"Pero ahora que lo pienso, yo nunca escribí seriamente sobre Borges. [...] ¿y si fuese otra –u otras– la obra sobre la que vale la pena apostar a dejar una marca, a decir algo nuevo, a sacudir el sentido común? ¿Y si ese autor fuera Néstor Sánchez? ¿Es una exageración? Sí, es una exageración insostenible (¿pero la propia literatura no es ya una exageración insostenible?). Pero, sí, reculo: no es Sánchez contra Borges (lo que no tendría ningún sentido ni interés, más bien al contrario: todavía es dable y necesario seguir pensando a Borges) sino más bien la posibilidad de encontrar una productividad en la obra de Sánchez para comprender un cierto derrotero de la literatura argentina y latinoamericana contemporánea." (Damián Tabarovsky en Perfil)Ojo, hay reediciones que pasan sin pena ni gloria pero la de Néstor Sánchez (y sí, no me molesta volverme insistente), como la de Briante, la de Blastein y la de Wilcock hace algunos años, merecen una apuesta crítica (lo merecerían también otros autores como Bernardo Kordon, Humberto Costantini y otros que seguro me estoy olvidando).
Coincido con Tabarovsky, la idea no es plantear un versus (Borges, tal como lo señalaba Rosa, es una "luz enceguecedora") sino ver qué posibilidades nuevas y/o distintas aportaron y continúan aportando las obras de autores que quedaron a la sombra de Borges (pero también de Cortázar, de Puig, de Saer) y que podrían proponer una lectura, una productividad y una perspectiva sobre la realidad que pongan en riesgo el sentido común, que nos sacudan de nuestros acercamientos típicos a los autores de siempre y que nos permitan replantear y modificar lo canónico y lo tradicional en la literatura argentina. En fin, es sólo una propuesta de (re)lectura.
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