Al momento de escribir esto, el hit Get Lucky suena en todas partes. Se trata de una estilizada pieza de música disco, pulida cual diamante, donde incluso participa el histórico guitarrista de Chic, Nile Rodgers. Justamente el dúo francés que la firma se hace llamar “Daft Punk”, que traducido sería algo así como “Punk tonto”, o más a fondo, “Putito tontito”. La máxima paradoja es que algo tan platónicamente disco esté cerca de algo tan poco punk. En su tríptico de notas sobre The Clash, publicadas en el semanario New Musical Express allá por diciembre del ’77, Lester Bangs dejaba claro que para él, “disco” era sinónimo de genocidio. “Las discotecas son campos de concentración, como la Isla del Placer en la película Pinocchio de Disney”, se animó a escribir, con toda su militancia rockerista encima. Se trataba de un artículo cuyas conclusiones son prematuramente lúcidas, porque Bangs se da cuenta de que el movimiento punk –como cualquier otro- acaba siendo lo que sus parroquianos hagan de él, por más que las intenciones, objetivos, programas, propagandas de los músicos sean otras. Los fans de The Clash que había entrevistado simplemente les declaraban que iban a los recitales porque les gustaba la ropa y porque querían hacer pogo. Divertirse. Saltar. Escupir…
¿Dónde quedaban las protestas y las propuestas de la banda en pro de una sociedad más justa? La respuesta podría darla Sadie Plant en su brillante racconto del situacionismo, The Most Radical Gesture (92): “(El punk) también sirvió para actuar como válvula de escape social: una vez acostumbrado a los jeans tajeados, los alfileres y las crestas, el público estaba casi agradecido de que la rebelión no se metiera mucho más en sus vidas”.
Una serie de notas sobre el punk, escrita por Pablo Schanton (uno de los responsables de que podamos disfrutar los textos de Simon Reynolds en Argentina) empieza acá, en Informe Escaleno. Espero ansioso una recopilación de artículos de Schanton, quien hace unos años viene demostrando cómo se puede seguir escribiendo crítica musical y cultural con agudeza, lucidez y captando problemáticas que exceden los acordes, los géneros y las lyrics.
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