sábado, diciembre 20, 2008

Revista No Retornable

NO-RETORNABLE

(revista literaria virtual)

www.no-retornable.com.ar

NUEVO NÚMERO DE VERANO !!!!


_Quiénes somos

Este número de verano presenta cambios y nuevos interrogantes porque ¿acaso no es eso la literatura, una pregunta que cada tanto tiene una respuesta diferente?

_Dossier Malvinas

Análisis de la Guerra de Malvinas: realidad fáctica, ficciones, entrevistas, ensayos, exploración del contexto, del rol de los medios, del imaginario social actual, etc.

*Contar la guerra

Relatos, poesías y fragmentos de novelas relacionados con Malvinas.

Introducción - Sol Echevarría

Cuando te vi caer - Sebastián Basualdo

Relatos breves - Rodolfo Cifarelli

Una poesía - Paola Ferrari

Los pichiciegos – Fogwill

Soberanía nacional - Rodrigo Fresán

Primera Línea - Carlos Gardini

Impresiones de un natural nacionalista - Daniel Guebel

La guerra del gallo - Juan Guinot

Ella no puede creer que se pierda - Valeria Iglesias

Los fantasmas de Malvinas - Federico Lorenz

Una puta mierda - Patricio Pron

Pólvora y Chimangos - Edgardo Russo

La marca del ganado - Pablo de Santis

* Pensar Malvinas

Textos que reflexionan sobre la guerra y su actualidad.

Introducción - Alejandro Boverio

Malvinas: relato, ritual y agonía histórica - Nicolás Lavagnino

Lo "Otro" de la memoria - Verónica Tozzi

Las pruebas de vida: cartas que quedaron de la guerra.. - Mateo Niro

Historia y memoria - María Rosa Lojo

Escribir Malvinas - Horacio Banega

Una guerra inventada - Alejandro Soifer

Fotografías para producir memorias - Maria Laura Guembe

Retratos en dos tiempos - Graciela Speranza

La imposición sentimental - Pablo Debussy

La pichicera en la filigrana de los gimnasios - Alejandro Droznes

De la guerra "sucia" a la guerra "limpia"

Entrevista a León Rozitchner – Alejandro Boverio y Luciano Carniglia

Escritos al calor de la guerra

Todo el poder a Lady Di - Néstor Perlongher

Por la soberanía nacional en las Malvinas.. – Grupo de Discusión Socialista

La guerra de las Malvinas y la liberación nacional - Jorge Enea Spilimbergo

*Fotografías

Malvinas. Retratos y paisajes de guerra - Juan Travnik

*Entrevistas

Algunas preguntas a escritores sobre la cuestión.

Carlos Gamerro

Martín Kohan

Patricio Pron

Otras voces, otros ámbitos

* Recordar Malvinas

Cronología - Graciela Speranza y Fernando Cittadini

Selección de canciones sobre Malvinas

Decreto Nº 753

Carta abierta de la Comisión de Familiares de ex-Combatientes

Jornadas en la UNLP: Decir la historia… para no morir - AAVV

Algunas reflexiones y propuestas ... - Gabriel Sagastume

* Debatir

Espacio abierto para seguir contando y pensando la guerra.

_Meter el verso

Selección de cuatro poetas contemporáneos:

Unos asuntos relacionados con la poesía - Mariano Blatt

Cosmorama - Alejandro Mendez

Suburbia - Alfredo Jaramillo

El Jardín del Tao - Carlos Godoy

_Contate algo

Acá te acercamos, para que puedas leer online, estos relatos:

Un lunes cualquiera - Carlos Costa

Fragmentos de una novela inédita - Luciana De Mello

Paisajes - Mariela Ghenadenik

El doble oficio de la araña - Jimena Néspolo

_ Tres son multitud

Ampliamos la apuesta con tres entrevistas:

Diálogo inconcluso con Félix Bruzzone - Maximiliano Crespi

Ácida crítica del escritor César Valdebenito - Claudio Inzunza

La continuidad de los parques de Alejandro Zambra - Valeria Meiller

_Laberintos

Imágenes de la artista visual Anabella Papa

_¿Qué hay de nuevo?

