Esta mañana Buenos Aires amaneció, y se fue llenando progresivamente durante el día, de banderitas celestes y blancas flameantes en las ventanillas de los autos por todos los barrios porteños. Y no es para menos, digo, de vez en cuando un acto de patriotismo extra futbolístico no viene mal en vísperas de un día patrio para un país en el que todo evento histórico reciente de importancia se hace feriado para dejarlo cristalizado y se pasa de fecha para incentivar el turismo. Muy lindo todo.
Muy lindo todo hubiese sido si este tipo de acciones hubieran surgido de la espotaneidad de un sentimiento nacional tal como el que existe en países de larga historia, como los europeos, o en en algunos de corta data, sean nacionalismos imperialistas, como el norteamericano, o tercermundistas como el brasileño. Pero el signo patrio esta mañana se convirtió en un signo de otro tipo. Se transformó en un signo de marketing.
Radio 10, revalidando el discurso nacionalista que saca a relucir cuando le conviene, léase para convocar cacerolazos, protestas de ahorristas o marchas en pro de la mano dura, salió esta mañana a repartir banderitas argentinas para colocar en las ventanillas de los autos de toda la Capital y el Conurbano, logrando una adhesión importante por parte de gente que ignora lo nefasto del gesto en la falsedad de su altruismo.
Las banderitas son ascépticas, sí, pero en su origen fácilmente inferible transmiten antes que un mensaje de orgullo patrio, uno de aceptación de un cierto mecenazgo. Y en este punto no existen excusas tales como "si total era gratis" o "pero quedan lindas": la gente hacía colas en las veredas, y los autos en la calle, para recibir su marca de fuego. Y los taxis, y los autos en general no me decían a mí "estoy orgulloso de ser argentino" sino, mas bien "¿a que no sabés dónde conseguí esta bandera?"
Quizá quien mejor lo haya resumido haya sido el mismo González Oro, de quién me tocó oir en mi viaje de ida al centro esta mañana: "Miren que impresionante cómo se amontona la gente. Parecen nenes con chiches nuevos". Si hay algo que agradecerle, en todo caso, es la sinceridad en la asunción de su paternalismo. Pero bastante mal nos fue a lo largo de nuestra historia con los paternalismos. Ya no queremos "papás". No, gracias.
Los recortes del día
Hace 19 horas.
6 comentarios:
Hoy en mi camino hacia la facultad pensaba si el motivo por el cual gran cantidad de banderitas de argentina relucían en los autos era por el veinticinco de mayo, por el mundial o porque alguien las regalaba. Lo mismo me pasó al ver los balcones con sus banderas sucias y descoloridas, pero que está claro son de argentina.
Saludos
El hecho que las banderitas las regale Juan o Pedro no hace al hecho que la gente quiera usar las banderas. Hay mucha gente que no puede comprarlas de pronto no porque no es que no tewnga la plata, pero es un gasto superfluo. Ademas que hay mucha gente que enserio no puede pagarlas. Pienso de que no esta mal el gesto de ultima.
Lu y Walter gracias por comentar. Emi gracias por la información. Desde ayer temprano comencé a ver un montón de banderitas y a preguntarme de donde salian.
No coincido con Walter en pensar que el origen de las banderitas es lo que menos importa, si a cambio todos estamos sintiendo el hecho de usarlas. Las banderas, como las fechas patrias, son simbolos cargados de ideologia. Que Radio 10 o Kirchner se apropien de ellos es hacer un uso que encubre su propia ideologia apelando a un sentido nacional. ¿Acaso a los señores Moneta y Adad les interesa nuestro país más allá de hacer grandes negocios en él y dinfundir una ideología de derecha?, ¿Acaso Kirchner representa el mismo proyecto revolucionario que encaraba Moreno?.
Otra cosa: un tachero si puede comprar por 5 mangos una banderita. O frabricarla el mismo, aún recuerdo cuando era niño y Argentina salió campeón del mundo y me puse con papel y marcadores a hacer mi propia bandera. Los que no tienen para comer no necesitan banderitas, sino trabajo y comida.
Saludos.
Muy buena la nota. En mi barrio vi muchas banderas colgadas y no eran justamente las de Radio 10 o sea, la gente que realmente se lo propone no necesita ir a hacer cola a Radio 10. No hubiese llevado una de las banderitas porque creo que es cierto lo que dice Pablo de que en este caso estaban de alguna manera utilizadas y no eran un "regalo inocente". Igual yo no creo que la mayoría de la gente se lo haya planteado tampoco.
Saludos.
Tal cual, Ale, la gente no se lo plantea. A veces no se si estamos un tanto paranoicos o si realmente, no existe un afuera de la ideologia.
Mati y Ale, les concedo que tienen un punto y es que no es cierto que la gente en general se haga el planteo de si el regalo es o no "inocente". Insisto, de todos modos, en que hubo un manejo político-ideológico de las banderas. La otra pregunta sería si realmente el resto de la gente ve el acto de demagogia en el reparto de banderitas o lo vemos nosotros porque nos formamos de determinada manera y en cierta dirección. Como una especie de "paranoia ¿intelectual?"
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