sábado, marzo 18, 2006

Los tesoros (Editorial 3)


Cualquier ritual carnífero que se precie de tal implica una minuciosa serie de filosos pasos que, despojado el cuerpo de su nutricia carne, proceden con el examen del cráneo atravesando cartílago y materias grises hasta llegar y diseccionar y desarticular esos preciosos tesoros, los ojos. Por supuesto que entonces ya no importa el hambre o ningún otro instinto de supervivencia; guía, más bien, un cirujánico morbo que sólo se satisface con la deglución, o con la mera pica y exploración. Y el resto queda "arrumbao, para que alimente algún chancho, o carancho".

SOLUCIÓN OFTÁLMICA
Tobramicina: 0,3%
Dexametasona: 0,1%
Hialuronato de Sodio: 0,3%


Si hay algo que me asustó durante toda la infancia, y todavía me aterra, son las gotas para los ojos. A diferencia de la de los oídos, que a fuerza de otitis supieron volverse costumbre, mantener los párpados abiertos para ver la gotita asomarse en la punta del goteo, verla vacilar, verla engordar y desprenderse, sentir el contacto del líquido frío de heladera, su espesor entremezclándose con las pestañas, la deliberada intransigencia del globo ocular frente a la sustancia que lo invade e irrita… Intransigentes somos en insistir aún mas con anteojos o lentes de contacto, protectores para la pantalla, mas gotas para ojos, la visita anual (mas o menos dilatada a piacere o poder) al oftalmólogo, con su prueba de fondo de ojo y otras torturas. Por algún motivo, somos celosos guardianes de nuestros ojos, de su integridad física, de lo que con ellos miramos y elegimos ver, de las imágenes que allí atesoramos. Queremos tener nuestro archivo único de imágenes particulares, placenteras; quisiéramos poder regalarlo como muestra de nuestro aprecio: si Van Gogh realmente hubiese apreciado a Gauguin le habría dado un ojo. Quisiéramos regalárnoslo como muestra de nuestro propio aprecio y no lo hacemos porque a la vez perderíamos lo más valioso que tenemos. Entonces los cuidamos y los alimentamos de buenas imágenes, y cuanto mucho, regalamos algo de aquellas a otros ojos hambrientos, pero siempre a cuentagotas, generalmente porque somos egoístas, fundamentalmente para no desvalorizar nuestro archivo propio. Y he aquí que repartimos pequeños émulos de golosinas caníbales.

RECETA CONTRA EL MAL DE OJO
1 Huevo de gallina, crudo
1 Vaso de cristal transparente, lleno hasta la mitad de agua
Procedimiento:
La persona a limpiar deberá quedarse en lo mínimo de ropa posible (es decir, en ropa interior) y echarse en una cama, boca arriba y con los ojos cerrados. Concentrate en pensamientos positivos, tomá el huevo y pasáselo por todo el cuerpo (sin romperlo), como si fuera una piedra, mientras rezas alguna oración o meditas. Rompé el huevo y vaciá su contenido en el vaso con agua: si aparecen hilillos, ramificaciones o burbujas; es que la persona tenía mal de ojo y la has limpiado. Hay que repetir el hechizo una vez por semana, hasta que la clara del huevo salga completamente transparente.


El ojo es, probablemente, una de las partes del cuerpo humano que más connotaciones simbólicas posee a través de los distintos credos y mitologías. Control, sabiduría, poder percepción; invariablemente para nuestra civilización occidental sigue siento aquel platónico espejo del alma, y nos miramos a los ojos para ser sinceros, y nos enamoramos a primera vista, que es mas romántico, y cerramos los ojos en señal de confianza. Corpóreo como es, el ojo abre las puertas del mundo al alma, abre las puertas del alma al mundo: el ojo es una frontera. Precioso tesoro, el ojo es una intersección.

4 comentarios:

Unknown dijo...

Desde Mardel, le dejo la bienvenida al blog! y mis felictaciones por tan hermosa editorial!.

Matías dijo...

Bienvenido, colega, y ojo con las gotitas para los ojos (o sea doble ojo) porque no sólo arden e invaden sino que te van directo al paladar y te amargan el gusto. Como decía Miguel Cantilo: "Es mejor tener los ojos libres, que la libertad con Oftalmol."

Mery Ward dijo...

genial, ya estás en mis links.... te invito a pasarte por el mio

Kameyo dijo...

yo quería decir que más que el ojo lo que es símbolo trascendente es la falta de él. todos sabemos que los ciegos, en los dramas y las mitologías, son metáfora de sabiduría.

reabrí el blog pablito. suerte con el tuyo y con el mio. =)

 

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