Este entrelazamiento alcanzó tal vez su punto extremo en la drástica, la casi insana formulación mediante la que Kant expresa el núcleo mismo de su moral: Mann muss wollen können. No sé si puede traducirse al inglés como “uno debe poder querer”. Así, Kant expresa el centro de su moral de esta forma: Mann muss wollen können. Esta absurda, insana intersección o entrelazamiento de los tres verbos modales define la modernidad. Y también, creo, el colapso o la imposibilidad de la ética en nuestro tiempo. Kant es usualmente señalado como el fundador de la ética moderna, esto es falso. Es exactamente lo contrario. Kant marca la imposibilidad de una ética, porque la ética sólo puede tener la forma de una orden, según él, o de un muy extraño mandato Mann muss… Y así cuando oigo hoy en día a la gente ilusa que repite el slogan pasajero “Yo puedo”, no puedo dejar de pensar que lo que realmente quieren decir es “Yo quiero”, es decir, yo ordeno, o mejor, yo me ordeno a mí mismo obedecer. Entonces, para darles una idea, una idea más precisa sobre esta relación que vincula querer y poder, voluntad y potencia, he elegido un ejemplo para mostrarles cómo la voluntad se basa en la noción de potencia (y posibilidad) para contenerla y limitarla. Entonces, ¿por qué la voluntad fue introducida en la filosofía? Para contener, controlar y limitar a la potencia.Agamben, Giorgio (2012): "¿Qué es una orden?" en Teología y política, del poder de Dios al juego de los niños, Buenos Aires, Las cuarenta, pág. 65-66.
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