¡Lean, che!
Hace 17 horas.
Venían de Oriente, es decir: de más allá de Damasco (el límite de Israel), de Babilonia. Honda impresión causaron los Magos al llegar a Jerusalén con sus rostros empolvados (además de la arena del camino, gustaban del make up, como buenos babilónicos), la chillonería de sus sedas y los cortejos que, a su paso por los pueblos orientales, se les habían unido (en cada oasis levantaban sus carpas, encendías sus hierbas, tocaban su música, bailaban y se entregaban al disfrute: ¿qué otra cosa es la sabiduría y para qué más podría servir la magia?). Los nativos los fueron adorando desde mucho antes de que se encontraran con el pérfido Herodes, que sintió que su reinado tambaleaba.
Hace tiempo que ya no se experimenta con cobayos o sistemas artificiales de simulación de las funciones del cuerpo humano, sino que el mismo cuerpo y la mente humana son instrumento de investigación científica con vistas a lograr condiciones óptimas para habitar en el espacio exterior por largos períodos temporales. Tal instrumento se compra y, tal como lo supone la definición de “experimento”, las consecuencias sobre los seres humanos son imprevisibles pues, si se conocieran, el experimento no se realizaría. La fuga del cuerpo humano hacia el espacio exterior suele ser presentada bajo las banderas del progreso y la evolución, pero también –curiosamente- se suele acompañar estas banderas con la idea de un cuerpo que evolucionará hasta ser sólo información. Esta transformación del cuerpo en información, esta evolución hacia un ser posthumano, exige sacrificios, naturalmente. Quizá no haya ángel que detenga a tiempo el delirante sacrificio de Isaac; en todo caso corresponde a la deliberación, la política y la ética humana, tomar tal decisión.
Showmatch es una heterotopía. Sí. Veamos: tiene una función de crisis y social: entretener. Yuxtapone espacios incompatibles: la pista de baile, interiores, exteriores, decorados, productos, pantallas, jurados, escaleras, vestuarios. Todo se muestra en Showmatch. El límite siempre se corre. Maneja un tiempo particular: heterotopía de tiempo pasajero. Todo se diluye. Es accesible y aislado: Showmatch construye la ilusión de que todos podemos entrar, pero excluye a algunos. Y su carácter aislado, implica ciertos ritos para ingresar. Showmatch, claramente, es una heterotopia de ilusión: como un burdel, un parque de diversiones o un teatro. Showmatch crea un espacio de ilusión que, paradójicamente, pone en evidencia como ilusorio al espacio real que construye. Denuncia su propio artificio: Tinelli mostrando las cámaras, saliendo hasta la calle del canal. No hay nada afuera: está todo adentro.
En el tomo II de las Obras Completas editadas por Gallimard existe un dossier sobre "Heterología", compuesto por unas notas fragmentarias y una serie de cuadros donde Bataille se niega explícitamente a hacer entrar lo heterogéneo en el orden del discurso, porque le repugna toda definición, u ordenación que implique precisar qué es lo "completamente otro". En las notas aclara: "el análisis del conjunto de las situaciones humanas muestra que es preciso distinguir una polarización fundamental, primitiva, alto y bajo, y una oposición subsidiaria, sagrado y profano, o más bien heterogéneo (fuertemente polarizado) y homogéneo (débilmente polarizado)". Y en una tabla de contenidos nunca desarrollados, un capítulo —el 3— corresponde a la "Dinámica. El gasto, las leyes". Si la dinámica tiene por objeto el movimiento, los trazos de los cuadros colocan lo heterogéneo en un lugar pasivo o subsidiario respecto a lo homogéneo, en tensión o subversión; si lo homogéneo representa la normalidad y el primado de la ley, es activo en tanto excluye explícitamente los llamados "elementos bajos". Se trata, entonces, de una serie de cuadros que obedecen al esquema, pero que representan sistemas de relaciones absolutamente distintos, emparentados por vínculos que oponen lo homogéneo a lo heterogéneo. Por un lado, se presenta un aspecto homogéneo en todos los casos, y la relación con las formas negativas o bajas correspondientes; por el otro, esta relación se entabla bajo la forma de una dialéctica. Significativamente, en su último punto de degradación, estas formas bajas son formas cómicas bajo un principio rector signado por el desclasamiento. (pp. 142-143)
17:01 hs. Canal 9. ¡Escándalo! Viviana Canosa entrevista a la vedette Paola Miranda que acaba de alejarse de la obra Bravísima, cuya figura central es Carmen Barbieri (¿quién dijo que la televisión es endogámica? ¡la gran familia Tinelli siempre ubicua!). Silvia Süller luce vincha y rulos y denuncia casting sábana en un escándalo que comenzó en Facebook (¿de qué modo los medios se continúan unos en otros?). Según se dice, la cara de la televisión argentina alguna vez fue Pinky. Hoy es Ricardo Fort (cada época sintetiza sus valores). Süller es una ametralladora de pistas sobre Germán, presunto amor secreto del Willy Wonka criollo. ¿Qué oculta el tatuaje con forma de escorpión en sus pectorales? ¿Qué papel juega en todo esto Nilda, empleada histórica de Tita Soldán? No hay espectador que no se sienta Perry Mason.