Reseñas de libros editados o re-editados recientemente al alcance de los lectores, los curiosos, los chismosos y los amantes de la crítica literaria. Escriben sobre:

Las Cuatro Estaciones, de Arturo Carrera - Gabriel Cortiñas

Crítica acéfala, de Raúl Antelo - Maximiliano Crespi

Dramaturgias, AAVV - Luciana Espinosa

Cartografías, de Silvia López - Javier Fernández

Solaris, de Romina Freschi - Ana Guillot

Nueva escritura en Latinoamérica, de Héctor Libertella - María Laura Lattanzi

Turistas, de Hebe Uhart - Esteban Leyes

La caja, de Gabriel Reches - Fernando Lozano

San Francisco, de Luciano Lamberti - Pablo Natale

Frío en Alaska, de Matías Capelli - Pablo Nicotera

Y todo el resto es literatura: ensayos sobre Osvaldo Lamborghini- Matías Raia

El caserío, de Carlos Aldazábal - María Laura Romano

La mitad de la verdad, de Irene Gruss - Leonardo Sabatella.

Ferrocarriles argentinos, de Elvio Gandolfo - Florencia Sanseverino

Piedras Encantadas, de Rodrigo Rey Rosa - Daniela Szpilbarg

Anís, de Mariana Dimópulos - por Damián Tullio

_ El sonido y la furia

Comentarios o advertencias breves sobre teatro y otras artes. En constante actualización porque la vida durante un tiempo, se agita y se pavonea en la escena, y luego no se la oye más.

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martes, diciembre 09, 2008

Confieso que he leído

Me parece muy entretenida la idea que tomaron prestada desde el blog de la revista virtual, por demás recomendada, Hermano Cerdo. El desafío consiste en recoger distintas intervenciones de personas que cuenten qué leyeron este año (2008) y que, tal vez, terminen por armar una red en la que circulen las experiencias, las sensaciones y las recomendaciones de distintos lectores. Acá, las instrucciones para participar. Una buena idea para terminar el año y para ir planeando lecturas para el año que nos espera.

Vía El lamento de Portnoy y Hermano Cerdo.

Actualización: Aquí, mi humilde participacion.

viernes, diciembre 05, 2008

Roberto Mariani, con los botines de punta

La editorial El 8vo loco sigue rescatando autores argentinos que propusieron una estética que rompía con los moldes Boedo/ Florida en los años 20 a través de los recursos de la mezcla y el grotesco, constituyendo a través de estos una posible "tercera zona". Después de la publicación de los Poemas 1920-1930 de Nicolás Olivari y de la Narrativa 1920-1930 de Enrique González Tuñón (ambos libros con prólogos de excelente análisis a cargo de los responsables de la editorial, Ana Ojeda y Rocco Carbone), la editorial se despacha, y bienvenida sea, con el 1er tomo de la Obra completa 1920-1930 de Roberto Mariani. El tomo en cuestión recoge: el libro de poemas Las acequias y otros poemas, la novela corta Culpas ajenas... (1922) y el celebérrimo libro de Mariani Cuentos de la oficina (1925) del que hace un tiempo subimos el primer cuento. Desde ya, aplaudimos la recuperación que está llevando El 8vo loco, llenando un hueco editorial importante.

PD.: Amen de estas publicaciones, prometen la futura edición de la Narrativa completa 1920-1960 de Nicolás Olivari.

Copio a continuación la gacetilla de presentación del libro:

"Roberto Mariani y la Obra completa (1920-1930) de El 8vo. loco

La reedición de obras olvidadas –buceo en el acerbo cultural comunitario con objetivos de exhumación– es todo menos original. Sin embargo, vale la pena detenerse algunos momentos en la empresa que lleva adelante El 8vo. loco con su colección "Pingüe patrimonio", no sólo porque rescata textos de calidad literaria que nada tienen que envidiarle a la pasión argentina por lo dicotómico (Boedo/ Florida, Borges/ Arlt, Cortázar/ Walsh y un larguísimo etcétera), sino porque lo hace proponiendo una nueva matriz explicativa para la mítica década del veinte. Hasta el día de hoy, se han beneficiado del cuidado rescate que lleva adelante esta pequeña editorial (evidente en sus estudios preliminares, la reproducción inmodificada de las primeras ediciones y la inclusión de reseñas del momento de aparición de las distintas obras) la narrativa de Enrique González Tuñón y la poesía de Nicolás Olivari producidas a lo largo de la década del veinte.

