V for vendetta de John McTeigue (adaptada por los hermanos Wachowski) continúa una larga serie de ficciones futurísticas más propias del mundo literario que del cine como Fahrenheit 451, 1984, Un mundo feliz y demás hitos de la literatura fantástica (igualmente muchas de estas obras tuvieron adaptaciones cinematográficas). Por otra parte, la historia está tomada de un comic y es una brillante adaptación de la mano de los directores de la saga de Matrix.
El argumento puede resumirse en un héroe revolucionario que pretende demoler un sistema opresivo y, a su vez, crear conciencia en un pueblo aletargado y de quienes necesita apoyo, por lo menos, ideológico. Por la película desfilan características típicas de los gobiernos dictatoriales (tortura, censura, miedo, represión, ocultamiento, poder desaforado, etc.) que nos reenvían continuamente tanto a nuestro pasado como al nazismo y, por otra parte, aparecen sorprendentes guiños sobre el terrorismo y los Estados Unidos (armas biológicas, conflictos de expresión, monumentos como símbolos de poder, etc.). En comparación con Matrix, en esta película se deja entrever un compromiso político mucho más manifiesto al punto de sostener un tipo de terrorismo como solución para las tiempos opresivos y represivos.
Por un lado, tanto la actuación de V (Hugo Weaving, el agente Smith en Matrix) como la de Finch (Stephen Rea) son muy buenas, sobre todo la de este último que cumple el rol de miembro del partido dictatorial que comienza a dudar acerca de la integridad de éste y de sus métodos para lograr sus objetivos. De Evey (Natalie Portman) no hay nada que decir ya que es un personaje necesario para el desarrollo de la película pero no resalta. Por otro lado, los hermanos Wachowski hacen hincapié nuevamente, ya lo habían hecho con Neo-Smith, en la relación intrínseca y necesaria entre el héroe y el villano: V y Adam Sutler. Ese tema es interesante en la medida en que uno no se concibe sin el otro, tal como dice V, una acción produce una reacción y así, la revolución también está ligada esencialmente con el sistema. Otros temas desfilan por la película: el caos contra el orden, el pueblo y el gobierno, la búsqueda de libertad a pesar de todo, la experiencia frente a la muerte o a la posibilidad de ella, la violencia como meido de liberación, la simbolización del poder, el terrorismo (o cómo sembrar el miedo) de Estado, etc. En definitiva, una película muy recomendable para los tiempos que corrieron, que corren y que... nadie sabe si volverán a correr.
PD.: Artículo de Rodrigo Fresán en Página/12.
1 comentarios:
Muy bueno Mati. ¡Que manía de mierda tienen algunos traductores por traducir absolutamente todo! Digo, "vendetta" hubiese quedado realmente bien en castellano y se hubiese entendido de todos modos. A veces no se si con esa obsesión no caen hasta en hipercorrección.
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