Reportaje de Pirí Lugones, en cuatro escenas
Que el teatro argentino está pasando por un momento particularmente feliz lo dice —antes que nada— la irrupción tumultuosa y vertical de una generación de autores signada por la autenticidad y el talento dramático. Cossa, Rozenmacher, Walsh (aquí presentes), de Cecco), Halac, otros, así lo testimonian. Primeras experiencias las de casi todos ellos pero que hablan ya de una incuestionable responsabilidad intelectual y humana, y, más aún, de una capacidad creadora que sabe aunar, irreprochablemente, la preocupación por su país y el mundo con la otra, la expresiva, la estética. Pirí Lugones, por no ser menos, ha creado esta pequeña obra en cuatro escenas y un estrépito final que demuestra hasta donde son de imponderables las posibilidades de la dramaturgia en nuestro país. Esta obra se representó en exclusividad para Tiempos Modernos. Cualquier parecido o semejanza con otras obras de similar estructura es, desde ya, pura casualidad. Agradecemos a Pirí Lugones haber montado un espectáculo tan auténtico y tan logrado. Algunas omisiones del texto, referidas a interjecciones u onomatopeyas más o menos espontáneas son, lo aclaramos, responsabilidad de esta dirección. Una repetida experiencia de “espontaneidades” de esta índole costó, no hace mucho, serios disgustos a los directores de una revista juvenil. El hecho de ser Tiempos Modernos una revista adulta no la exime, al contrario, de intentar, en lo posible, sobrevivir. Por eso, en fin, y pese a compartir las puteadas de los actores de esta obra, las hemos simulado cautelosamente, sutilmente, con puntos suspensivos. Queda en manos de nuestros lectores juzgar si esta versión purgada se justifica por sí misma o debemos la próxima aparición de nuestra revista publicar la versión original. ¿Quién le teme a… la versión original? Gracias, de todos modos.
Escena I
La escena se desarrolla en casa de la periodista. Un living que no puede ocultar un dormitorio. Sillas, mesas, un affiche en la pared, cierto desorden. En el suelo, un grabador enchufado.
Están sentados en círculo:
Periodista
Roberto M. Cossa, 30 años, autor de Nuestro fin de semana.
Rodolfo J. Walsh, 38 años, autor de La granada.
Germán Rozenmacher, 29 años, autor de Réquiem para un viernes a la noche.
Chana, mujer de Rozenmacher, joven y bonita.
Antes de comenzar la escena se oyen confusas voces en donde se mezcla el ruido de hielo y vasos, palabras sueltas y superpuestas: Santo Domingo, Caamaño, turros, yanquis, etc.