existe la televisión. Si el Gran Silencio durase mucho, otros caminos interesantes y poco recorridos se le abren: por ejemplo el cine underground, la aplicación de antiparasitarios, la manutención de computadoras, la limpieza de ascensores y los desfiles masculinos de moda.
Fuente: Wilcock, J. R. (1998 [1972]): El estereoscopio de los solitarios, Buenos Aires, Sudamericana, p. 53-54.
Estos inconvenientes, natural consecuencia de su desocupación temporaria, no pueden realmente preocupar a un ángel. Para comenzar, los ángeles son inmortales, y son pocos los mortales que pueden decir lo mismo. En cuanto a la falta de mensajes, un día u otro tendrá que terminar. Nuevos emisores se están alistando, y los potenciales receptores por cierto no escasean. Ya en el pasado le sucedió estar sin trabajo por períodos más o menos largos, sin hacer nada. Basura de comer nunca le ha faltado; es verdad que la prostitución angélica ya no es lo que era, pero de cualquier forma, hasta que esté listo el nuevo mensaje, hay que seguir en contacto con los hombres. Mientras tanto Elzevar siempre puede encontrar trabajo en un circo, en tanto los circos son como la prostitución en decadencia: lamentablemente muchas cosas cambiaron desde que existe la televisión. Si el Gran Silencio durase mucho, otros caminos interesantes y poco recorridos se le abren: por ejemplo el cine underground, la aplicación de antiparasitarios, la manutención de computadoras, la limpieza de ascensores y los desfiles masculinos de moda.
Fuente: Wilcock, J. R. (1998 [1972]): El estereoscopio de los solitarios, Buenos Aires, Sudamericana, p. 53-54.
jueves, septiembre 10, 2009
Ciego
"Un ejemplo puede ilustrar lo que venimos sosteniendo: cuando en lugar de “ciego” se impone el calificativo “no-vidente”, se logra minimizar la significación del mundo de aquel impedido de ver. El ciego no debería ser visto sólo como un no-vidente. Al hacerlo, se lo confina a ser caracterizado apenas por una carencia: es el que no percibe lo que los otros ven físicamente. El acto presuntamente no discriminatorio, respetuoso de un derecho (hay algo escandaloso en el multiplicarse de los “derechos humanos”, que vuelve jurídico lo que hace a valores sustanciales, inmanentes), niega el posible mundo del ciego. De hecho, lo que resulta inadmisible es aceptar que puede haber otros mundos a partir de condiciones físicas distintas. La insistencia en pretender incluir a los ciegos en el mundo de los videntes, señalando que la única diferencia es el hecho de que el “no-vidente” carece de la posibilidad de recibir los impulsos luminosos, es una manifestación temerosa de prepotencia. ¿Podría el lenguaje soportar el reemplazo de “ciego” por “no-vidente” en los usos metafóricos, es decir, allí donde la significación suele adquirir su mayor envergadura? Se ha ido construyendo la diferencia de lo indiferente. Pero en la diferencia que marca los límites, la que indica lo otro, lo verdaderamente otro, se dibuja la eticidad del lenguaje. Se ha puesto en juego la responsabilidad de la palabra. Afirmar que “ciego” tiene algún sentido discriminatorio (esa es la excusa para suplantarlo con “no-vidente”) presupone aceptar la superioridad del que ve, la necesaria preeminencia y perfección del mundo visible. Disimular la existencia de esos valores en lugar de corregirlos –si se desea corregirlos- es la forma más duradera de afianzarlos. Los afirma, dejándolos como trasfondo no dicho. Es aparente su desaparición pues se lo nombra de otra manera, negando otros mundos posibles. El maquillaje de los nombres, como todo maquillaje, tiende a impedir el reconocimiento de la diferencia."Schmucler, Héctor (2001): "La industria de lo humano" en revista Artefacto, Buenos Aires.