Bob Chow, novelista argentino. Esta es una invitación a leer a Bob Chow. Ahí están sus novelas, a mano, en un terreno bombardeado, conocido como La Gran Llanura de los Chistes. El recorrido por las móais de la literatura argentina actual está planteado: El momento de debilidad, El Águila ha llegado, La máquina de rezar, Todos contra todos y cada uno contra sí mismo, Chocar al mono, Invierno de impacto. También hay pequeños monolitos: recopilados en la antología Mañana será diferente; otro publicado por la revista Invisibles "El Batman de San Marcos Sierras"...
Hace unos años, cuando Bob Chow ganó un premio con su novela Todos contra todos..., le hice algunas preguntas. Luego, me tocó o decidí escribir un par de reseñas sobre sus novelas El Águila ha llegado y La máquina de rezar para algunas revistas virtuales. Bob Chow traía buenas noticias al mercado editorial, que se caracteriza por su homogeneidad, por su insistencia, por su meseta...
¿Por qué leer a Bob Chow? Porque en sus novelas hay humor y aventuras, tramas de delirio y tecnología. Los fantasmas de Pynchon y Burroughs juegan rol en el siglo XXI. Dejo un par de reseñas que escribí en aquel entonces y la invitación a conocer el mundo de Bob Chow. ¡Bienvenido, Bob!
Bob Chow, El Águila ha llegado, Nudista, 2016.
A partir del encuentro con el Águila, Chow desdobla la narración e introduce, como si de una muñeca rusa se tratara, una novela escrita por Solange Segula que arrastra el relato a niveles delirantes comparables con las novelas de Thomas Pynchon. A partir de esta subnovela, de corte policial-paranoico, el presidente Scioling, chinos hasta en Marte, asesinos seriales del futuro y extraños hologramas místicos comienzan a cruzarse con las canciones de Segula, sus visitas a una psicóloga y la espera del hombre en coma en la Clínica Kimifusa. Como lo quería William Burroughs, en la novela de Chow, el lenguaje humano es un virus: se replica, contagia, infecta de delirio y paranoia la trama del paciente y su compañía.
Se puede leer completa acá.
Bob Chow, La máquina de rezar, Ed. Marciana, 2016.
Efectivamente, se esfuerza la máquina de noche y de día y el protagonista conoce a Valentina en Amsterdam, prueba una marihuana increíble llamada Alien Technology y, luego, a los dos les sale una película para filmar un Batman alternativo, trash, tercermundista. Se van, entonces, para Irak, lugar elegido como locación. Llegan a Bagdad, parque de diversiones del mal, y filman, filman y filman esperando nuevas instrucciones del director, directivas a distancia. Además de filmar, cojen y fuman y andan por ahí, embelesados por el territorio en el que cayeron, como aliens recién llegados a la Tierra.
Se puede leer completa acá.
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