El artículo de Chejfec sigue acá.Todo esto viene a cuento porque acaba de aparecer la traducción inglesa de Glosa, la novela de Juan José Saer. El libro ha sido sometido a un cambio de título en cierto modo tan radical, que invita a imaginar, como si fuera un juego de crítica ficción, el impacto del nuevo nombre en la lectura de la novela. La edición de Open Letter (Rochester, EE.UU., 2010) se titula The Sixty-Five Years of Washington.
[...] La función del arte asociado al apogeo del nimbo era la de crear un universo, si no sobrehumano, por lo menos liberado de ciertas marcas humanas. “La figura de Cristo realzada con oro”, apunta André Malraux refiriéndose a Duccio, “mantenía la trascendencia bizantina: arrancaba a Jesús, y su cuadro al mismo tiempo, de lo humano”. [...]
[...] La contradicción que la aureola planteaba en términos naturalistas logró zanjarse, en primer término, mediante su emancipación del cuerpo. Luego, aunque en forma aislada, al adquirir carácter subliminal, es decir, al convivir, sin traicionarse del todo, con el artificio pictórico impuesto por los artistas del Renacimiento. Entonces se escamotea en el paisaje y más tarde, rotos los lazos de semejanza, tiende a desaparecer.[...]
Agamben, Giorgio: "XIII. Aureola" en La comunidad que viene.[...] La aureola es, por tanto, el individualizarse de una bienaventuranza, el llegar a ser singular de lo que es perfecto. Como en Scoto, este individualizarse no implica el añadido de una nueva esencia o un cambio de naturaleza, sino más bien una postreridad singular; al contrario que en Scoto, sin embargo, la singularidad no es aquí una extrema determinación del ser, sino un desflecarse o un indeterminarse de sus límites: un paradójico individuarse por indeterminación.En este sentido, se puede pensar la aureola como una zona en la que posibilidad y realidad, potencia y acto llegan a ser indistinguibles. El ser que ha llegado a su fin, que ha consumado todas sus posibilidades, recibe así en dote una posibilidad suplementaria. Ésta es aquella potencia mezclada con acto (potentia permixta actui) o aquel acto mezclado con potencia (actus permixtus potentiae) que el genio de un filósofo del siglo XIII llama acto de confusión (actus confusionis), por cuanto en él la forma o naturaleza específica no se conserva, sino que se confunde y se disuelve sin residuos en un nuevo nacimiento. Este imperceptible temblor de lo finito, que indetermina sus límites y lo hace capaz de confudirse, de hacerse cualsea, es el pequeño desplazamiento que toda cosa deberá cumplir en el mundo mesiánico. Su bienaventuranza es la de una potencia que viene sólo después del acto, de una materia que ya no permanece bajo la forma, sino que la circunda y la aureola.
“Nada, ni siquiera nuestra soberbia humana, nos asegura que la aprehensión de la vida de un sujeto tenga que ver con la capacidad de acumular datos sobre él. La creencia contraria nos llevaría a afirmar que los mejores biógrafos son los empleados de los servicios de inteligencia.” (“Vidas de biógrafo”, 219).
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