Ante todo, una política spinozista no deja lugar a ningún lamento por la adversidad de las cosas, ni promueve una ruptura reaccionaria con las situaciones efectivas desde un moralismo que se arroga la función de juzgar los avatares de la vida colectiva a partir de una presunta sociedad ideal –perdida o por venir–; una política spinozista, más bien, es potenciación de los embriones emancipatorios que toda sociedad aloja en su interior para su extensión cuantitativa y cualitativa. Una confianza en lo que hay como punto de partida de una intervención.
Diego Tatián escribe sobre la democracia a la luz de Spinoza. Quiero leer Lo impropio (Excursiones, 2012). Me animaría a decir que Diego Tatián y Dardo Scavino son dos exponentes fundamentales del pensamiento filosófico-político de la actualidad.
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