Ahora le ha llegado el turno a Roberto Mariani (1893-1946), tercer exponente de lo que Ana Ojeda y Rocco Carbone, prologuistas de esta edición, consideran la "tercera zona": escritores que, a partir de un trabajo con la categoría estética de lo grotesco, lograron dar cuenta de las declinaciones enfrentadas por esa incipiente pequeña burguesía a la que, en definitiva, ellos mismos pertenecían y que se vio fuertemente marcada por las resultantes de la inmigración promovida activa y sistemáticamente por el Estado argentino desde 1880. Junto a Nicolás Olivari, Roberto Arlt, los hermanos Discépolo, Raúl Scalabrini Ortiz y Enrique González Tuñón, Roberto Mariani se alejó de los dos polos político-literarios hegemónicos de la década del veinte –revolución para la literatura (Florida) o literatura para la revolución (Boedo)–, como así también de los "padres" de la literatura argentina de aquel momento (Lugones, Gálvez, Wast, Lynch, Banchs, entre tantos otros) para establecerse con comodidad en su justo medio con una escritura de gran vuelo que, a la vez, comporta una preocupación por dar cuenta de los dramas de la "gente común".

Roberto Mariani nació en La Boca en 1893 de madre y padre italianos. Fue una personalidad multifacética. Transitó varios géneros literarios y alcanzó cierta notoriedad gracias al altercado entablado con los muchachos del grupo de Florida, de quienes se distanció con su célebre artículo de 1924: "Martín Fierro y yo". Sin duda, su texto más famoso es Cuentos de la oficina, que ve la luz un año más tarde. Él mismo padeció la reificación del trabajo de escritorio, si bien también fue camionero de largas distancias, empleado del ferrocarril y colaboró en publicaciones periódicas. También fue empleado del Banco Nación, de donde lo echaron por agitador. Fundó la revista Extrema Izquierda mientras trabajaba en el Ministerio de Agricultura. En 1932 su novela En la penumbra ganó el Segundo Premio Municipal. Murió el 3 de marzo de 1946, de un ataque cardíaco.

El presente volumen, primera reedición de la obra de este autor en por lo menos una década, está integrado por tres obras: Las acequias y otros poemas (1921), Culpas ajenas… (1922) y Cuentos de la Oficina (1925), la mayoría imposibles de conseguir en la actualidad. Cuenta, además, con un extenso e informado estudio preliminar, bibliografía completa del autor, minisemblanza biográfica y reseñas del momento de aparición de las obras.

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El 8vo. loco - Libros de acá
info@el8voloco.com.ar
www.el8voloco.com.ar"

lunes, diciembre 01, 2008

Trashumantes de neblina, no las hemos de encontrar (Oscar Blanco – Adriana Imperatore – Martín Kohan)

De cómo la literatura cuenta la guerra de Malvinas

La guerra de Malvinas, como toda guerra, consti­tuye una confrontación de cuerpos, y a la vez, una confrontación de discur­sos. Desde el relato convocante de los comienzos hasta la postrera rendición de cuentas, la guerra despliega una construcción de versiones que siguen pugnando por imponerse, incluso cuando la lucha entre los cuerpos ya ha concluido.

Han predominado dos maneras de contar la guerra de Malvinas en la disputa por el terreno de la memoria colectiva: una, la que podríamos deno­minar versión triunfalista; otra, la ver­sión del lamento. La versión triunfalis­ta corresponde al discurso oficial, es la que construye héroes y responde a la tradición según la cual "nuestra bande­ra jamás ha sido atada al carro del enemigo". La versión del lamento, por su parte, surge, a diferencia de la ante­rior, en el punto de inflexión de la derrota: construye víctimas, responde a la tradición de la neutralidad bélica argentina, y apuesta a las vías diplomá­ticas.

