P.T: Vos con Sr. y Sra. Rispo utilizaste la lógica de la compilación de otra manera: tomaste lo que estaba disperso y lo redimensionaste en el formato, y le pusiste un sello. Hasta respetaste el formato apaisado clásico argentino.
Esas son cosas raras. El formato apaisado respondió simplemente a esto: son tiras ¿no? Yo podía poner dos, tres, cuatro, cinco y hasta seis. En Barcelona y Fierro salían 6 tiras. Yo pensé que si lo sacaba así, salía un libro finito. Y si lo sacaba en dos tiras, quedaba un libro gordito. A raíz de eso nació la semejanza con el formato de la Patoruzito y todo lo otro. Con el primer libro de Rispo ya había hecho algo así, con sellos y la portada como una revista de Novaro. Puedo ser por un poco de nostalgia, puede ser falta de imaginación. Cuando te ponés a pensar en cómo utilizaban la retícula esos tipos, te das cuenta que funciona, queda lindo. Y te das cuenta que no sabés hacerlo de otra manera, por eso lo copiás. Lo único que sí me planteé realmente es hacer humor, y que en ese mundo los personajes pudieran morir, revivir, casarse, etc. Pueden hacer lo que sea y volver para atrás todas las veces que quieran porque es humor. Alguien me dijo “¡Eso es lo que pasaba en las viejas Superman!”. Todo volvía a empezar, todo se podía hacer y rehacer. Eso es lo lindo de la historieta: el poder salirse un poquito de la realidad, porque la realidad está estancada en algún punto, la realidad es dura, la realidad es lo que hay. Si tu personaje se muere, se muere. Y tu mamá llorará, y harán un mes de duelo, y ya está, es la vida. La historieta te permite joder más… ¡Son dibujitos en un papel!
Una excelente entrevista de Pablo Turnes y Amadeo Gandolfo al humorista, historietista y dibujante Diego Parés en Entrecomics.
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