La reedición de Museo del chisme de Edgardo Cozarinsky es motivo para celebrar. Yo, chusma, he intentado difundir las pequeñas anécdotas del libro en diversas oportunidades (acá, acá y acá) por lo que la aparición del Nuevo museo del chisme, una edición revisada y ampliada que nos brinda la distinguida editorial La bestia equilátera, no me puede pasar desapercibida. Cozarinsky hace del chisme un género básico, en el sentido fundamental de la palabra, a través del trabajo artesanal con el que talla estas pequeñas delicias de la vida cultural y por eso hay que recorrer su hermoso museo.
Nuevo museo del chisme - Edgardo CozarinskyEsta visita guiada a los chismes más deliciosos de la historia de la literatura, de las artes y de la historia a secas, tiene como cicerone y maestro de ceremonias a Edgardo Cozarinsky, que ha demostrado ya en muy distintos géneros y registros su inteligencia, su veracidad y su rigor. La tensión dramática o humorística de la anécdota impone su eficacia. Tras esa límpida definición (gracias a la síntesis genial de Cozarinsky), poco puede agregarse en términos de estilo y escritura.
El Nuevo museo del chisme, que enriquece con veinticinco hallazgos la primera edición —hoy inhallable—, reúne un elenco de personajes que va de Dorothy Parker a James Joyce, de Victoria Ocampo a Ernesto Sabato, de Joseph Stalin al astronauta Tsibliyev. Abre el volumen un ensayo que cobra mayor importancia con el curso de los años, “El relato indefendible”, una indagación única y preciosa del chisme como núcleo indispensable de la novela –en Henry James y Proust, sí, pero también como indicio informativo de cualquier narración–.
El libro que hay que tener para que la literatura siga siendo la isla del tesoro del placer.
CHISME N° 20:París, años 30. Joyce le dicta a Beckett su work in progress, que será Finnegan’s Wake. En algún momento llaman a la puerta, Beckett no lo oye y Joyce dice: “Come in”. Al final de la jornada de trabajo, el secretario lee en voz alta el dictado del día. Al llegar al “come in”, Joyce se sobresalta: “¿Y eso?”. “Usted lo dijo”. Tras un momento de reflexión, el autor decide: “Dejémoslo…”.
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También disponible en E-BOOK desde marzo
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