La primera versión, más transita­da durante la guerra, circula abarcando un abanico que va desde el discurso de Galtieri en el balcón de la casa rosada, hasta las crónicas de los medios masi­vos, pasando por el fervor de los cánti­cos populares: su impronta es el desafío al "principito" y el anuncio, en titula­res, de que "estamos ganando". La segunda versión comienza a imponerse tras la derrota. Los combatientes son ahora "chicos": víctimas (en la locura, en la mutilación, etc.), no tanto de los ingleses sino de sus propios oficiales. Un discurso anti-militarista, y también anti-imperialista en este caso, dirá en­tonces que la guerra fue una "causa justa", pero que estuvo mal conducida.

Esta segunda versión se propone cuestionar a la primera en sus princi­pios fundamentales: ocupar el espacio de su opuesto, revertir todos sus térmi­nos. Sin embargo, la versión del lamen­to no cuestiona a la versión triunfalista de un modo tan contundente como lo pretende. Lo cierto es que ambas se inscriben, finalmente, en un mismo marco, participan de una misma lógica: la lógica del Gran Relato Nacional, es decir, la del Gran Relato Argentino.

En la base de la conformación de toda nación moderna - y también en la de la Argentina -, se encuentra la cons­titución de un relato cuya función es homogeneizar, definir un nosotros y un ellos en un sistema de inclusión y exclu­sión, otorgar una identidad colectiva que opera en el horizonte del imagina­rio social, a través de un sistema simbó­lico: nombre, bandera, himno, escudo, panteón de héroes y de hitos. Una narra­ción del origen y de lo porvenir: una tradición y un relato futuro. La eficacia de este relato consiste en que logrará disolver las diferencias internas, ha­ciéndolas converger y coincidir en los valores de la unidad nacional.

La coyuntura de un conflicto o de una guerra, como en el caso de Malvi­nas, exaspera el poder aglutinante del nosotros y convierte a los otros en enemigos; por lo tanto la posibilidad de escapar a la instancia globalizadora del Gran Relato Nacional resulta más difí­cil todavía.

Cuando "los chicos de la guerra" se lamentan de su suerte, insisten, no obstante, en que volverían a pelear por las islas con una preparación más ade­cuada: sostienen, en definitiva, lo legí­timo de la "gesta". Y cuando el pensa­miento progresista pone en juego su versión, dirige sus ataques al descala­bro de la organización militar, pero a la vez se entusiasma, por su postura anti­imperialista, con el hecho del desafío alas potencias coloniales.

La otra variante de aparente dis­crepancia apela a una estrategia que consiste en invocar valores universales, valores que pretenden posicionarse por encima de los conflictos nacionales: así, por ejemplo, Borges imagina a un soldado inglés que lee a Cervantes y a un soldado argentino que lee a Conrad, ambos en sus lenguas originales. Pero la tradición anti-belicista - como toda tradición que se basa en valores superadores para oponerlos al Relato Nacional - no consigue en definitiva escapar de él.

De modo que el Gran Relato Ar­gentino logra entrampar en su lógica a todas estas versiones: todo podrá ser cuestionado, excepto las bases de la identidad nacional, núcleo fundante de la versión oficial. Todo podrá ser dicho, excepto que el problema de la sobera­nía sobre las islas carece de relevancia.


Estrategias de desarme: una guerra desarmada

Existen, de todas maneras, otros relatos que sí deconstruyen el Gran Relato y que pertenecen al campo dis­cursivo de la literatura: surgieron en la narrativa argentina de los últimos años con variantes tan diversas, literaria y generacionalmente, como lo son La Causa Justa de Osvaldo Lamborghini, Los Pichy-cyegos de Rodolfo Fogwill, A sus plantas rendido un león de Osvaldo Soriano, "El aprendiz de bru­jo" y "Soberanía nacional" en Historia argentina de Rodrigo Fresán, "Memo­randum Almazán" en Nadar de noche de Juan Forn o "Impresiones de un natural nacionalista " en El ser querido de Daniel Guebel.

