El proyecto editorial que iniciaron hace unos años los (ir)responsables de Caja Negra tiene una coherencia pasmosa en la decisión de editar (o reunir, o exhumar) textos que, de alguna manera, podrían incluirse en lo que Foucault quiso llamar “pensamiento del afuera”. Así, la decisión de publicar un libro con los números de la revista Acéphale, la de recuperar artículos y ensayos de Oscar del Barco o la de realizar, por fin, antologías sobre el decadentismo francés o la patafísica son “el lenguaje alejándose lo más posible de sí mismo”, “ese afuera donde desaparece el sujeto que habla”, “un pensamiento que se mantiene fuera de toda subjetividad para hacer surgir como del exterior sus límites, enunciar su fin, hacer brillar su dispersión y no obtener más que su irrefutable ausencia, y que al mismo tiempo se mantiene en el umbral de toda positividad, no tanto para extraer su fundamento o su justificación, cuanto para encontrar el espacio en que se despliega, el vacío que le sirve de lugar, la distancia en que se constituye y en la que se esfuman, desde el momento en que es objeto de la mirada, sus certidumbres inmediatas.” (pura poesía foucaulteana). En el marco de este proyecto que intenta vislumbrar el pensamiento del afuera, la publicación de Maintenant de Arthur Cravan (Caja Negra, 2010) es insistir en la resurrección de apuestas en las que el arte, el pensamiento y la vida se confunden acercándose al vacío.
De 1884 a 1915, se despliega la vida de Cravan, poeta boxeador, sobrino de Oscar Wilde, precursor del dadaísmo pero también del punk. Maintenant tiene una estructura ideal para intentar acercarse a una figura tan fugaz. En principio, el prólogo “Arthur Cravan está vivo” de Mariano Dupont nos da un vistazo de las múltiples máscaras de Cravan (su huída permanente, sus habilidades pugilísticas, sus polémicas en el campo intelectual de principios del siglo, su anticipación vanguardista), lo ubica en diversas series de escritores (de Duchamp a Baudelaire, de Breton a Rimbaud) y se detiene en el amor (la relación con Mina Loy) y la muerte (en circunstancia extrañas, atravesada por múltiples versiones).
Luego, el centro del libro es la reproducción de los cinco números de Maintenant, revista-fanzine que publicaba, dirigía y, se cree, Lausana Fabian Avenarius Lloyd, verdadero nombre de Cravan (el juego de identidades, de nacionalidades y de oficios que rodea su figura señala la mezcla entre el arte y la vida que las vanguardias vendrían a promover años después de sus primeras performances y apariciones en Paris y New York). Los números del opúsculo del poeta boxeador son una muestra de heterogeneidad, malicia y poesía: artículos en los que Cravan practica el arte de injuriar, destruyendo a figuras del momento (“André Gide” en el nº 2 (1913) y “La exposición de los independientes” en el nº 4 (1914)), semblanzas e ilustraciones de Oscar Wilde, su tío, en los que recupera su fisonomía, su risa y sus gestos, tomándolo como una suerte de modelo (“Documentos inéditos sobre Oscar Wilde” en el nº 1 (1912) y “Documentos inéditos sobre Oscar Wilde II” en el nº 2) poemas con tintes de futurismo y megalomanía, bohemia y narcisismo (“Silbato” en el nº 1, “Palabras” y “Hie!” en el nº 2). Comentarios aparte merece el texto “¡Oscar Wilde está vivo!” (en Maintenant nº 3), un encuentro imaginario con el autor de “La esfinge sin secreto”, en el que Cravan escribe como exorcizándose:
“Quiero exhibir también las extravagancias de mi carácter, hogar de mis inconsecuencias; mi naturaleza detestable, que no cambiaría sin embargo por ninguna otra, aunque ella siempre me haya impedido tener una línea de conducta; porque ella me vuelve unas veces honesto y otras hipócrita, y vanidoso y modesto, grosero y elegante.”(45).
Finalmente, a los números de Maintenant, le sigue el “Apéndice” que cierra el libro y que está conformado por un poema inclasificable; crónicas sobre las performances polémicas de Cravan y sobre su pelea en el ring con Jack Johnson en España en 1916; testimonios de escritores e intelectuales tan disímiles como Duchamp, Trostky y Picabia; y, como cierre, una cronología precisa y atractiva sobre la vida itinerante del sobrino de Wilde. Sobre el poema inclasificable del poeta pugilista llamado “Notas” (publicado por André Breton en 1942 y 1943) baste copiar el comienzo para admirar el tono y las marcas:
“Porque si hubiera sabido latín a los dieciocho años sería emperador – ¿qué es más nefasto: el clima del Congo o el genio? – las plantaciones (de zanahorias) en forma de tumba – el pensamiento sale del fuego – estrellas, desesperación del poeta y del matemático – más virgen y más furioso - ¿acaso a un hombre disciplinado no le alcanza, como cambio en su vida, con sentarse una vez por mes en el otro extremo de su mesa de estudio?” (90).Todo este poema avanza entre los guiones que asocian ideas e imágenes inciertas en las que una voz se pregunta, se muestra, se deshace. Los otros textos ya mencionados que forman parte del “Apéndice” de Maintenant apuestan a reconstruir a Arthur Cravan a través de múltiples lentes, de múltiples haces lumínicos que dan cuenta de los fragmentos en los que el escritor pugilista estallaba cada vez que hacía su aparición pública.
Maintenant de Arthur Cravan permite recuperar la extravagancia de un poeta-boxeador-performer que se nos presenta como una forma-de-vida de principios de siglo XX, atravesada por las convulsiones vanguardistas que animaban el arte y la vida de ese momento, colmada de experiencias todavía posibles, movida por el placer del escándalo y de la huida. Si, como quería Foucault, el pensamiento del afuera tiende a los límites para esfumar las certidumbres inmediatas, la escritura de Cravan puede ser un estilo de ese pensamiento, una escritura de la provocación se abre el lenguaje y el gesto se convierte en el propio fin.
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