jueves, agosto 27, 2009

Orientalismo

—Cuando ese indio nos habló -dijo Brown cuchicheando- tuve una especie de visión, una visión de él y de su mundo. Él no hizo más que repetir tres veces la misma frase. Pues bien, a la primera vez que dijo: "No quiero nada", me pareció que quería decir que él era impenetrable, que Asia no se entrega. Cuando volvió a decir: "No quiero nada", me pareció que quería significar que él se bastaba a sí mismo, como un cosmos, que no necesitaba de Dios ni admitía la existencia del pecado. Y cuando por tercera vez dijo: "No quiero nada", abriendo aquellos ojos ardientes, comprendí que daba a entender literalmente lo mismo que decía: que no tenía ningún deseo, ningún hogar, que estaba cansado de todas las cosas, que el aniquilamiento, que la destrucción de todo lo...
Fuente: "La forma equívoca" en Chesterton, G. K. (2004), El candor del Padre Brown, Buenos Aires, Losada, págs. 188-189.

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