Su operación consiste en deconstruir y no en destruir lo que la destruc­ción pone en funcionamiento es una lógica que ataca desde el exterior del sistema en cuestión, su objetivo es la superación y el reemplazo de ese otro sistema, por eso lo bombardea, pero no lo dinamita. Dinamitarlo, deconstruirlo, supone actuar desde el interior: recono­cer la lógica y la estructura internas para ubicar los puntos claves, los pila­res que sostienen el sistema y lo harán caer: tarea de espía, tarea de sabotea­dor.

La deconstrucción utiliza el mis­mo principio que deconstruye, opera dentro de su objeto, pero invirtiendo sus jerarquías; provoca un corrimiento del sistema en la medida en que consigue ubicar un elemento que dicho sistema no puede resolver. Su estrategia es trastocar órdenes, desarmar oposicio­nes, producir un cortocircuito en los fundamentos, actuar dentro de los lími­tes que plantea el sistema, pero para resquebrajarlo.

A menudo, las versiones aparente­mente opuestas al Gran Relato Nacio­nal, como dijimos al referirnos a la tradición anti-belicista, formulan una superación por medio de valores uni­versales: la Vida, la Cultura, la Paz, etcétera. Pero la deconstrucción, preci­samente, no se propone una superación, sino una desarticulación por degrada­ción. El Relato Argentino no va a ser destruido por valores superiores, sino deconstruido mediante la utilización de sus mismos principios, pero boicotea­dos en su esencia, corrompidos en su prestigio.


Gardel era francés

Es posible, tomando los textos pro­puestos como un corpus (campo de trabajo) y leyendo qué cuentan de la guerra de Malvinas y cómo lo hacen, conformar una historia en la que se combinan distintos rasgos de cada uno de ellos.

En los textos deconstructivos men­cionados, la "causa" no es "justa": pa­rece justa mientras se la lee seriamente, pero se revela irrelevante en el registro del chiste. Y es precisamente en este tipo de registro donde cabe la inversión.

Si el Gran Relato Nacional defi­nía, a través de un sistema de inclusión y exclusión, a un nosotros y un ellos, ese otro, la figura del extranjero, no se ubica ahora en el afuera sino adentro, y más aún: en el centro mismo. Un solda­do va a Malvinas, pero su familia es inglesa, y su hermano está en Londres. Un ex combatiente se presenta en una embajada argentina, pero se trata en verdad de un chileno que ha usurpado su lugar. Y aún en la posición de voluntario, que en el caso de guerra resume en sí lo nacional como deseo (combatir por la patria como ejercicio de voluntad), es donde aparece un japo­nés: se alista en la causa anti­imperialista, guiado por los principios aprendidos en nombre del Emperador durante la Segunda Guerra Mundial.

Juego de inversiones: el Gran Re­lato Nacional está paradójicamente sus­tentado por un extranjero. La guerra de Malvinas bien puede ser contada como la confrontación por la posesión de una isla ubicada "frente a la costa de Cumberland": los argentinos son los que la han ocupado patrióticamente durante ciento cincuenta años, y los ingleses son los que intentan recuperar­la en una aventura sin sentido.

Pero toda identidad nacional, no sólo la argentina, está deconstruida con el mismo procedimiento: aún la del enemigo. Quien representa lo inglés en un restaurant londinense es un hindú (justamente una ex colonia). Y los pi­bes argentinos en Malvinas se asom­bran porque los ingleses son "escot, wels o gurjas" y se preguntan si no hay ingleses auténticos. Y es que es precisa­mente la idea de que haya una autenti­cidad nacional lo que se cuestiona: tampoco los ingleses son ellos mismos, no hay centro puro que no sea impreg­nado por la otredad.

Lo propio aparece constituido por lo ajeno también en el nivel de lo cultural. Los soldados argentinos fu­man cigarrillos ingleses (y los oficiales, cigarrillos franceses o norteamericanos). La radio inglesa en las Malvinas es la que pasa folklore y tango, y es por lo tanto la preferida por los soldados argentinos en lu­gar del rock de las radios nacionales. Los ingleses toman té con bombilla, como si fuese mate, o bien desayunan con "arroz con leche, mazamorra y mate cocido"; los pichys (solda­dos argentinos que luchan por sobrevivir y no por la causa nacional) beben whis­ky cuando negocian con el enemigo, lo que remite a la tradición iconográfica de Galtieri, cautivado por la bebida del otro, al cual le declara la guerra.

