Si Don Quijote se frió el cerebro leyendo novelas de caballeros y Madame Bovary, novelas sentimentales, Dave Lizewski, el protagonista de Kick-Ass actualiza la obsesión lectora pero esta vez son los cómics los responsables de su delirio. Por eso, podemos deleitarnos con una serie de 8 historietas en las que Mark Millar y John Romita Jr. nos relatan la historia de Dave, un adolescente promedio, un fanático de los cómics que se pregunta “¿Por qué nadie se anima a ser un superhéroe en la vida real, si sólo es cuestión de ponerse un traje y salir a ayudar a las personas?” La respuesta es obvia: porque nadie tiene poderes y, por sobre todo, porque nadie quiere ser golpeado hasta quedar inconciente.
Kick-Ass, en sintonía con la serie Misfits y la gran película Mistery Men de Ben Stiller, intenta un cruce entre nuestra pedestre y violenta realidad y la figura ficcional del superhéroe. De este modo, despliega, por un lado, una plaga de referencias a las fantasías y los lugares comunes de los superhero comics y de los fanboys (trajes; origen secreto; doble identidad; cuarteles; venganza; justicia; etc.); y, por otro lado, esboza personjaes cargados de patetismo y ridiculez que ante una vida aburrida y monótona deciden ponerse el atuendo que oculta y salir a combatir el crimen: Dave es golpeado con una violencia brutal página tras página, no gana una sola pelea saliendo ileso, siempre amenaza con dejar su nueva vocación y, sin embargo, la máscara y la fama vuelven a cautivarlo y sale a caminar por las calles para encontrar algún conflicto. Así, Kick-Ass alcanza cierto estatuto de héroe de nuestro tiempo no sólo por su realismo descarnado sino también por su circulación mediática: Kick-Ass sale en Youtube; tiene su propio My Space; las chicas calientes lo desean y lo saludan por la calle; Jay Leno lo menciona en su programa; tiene fanáticos que opinan sobre sus acciones en foros; etc. A este adolescente enmascarado se le sumarán otros delirantes en el correr de los números entre los que se destacan Hit Girl (una niña de 10 años demasiado cruel; como dice Dave: “una mezcla de John Rambo con Polly Pocket”) y Big Daddy (el padre de la niña sanguinaria quien la entrena disparándole al pecho con una .45).
Desde ya, por si no quedó claro, uno de los elementos más interesantes de Kick-Ass es la violencia que se pone en escena (por momentos, vinculada con el fracaso de la imaginación y de la ficción ante la realidad pura y dura), la primera escena de Kick-Ass #1, en este sentido, es ilustrativa: un superhéroe "real" con un traje cuyos brazos asemejan alas se lanza desde la terraza de un edificio al grito de "Wings to manual"... obviamente, termina muerto por el impacto contra el techo de un auto estacionado.
Lean Kick-Ass y cumplan el sueño de ser superhéroe en el mundo real.
Desde ya, por si no quedó claro, uno de los elementos más interesantes de Kick-Ass es la violencia que se pone en escena (por momentos, vinculada con el fracaso de la imaginación y de la ficción ante la realidad pura y dura), la primera escena de Kick-Ass #1, en este sentido, es ilustrativa: un superhéroe "real" con un traje cuyos brazos asemejan alas se lanza desde la terraza de un edificio al grito de "Wings to manual"... obviamente, termina muerto por el impacto contra el techo de un auto estacionado.
Lean Kick-Ass y cumplan el sueño de ser superhéroe en el mundo real.
PD.: Ah, sí, está por estrenarse la película (oh, por Dios, Nicholas Cage será Big Daddy...). Pero el trailer me muestra que será una película apta para todo público: sin los sables sangrientos de Hit-Girl, sin la cara deformada por golpes de Kick-Ass, sin partes de cuerpos y regueros de sangre. Es decir, creo que van a hacer una película de Kick-Ass pero sin Kick-Ass.
2 comentarios:
Dónde comprás comics?
Mmm, no los compro...
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