Aquí no hay héroes nacionales. La heroicidad requiere una causa justa y en estos textos la causa ha sido despojada de su funda­mento. Lo que queda, per­dida la causalidad, es la casualidad: cuando un ar­gentino aparece en la posi­ción de héroe por haber matado a un gurkha, se trata en realidad de un accidente que se produce cuando los dos procuran entregarse mutuamente como prisio­neros. Si el cónsul argenti­no en un desconocido país africano (que ni siquiera es el auténtico cónsul, sino que ha usurpado su lugar) incursiona en la embajada inglesa en lo que es visto como un acto de arrojo, lo que en verdad está haciendo es tratando de reivindicar, no tanto el orgullo na­cional, como el honor personal com­prometido por unas cartas amorosas que intenta recuperar. Así también, cuando aparece otro voluntario, esta vez argentino, su motivación para alis­tarse en el ejército no responde a efica­cia alguna del Gran Relato convocante, sino al deseo que tiene de ser hecho prisionero y ser trasladado a Londres, con la intención de presenciar un con­cierto de los Rolling Stones.

Vemos entonces que se reproduce la lógica del sistema de lo nacional, pero con la inversión de sus jerarquías, trastocando su orden simbólico, degra­dando sus principios de valor, estos relatos deconstruyen, por lo tanto, las versiones de la guerra del Gran Relato Argentino. Lo propio aparece como lo otro; lo otro se identifica con lo propio. Los siete textos que circuns­cribimos plantean la representación de múltiples espacios: el espacio propio (la Argentina en La Causa Justa); el espacio del otro (Londres en "El apren­diz de brujo"); el espacio propio en el ajeno (la embajada argentina en Chile en "Memorándum Almazán" y el con­sulado argentino en Bongwutsi en A sus plantas rendido un león); el espa­cio en disputa (las islas Malvinas en Los pichy-cyegos y en "La soberanía na­cional"); o los espacios absolutamente invertidos (Inglaterra es Argentina y Argentina es Inglaterra en "Impresio­nes de un natural nacionalista"). En estos espacios se producen sistemas de homogeneización, que a su vez funcio­nan como sistemas de inclusión y ex­clusión, se detentan órdenes jerárqui­cos, se constituye un nosotros antagóni­co de un ellos. Es decir que los grupos representados en estos textos operan, en apariencia, con la misma lógica que un Estado utilizaría para definir una identidad nacional. Sin embargo, sus móviles invierten los valores sobre los cuales lo nacional está construido y corroen esa lógica: los pichys del texto de Fogwill, los oficinistas de La Causa Justa, el aprendiz de brujo en la cocina de Londres, el chileno farsante en la embajada argentina, el falso cónsul ar­gentino en Bongwutsi, sólo se propo­nen sobrevivir o zafar, aunque a menu­do no lo consigan, supliendo la lógica del honor nacional por la de la supervivencia, que actúa en el interior de su sistema, pero para resquebrajarlo.


Y Dios no es argentino

En los textos testimoniales - Los chicos de la guerra de Daniel Kon o 5.000 adioses a Puerto Argentino de Daniel Terzano, por ejemplo -son recu­rrentes las apelaciones a Jesucristo o a Dios, o la aparición de objetos tales como crucifijos y rosarios, en la situa­ción límite del miedo a la muerte o al sufrimiento físico. Los textos deconstructivos, en otro movimiento, secularizan estas zonas de religiosidad, trans­formándolas al ocupar su lugar con narraciones sobrenaturales, relatos de aparecidos, etc. Nos sitúan así en el registro de lo fantástico, tradición que la escritura literaria ha tomado de la oralidad (los cuentos de fantasmas na­rrados en torno al fogón), hasta volverla propia. Mediante esta inversión - la de colocar lo profano donde estuve le sagrado - se nos ubica en un terreno reconocidamente literario, donde ve­mos emerger la deconstrucción.


No todo lo que reluce es deconstrucción

Decimos, por otra parte, que se trata de relatos deconstructivos, porque no postulan nada que reemplace al Gran Relato Argentino: sólo lo desarman. Ni siquiera el propio espacio de enuncia­ción queda en pie. Por eso diluyen también el espacio de autoridad de sus narradores: su saber es mostrado como endeble, su cordura es puesta en duda, su lugar de poder es cuestionado, su honestidad es sospechada.

Lo que se plantea aquí no es que necesariamente la literatura deconstruya un sistema. Un texto como "Gurka" de Vicente Zito Lema, contado desde la locura, termina erigiendo la figura de las víctimas de la versión del lamento. Y un texto tramado desde la técnica narrativa que se propone lograr un ve­rosímil realista, podrá recorrer, como sucede en Arde aún sobre los años de Fernando López, todas las versiones del relato de la guerra (incluida la ofi­cial); pero no logra desarticular ni deconstruir su objeto, al sostener tam­bién, finalmente, la versión de las víc­timas.

De modo que la posibilidad de desarmar el Relato de la Gesta de Mal­vinas no es inherente a la literatura. Pero, sin embargo, es en ciertas zonas de la narrativa de los últimos años donde se formula la posibilidad de elu­dir la trampa de la falsa oposición de las versiones, y se apuesta a una narración a través de la cual lo justo de la "causa justa", el fundamento mismo del Gran Relato Nacional convocante, se desvanece.


Notas

-Fogwill, Rodolfo Enrique. Los Pichy-cyegos. Ediciones de la Flor, Buenos Aires, 1983.

-Forn, Juan. "Memorándum Almazán", en Nadar de noche. Editorial Planeta, Buenos Aires, 1991.

-Fresán, Rodrigo. "El aprendiz de brujo" y "La soberanía nacional", en Historia argentina. Editorial Planeta, Buenos Aires, 1991.

-Guebel, Daniel. "Impresiones de un natural nacionalista", en El ser que­rido. Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 1992.

-Lamborghini, Osvaldo. "La causa justa", en Novelas y cuentos. Edicio­nes del Serbal, Barcelona, 1988.

-Soriano, Osvaldo. A sus plantas rendido un león. Editorial Sudameri­cana, Buenos Aires, 1986.

Otros textos sobre Malvinas que han sido confrontados:

-Borges, Jorge Luis. "Juan López y Juan Ward", en Borges, Fundación Banco de Boston, Buenos Aires, 1987.

-Kon, Daniel. Los chicos de la gue­rra. Editorial Galerna, Buenos Aires, 1982.

-López, Fernando. Arde aún sobre los años. Editorial Sudamericana, Bue­nos Aires, 1986.

-Terzano, Daniel. 5.000 adioses a Puerto Argentino. Editorial Galerna, Buenos Aires, 1985.

-Zito Lema, Vicente. "Gurka (Un frío como el agua, seco)", en Voces en el hospicio. Ediciones de Fin de Siglo, Buenos Aires, 1990.

-Baczko, Bronislaw. Los imagina­rios sociales. Memorias y esperanzas colectivas. Ediciones Nueva Visión, Buenos Aires, 1991.

-Culler, Jonathan. Sobre la decons­trucción. Cátedra, Madrid, 1988.

-Derrida, Jacques. De la gramatología. Siglo XXI, México, 1986.

-Gellner, Ernest. Cultura, identidad y política. El nacionalismo y los nuevos cambios sociales. Gedisa, Barcelona, 1989.

-Naciones y nacionalismo. Alianza Editorial, Madrid, 1988.

-Habermas, Jürgen. Identidades nacionales y postnacionales. Editorial Tecnos, Madrid, 1989.

-Hobsbawn, E.J. Nations and nationalism since 1780. Cambridge University Press, Cambridge, 1990.

Fuente: Revista Espacios, nº 13, Dic. 1993- Marzo 1994, Buenos Aires, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires, págs. 82-86.
 

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